Guerra de viners (Jerome Jarre, Cameron Dallas, Nash Grier)

Capítulo 22. Quería saber si había merecido la pena.

Multimedia: Anna y Adam posando para Armani. Vídeo del photoshoot.

Adam pasó a recogerme puntual. No me había arreglado mucho: unos vaqueros y una blusa. Adam tampoco iba con traje ni nada parecido, cosa que me consoló. Quería saber a donde me llevaba, pero no se lo preguntaría. Me llevaba una cita sin ni siquiera preguntarme si yo quería ir o no. Seguía siendo un capullo, aunque yo tampoco había puesto resistencia, así que no era quién para quejarme.

No intercambiamos palabra alguna durante el paseo por las calles de Nueva York, cosa que agradecí bastante, porque la verdad es que no sabía como entablar una maldita conversación con ese hombre. Mi mente viajó a otro lado, a la conversación que había mantenido con Nash minutos atrás:

" - Te lo voy a contar. Yo salí del restaurante, y él me siguió hasta el aparcamiento. Yo estaba tan enfadado que no quería saber nada de él. Y entonces me lo confesó todo, y me dijo que yo le gustaba mucho, y que creía que estaba enamorado de mí. Entonces yo instintivamente le besé.

Salté en mi cama de la emoción y la alegría.

-¿Entonces ahora estáis saliendo?

- Sí, me lo pidió después del beso y como comprenderás no lo pude rechazar."

Sonreí ante la idea de que ahora Nash tenía su merecida oportunidad con Dylan, y eso me alegró tanto que sonreí inconscientemente.

- ¿Por qué sonríes?- Adam pareció darse cuenta, aunque no entendía cómo, porque estaba mirando para enfrente.

- Nada, una cosa que me ha contado un amigo hoy.- Negué levemente con la cabeza, manteniendo aún la sonrisa.

- Vale. Tengo una sorpresa para ti. Quizás no te guste porque está relacionada con el trabajo, pero aún así te ayudará a conseguir tu propósito, la fama. Sígueme.- ¿Una sorpresa? ¿Por qué? Si Adam y yo nos llevábamos mal, de repente me da una sorpresa. No le entendía, pero aún así no me quejé, porque dijo que me ayudaría a conseguir mi objetivo. Mientras no hiciera una película porno todo iría sobre ruedas.

Entramos a un viejo almacén, y las luces se encendieron de golpe. El almacén era enorme, todo con paredes y suelo de un blanco reluciente. De repente, de un extremo apareció un arsenal de peluqueros, maquilladores y modistas.

- Bueno, aquí está tu sorpresa. Vas a ser el icono de este año para la marca Armani, junto conmigo.- Abrí la boca de par en par, y mi primer impulso fue tirarme a sus brazos y abrazarle.

- Muchas gracias Adam, en serio no se por qué has hecho todo esto por mí, pero no sabes cuanto te lo agradezco.

- Bueno,-se acercó en mi oído- si hago esto es porque me gustas.- Me quedé helada, pero no pude decir nada porque los modistas me cogieron de los brazos y me arrastraron hasta un camerino para empezar con la sesión de fotos.

La ropa era perfecta, aunque yo no paraba de repetir las palabras de Adam en mi cabeza. Si hago esto es porque me gustas. ¿Le gustaba? Ni siquiera pensaba que me gustara a mí, ¿o sí? Estaba muy confundida, y rezaba porno tener que hablar con él sobre ese tema, al menos por el momento. En cuanto estuve lista, salí del camerino, e intenté actuar lo más normal posible frente a Adam, pero sin estar distanciada de él, porque sería injusto que no le agradeciera todo lo que me ayudó con aquel trabajo.