1: Olas

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La resiliencia, según la psicología, es el aguante del dolor que tenemos los seres humanos ante circunstancias como la muerte de un familiar, por ejemplo. Esta capacidad varía según las personas, hay personas que tienen mucho más aguante del dolor que otras. Yo no sabía cuanta resiliencia poseía, lo que si sabía es que la vida me había maltratado por todos lados y lo único que me había dejado a cambio era un ángel, era luz. La verdad era que a pesar de todo, no podía quejarme, al fin y al cabo perder casi toda tu vida en cuestión de horas a cambio de un ángel que te guía no podía ser tan malo.

5 de Septiembre; hoy empezaba segundo de Bachillerato o más conocido como “el peor curso de tu vida” Cabe decir que estaba nerviosa, en este curso tenía que sacar buena media si quería acceder a alguna carrera, y digo “alguna” porque aún quedando menos de un año para selectividad no tenía ni idea de qué estudiar.

Me puse a pensar en este verano, había sido bastante agridulce a decir verdad, porque a pesar de seguir buscándome a mi misma cada día, empezaba a sentirme mejor, a pesar de que los monstruos de mi pasado siguieran atormentándome en muchos momentos de mi vida. La verdad es que me había acostumbrado un poco a ellos y había aprendido, en muchas ocasiones, a ignorarlos y seguir con mi vida como si nada, está claro que mi pasado ya no podía solucionarlo ni arreglarlo, por eso mismo cada día intentaba hacer que mi presente fuera lo mejor posible, para construirme un futuro mejor.

Eran las siete de la mañana, me levanté de la cama y me dirigí rápidamente a la ducha, realmente necesitaba calmar los nervios de alguna manera. Una vez vestida me hice un café, cogí la mochila y salí de casa hacia el instituto.

A pesar de estar a principios de Septiembre seguía haciendo el típico calor abrasador de Agosto. El instituto me pillaba bastante lejos de casa, pero decidí ir caminando mientras escuchaba música, aprovechando antes de que llegase el frío de Invierno que tanto odiaba.

Al llegar al instituto me encontré a mi grupo de amigos de clase (Miki, Marta, Julia, Famous, Marilia, Damion y Dave), aunque siendo realistas aunque todos fueran mis amigos a los que realmente consideraba mis mejores amigos y con los que más confianza tenía era con Miki, Marta y Julia. Me acerqué a ellos y me fumé un cigarro mientras hablábamos de con quién pensábamos que nos iban a poner en clase, ya que al empezar cada curso las clases cambiaban y muchas veces no coincidíamos con nuestros amigos.

Una vez que todas llegaron pasamos al instituto y fuimos hacia el tablón de anuncios, donde se encontraban los listados de los alumnos que correspondían con cada clase. Después de empujones y quejas con los chavales de la ESO pudimos ver las listas finalmente y aunque tuve suerte ya que nos tocó en la misma clase a Miki, Marta, Marilia, Dave y a mí, me entristeció que nos separasen del resto de nuestro grupo y sobre todo de Julia. No me fijé en el resto de compañeros, ya que me importaba más bien poco, era una persona a la que le costaba mucho hacer amigos, por eso ni lo intentaba.

Fuimos a la primera clase, se trataba de una tutoría, en ella nuestra tutora Noemí nos repartió los horarios, nos comunicó las optativas que teníamos cada uno y nos explicó en qué se basaba este curso que básicamente todo se reducía a estudiar muchísimo. A parte de todo lo anterior habló todo el tiempo de la Selectividad, las carreras y las universidades.

Las siguientes clases antes del recreo fueron matemáticas e historia del arte. En matemáticas estuvimos hablando con nuestro profesor de cómo habíamos pasado el verano y de las expectativas que teníamos sobre el curso, Manu, que así se llamaba el profesor, nos dio ánimos y me alegró saber que sería él mi profesor de matemáticas, ya que era un profesor buenísimo y con el cual tenía muchísima confianza. Por otro lado en historia del arte al profesor se presentó y nos dejó bastante claro que era muy exigente y que no iba a tolerar tonterías en sus clases. Este profesor no me dio confianza ninguna, aunque la asignatura como tal podía llegar a gustarme, ya que me encantaba el arte. Ese verano había viajado con Santi (mi hermano), Eloy (su mejor amigo, con el cual me llevaba bastante bien) y Miki (mi mejor amigo, y el hermano pequeño de Eloy) a Barcelona y me di cuenta de que era una ciudad con una riqueza artística enorme, además visitamos algunos museos, pero sin duda el que más me gustó fue el museo de Dalí, uno de los artistas que más me gustaban por sus obras.

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