6: Felicidad

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-Soy Alba.

Mierda joder ¿Qué hacía Alba en mi casa? ¿No había ido a clase? ¿Cómo sabía si quiera dónde vivía? Y la pregunta del millón ¿Qué le decía respecto a mi cara partida?

Ding-dong.

Mierda, otra vez.

Abrí la puerta y me encontré con una Alba de ojos tristes, su expresión se transformó en sorpresa al ver mi cara, pero no denotó demasiada, por lo que deduje que alguien le había contado lo que me había pasado.

-Eh... hola, pasa. -Me eché a un lado de la puerta dejándola pasar.

-Hola. -Dijo tímida. Esta situación era muy incómoda, ninguna sabía qué hacer o qué decir y yo no entendía nada.

-¿Te apetecer beber o tomar algo? -Dije intentando expulsar los nervios y el silencio que se había instalado.

-No, gracias.

Le señalé a Alba el suelo indicando que podía dejar la mochila ahí, esto también me indicaba que probablemente venía de estar en clase, y había aprovechado el recreo para venir. Me senté en un extremo del sofá y apagué la tele. Alba imitó mi acción y se sentó bastante lejos de mí. De verdad que esta situación era surrealista.

-¿Qué te ha pasado? -Dijo impaciente.

-Me han pegado. -Dije encogiéndome de hombros como si fuera obvio, que de hecho lo era.

-¿Quién? ¿La chica con la que te metiste al baño? -Dijo ella de carrerilla nerviosa, impaciente. En este tiempo yo también había aprendido a leer a Alba y sabía de sobra que necesitaba información, necesitaba respuestas.

-Sí.

-¿Por qué?

-Alba, hay cosas que no puedo contarte.

-No confías en mí, ¿No? -Soltó con una risa irónica

-No es eso, confío en ti, pero no en mí misma, en el pasado cometí errores y a día de hoy sigo pagando por ellos.

No hubo respuesta por su parte, y por la mía no sabía qué decir. Me sentía mal desde la pelea y no halaba en un aspecto físic sino psicológico, estaba en un bloqueo mental y no sabía cómo afrontar ciertas situaciones.

Me acerqué a Alba y la aparté un mechón del pelo poniéndoselo detrás de la oreja, la cogí las manos y la di una sonrisa tímida.

-Albi, mírame por favor. -Una vez sus ojos y los míos conectaron por primera vez en toda la conversación seguí hablando a pesar de tener un gran nudo en la garganta. -Mira Alba, eres la primera persona después de un año con la que consigo abrirme rápido y esto es nuevo para mí. Yo hace un tiempo cometí una serie de errores y estoy intentando que mi vida vuelva a ser una vida calmada, estoy intentando encontrarme y encontrar mi esencia. Dame tiempo, por favor, esto es nuevo para mí y no sé cómo seguir mi camino. He perdido a muchas personas en mi vida y si algo tengo claro es que no quiero perderte a ti también, por favor. -Esto último lo dije como una súplica.

-Tienes todo el tiempo del mundo Nat, no quería presionarte. Lo siento.

-Gracias por entenderme Albi, por cierto ¿Tú no deberías estar en clase? -Dije soltando una risita intentando liberar la tensión del momento.

-Sí, debería, pero alguien me ha dicho lo que te había pasado y bueno...

-Puta Mari, le dijimos que no dijera nada.

-Nat, le he pedido yo que me lo dijera y me ha costado mucho, ha sido culpa mía.

-Es broma Albi, si mañana cuando vuelva a clase lo verá todo el mundo.

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