Capítulo 16. Amor teñido de blanco

145 10 0
                                    

Cameron subió el volumen de la radio, lo cual agradecí por dentro, así no podría escuchar mis estúpidos pensamientos, que no hacían más que amenazar por salir. Sabía que estar con Cameron tanto tiempo no podía ser bueno, y menos después de cómo terminó nuestra estúpida aventura romántica. En el fondo deseaba que todo hubiera sido distinto y que hubiera podido tener una relación íntima con él, pero estaba claro que eso no era cosa de su gusto.

De repente en su reproductor de música sonó "Sames Mistakes" de One Direction, y por un momento mi mente volvió atrás en el tiempo para recordar mi primer beso con Cameron, y la primera cita más romántica de mi vida. Me hundí en mi asiento mientras insultaba a mi subconsciente por recordar esas cosas que hacían que mi corazón se derritiera y se partiera en mil pedazos. Cameron pareció darse cuenta de la situación al igual que yo, y después de toser un par de veces incómodo, pasó a la siguiente canción, y fue el triple de horrible: "gorilla" de Bruno Mars. Sus sucias palabras inundaron todo el interior del coche, y después de unos segundos de silencio me empezé a reír. Me entró una risa inaguantable y poco después Cameron se unió al festival del humor. Ya que la suerte no estaba de mi parte, al menos tendría que tomármelo bien. Estuvimos toda la canción riendo, sin exagerar nada, y de repente paré en seco y le miré. Necesitaba saber algo desde hace tiempo, solo que esa necesidad había permanecido oculta, y en ese momento salió a la luz.

- ¿Por qué te acostaste con ella exactamente?- No necesitaba concretar mucho más, él sabía a lo que me refería perfectamente.

- No lo hice- El alma se me cayó a los pies. ¿Por qué lo negaba después de haberlo admitido en su día?

- ¿Y por qué niegas la evidencia? Se que lo hiciste, tú mismo me lo afirmaste capullo- El aire se volvió pesado, y notaba cómo el coche se iba haciendo cada vez más y más pequeño. Solo quería salir de ahí y no mirar atrás, y eso hice. Abrí como pude la puerta y salí del coche, hundiéndome en la nieve hasta las rodillas. Cameron hizo lo mismo.

- Te lo dije porque creí que habías hecho algo con Jerome, pero yo no hice nada con ella, lo juro. Era mi prima, y la dije que se quedara a dormir. No hicimos nada Anna, puedo demostrarlo. - Sacó su teléfono y empezó a teclear algo en él. Después de unos segundos, me enseñó un contacto en su bandeja de mensajes:

" Prima Rubia de Bote" y su foto al lado del nombre.

Estaba confusa, quería gritar, de rabia porque me había engañado todo este tiempo, y de alegría porque no me había engañado realmente. Confuso, lo se. Me giré sobre mis talones y seguí andando hacia algún lugar desconocido. No pude avanzar mucho porque Cameron me agarró del brazo, impidiendo así mi movimiento.

Fue todo muy repentino: sus manos agarraron mi nuca y atrajo su cabeza a la mía, juntando nuestros labios. Era un beso de necesidad, y yo quería apartarme. Forcejeé, pero finalmente, después de ver que no me soltaba, terminé cediendo. No recuerdo exactamente cuanto tiempo pudimos estar así, sin preocupaciones, pero llegó un punto en el que no me importaba lo más mínimo estar semi-enterrada en la nieve o estar en tirantes y unos simples tacones que no tapaban mis pies por completo.

Unas luces a nuestra izquierda empezaron a parpadear. Giramos la cabeza y vimos una camioneta frente a nosotros. 


Volvíamos a casa.

***

El dueño de la camioneta se llamaba Frank, y tenía 20 años. Ayudó a Cameron a desenterrar su coche de la nieve, y luego insistió en llevarme a casa, lo cual fastidió mi plan de hablar con Cameron por el camino. Además Frank era muy pesado y no paraba de tirarme los tejos todo el tiempo mientras me llenaba de camino a casa. ¿Señor, por qué me enviaste a Frank, otro obstáculo en mi camino? Vale, puede que estuviera siendo un poco dramática, pero el tipo era realmente pesado. Prefería haberme quedado en medio de la nada a esuchar otra de sus historietas en bares de carretera.

- ¿Ese de ahí era tu novio?- me dijo mientras miraba a la carretera

- Sí, lo era- bufé cansada. Era la quinta vez que me lo preguntaba, por lo menos.

- La cosa es que me sonáis un montón de algo. ¿Es que sois famosos?

- No- Dije de forma cansina. ¿Nunca paraba de hablar ese chico o que?

- Pues yo juraría..- No le dejé acabar

- Habernos visto en la tele.- Dije imitando su voz- Ya lo has dicho antes.- El soltó una carcajada.

- Eres muy graciosa, deberías ser cómica.- No le dije nada, a lo mejor si no hablaba no continuaría su conversación de nuevo, y pareció dar resultado.

No tardamos demasiado en llegar después de nuestra última "conversación" y lo agradecí.

- Bueno, pues esta es mi casa. Muchas gracias por traerme.- Abrí la puerta y bajé. Frank se despidió desde la ventanilla, y yo hice lo mismo, levantando mi mano en el aire. Quería llorar de alegría.

Cuando llegué a casa, Kim estaba dormida en el sofá, con un cubo de palomitas apoyado en su pecho, y en la tele estaba "Intocable", una obra maestra del cine francés. Me dirigí hasta un armario del pasillo y saqué una manta para tapar a Kim, porque encima estaba en bragas y sujetador, y ella tan feliz, como en su casa la muchaha. En cuanto terminé de taparla y de ordenar toda la mierda que había tirado en mi salón, me fui a dormir a mi cama, que tanto había añorado.

No pude dormir, todo en lo podía pensar era en qué pasaría con Cameron.

_________

Bueno, siento que sea un capítulo tan corto, pero mejor esto que nada, ¿verdad? Además no he podido hacer casi nada por todos los exámenes y todo.


Votad y comentad, que me hace muchísima ilusión. Leo todos los comentarios y respondo todos los que puedo. Además me encanta saber de la existencia de mis lectores.

Os quiero un potosí. ××


Guerra de viners (Jerome Jarre, Cameron Dallas, Nash Grier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora