² CONTROLANDO LA IRA → Bruce Banner

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(*Situado entre Hulk y The Avengers)

Estaba celebrando las navidades en casa de Betty, veía como adornaba el árbol como cuando éramos pequeñas , cuantas veces he deseado volver a aquellos tiempos, cuando papá aún tenía tiempo para nosotras ya que viviamos en la base con él.

- Leen, ven ha ayudarme.

- No tengo muchas ganas.

- Vamos, al menos pongamos la estrella juntas.

- Vale -me levanté y juntas agarramos la estrella con mucho cuidado, pues había sido de mama y juntas la colocamos en lo más alto del árbol.

Cenamos y después vimos los especiales de navidad que echaban en la tele, cuando estos se acabaron, Betty ya estaba dormida, por lo que la tape con una manta y la dejé dormir en el sofá. Aproveché que estaba dormida para sacar de mi bolso un pequeño paquetito con su nombre y lo deje al lado de sus tacones bajo el árbol. Me subí a la habitación de invitados que había preparado para mí y me acoste. A la mañana siguiente, como todas las mañanas de navidad, baje corriendo las escaleras y vi que habia dos paquetitos debajo del árbol, entre a la habitación de mi hermana (puesto que ya no estaba en el sofá) y la sacudí hasta despertarla.

- ¿Por que me despiertas Leen?- me dijo medio dormida.

- Porque es hora de abrir los regalos.

Me miro, miro el reloj con la fecha y se levanto de golpe, se puso las zapatillas de estar por casa y juntas corrimos al salón hasta llegar al árbol. Cogí su regalo, ella el mio y nos los intercambiamos.

- Abre tú el tuyo primero, Betty.

- Vale -desenvolvió el paquetito y vio un estuche, lo abrió y saco el collar de nuestra madre-. No, no puede ser, Leen, mamá te lo dió a ti.

- Si, pero yo no suelo utilizarlo, incluso llegue a empeñarlo, en cabio, estoy segura de que si tú lo tuvieses, lo llevarias todo el tiempo y lo cuidarias mejor que yo, así que ahora es tuyo, no hay devoluciones.

- Gracias- me abrazó-. Ahora es tu turno, este regalo no es completamente mío, sino que tambien es de otra persona, la cuál averiguaras al abrirlo.

Abrí el sobre y vi un billete de avión de ida y otro de vuelta, con un destino extraño

- ¿Qué es esto?¿a dónde me envias?

- Bueno, el señor verde te espera en ese lugar esta tarde, así que coge tus maletas, vistete y nos vamos al aeropuerto.

- ¿Esto es de verdad?¿le voy a ver? -le pregunte emocionada.

- Sí, no creerías que te dejaría a un lado, él te ama.

- Te quiero hermana.

- Yo también, y recuerda, mañana por la tarde vuelves, solo será un día para que así el esté a salvo.

- Gracias, te amo.

Subí rapidamente, me aseé, prepare mi maleta y nos marchamos en su coche, nos despedimos y subi al avión. Durante el vuelo, no supe que hacer, por lo que me aburrí, cuando llegamos a tierra me moría de nervios, baje del avión, salí del aeropuerto y me diriguí a un pequeño bar. A dentro del bar solo había 5 personas, una de ellas llevaba gorra y una sudadera verde oscura, por lo que supe que era él. Me acerque silenciosamente, me coloque detrás suya y me acerqué a su oido susurrando.

- Feliz navidad, señor verde -él se sobresalto un poco, pero al girarse y ver mi cara sonrió.

- Llegaste pronto señora verde -sonreí al escuchar eso.

Me cogío la mano, dejó algo de dinero en la mesa y salimos fuera. Fuimos caminando hasta una pequeña casita. En la entrada deje mi maleta y la exploré.

- ¿Qué te parece mi casa temporal?

- Muy tú cuando huyes. Teniendo solo lo extrictamente necesario.

- Creo que es lo más conveniente.

- Sí, si que lo es.

- Espero que no te decepcionara tu regalo de navidad.

- No, por el momento no, pero creo que falta algo -me giré y le besé, el me siguió, fuimos hacia el sofá, pero solo nos seguimos besando.

- Lo siento -me dijo cuando nos separamos para respirar con su frente y la mía pegadas.

- ¿Por qué? -le pregunté.

- Ya sabes por que, porque no puedo llegar más lejos.

- Eso me da igual, solo me importas tu, ¿entendido?, te amo y eso es lo único que me importa.

- ¿Qué he hecho para merecer un angél como tú?

- No se, tal vez ser un gran hombre, mi hombre perfecto.

Al día siguiente, cuando nos toco separarnos fue duro, le abracé y bese hasta que me quede sin aire. Cuando volví a casa estaba feliz, porque le había visto, pero a la vez triste por que me había vuelto a separar de él.

Hasta aquí este especial de navidad.