1.4.▪︎

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Habían pasado 19 días desde la desastrosa misión en Brasil y como todos los días fui a recoger a mi hermana al campus de camino a nuestra pizzería favorita.

- Leen, ¿qué haces tan pronto aquí? -me preguntó y supe que no se había dado cuenta de la hora que era.

- No he llegado pronto, más bien vengo tarde.

- Siento el retraso -se disculpó el actual novio de Betty, Leonard.

- Bien, si es tan tarde podéis ir llendo a la pizzería mientras yo recojo -nos pidió.

- Vale, pero si te entretienes con tu trabajo me comeré tu parte de pizza.

- Vale -me dijo, para luego acercarse a su novio y su surrarle algo al oído y luego besarle.

- Ugh... no delante de mí, por dios -en realidad no me molestaba, pero me gustaba joderles como ellos habían hecho conmigo.

Al entrar en la pizzería, sonó la campanilla y salió mi pizzero favorito.

- Estoy apunto de cerrar amigos lo lamento -nos dijo sin levantar la cabeza.

- Vamos, venga ya Stan, es viernes, es noche de pizza -le dije y al reconocerme vi como pasaba a sonreír un poco.

- Chicos...Solo me queda para haceros una marinara...

- Ya sabes que si fuera por mi aceptaría... pero sabes que Betty adora la Pinky y aún no llega por que estaba muerta trabajando.

- Otro día sin parar para comer -añadió Leonard para ayudarme a conseguir la pizza favorita de su novia.

- Bueno, esta bien -acabo aceptando Stanley.

Leonard me estaba comentando acerca de una cosa rara que le había pasado con uno de sus pacientes cuando detrás de él me pareció ver a Bruce abriendo una de las puertas de la cocina. Por lo que me levanté y me dirigí a esta, la atravesé y busqué el la parte de atrás del edificio.

- ¡¿Bruce?! -le llame, pero no obtuve ninguna respuesta ni note ningún movimiento.

Por lo que entre a la pizzería decidida a interrogar a Stanley.

- Leen... -comenzó al verme llegar.

- Solo dime si he visto lo que creo que he visto...

- No se que decir, si te digo que si y tu padre se entera...

- No será por mí, te lo juro, ya sabes lo que significaba para mí y eso no ha cambiado. Por favor, dime la verdad.

Al final acabó confesando que era cierto y en ese momento entró Betty.

- Me tengo que ir, quédate cena con el y no me esperes.

- ¿Qué pasa? -me preguntó sin entender nada.

- Es él, ha vuelto.

Dije para marcharme con las lleves del coche en la mano y sin esperar respuesta.
Tras buscar por varias calles por fin di con él, pare el coche y me bajé. En ese momento se giró y a pesar de la oscuridad, pude ver su rostro lleno de confusión al verme ahí.

Pero yo no pude evitarlo y me lanze a abrazarle.

- No te muevas, no te vallas, no me dejes...

Al separarnos un poco, pero todavía abrazados pude notar que traía el cabello más largo de como lo solía llevar y no pude evitar enroscar mis dedos en el.

- Por favor, ven conmigo, te prometo que no dejaré que te lleve, por favor...-le rogué, pues me dolía en el alma el no saber dónde se encontraba o si estaría bien.

Nos volvimos a abrazar y el acepto. No salió del coche hasta que se aseguró de que la puerta del garaje estab bien cerrada. Antes de entrar a cualquier habitación me encargue de cerrar las cortinas, pero en ese momento entró Betty, pero Bruce quien sabía que podíamos confiar en ella no se escondió. El decidió hablarnos acerca de su búsqueda de una cura, y de que no había encontrado los datos de la investigación y Betty se levantó por una caja y de ella extrajo un pendrive diciendo que los había tomado antes de que lo llevaran todo.

- Esperaba que algún día pudiera ayudarnos.

- ¿El general sabe que tienes esto? -le preguntó a Betty.

- No, no, creo que no -contestó ella.

- Nuestro padre, cree que ella nunca te ayudaría, por que estaba muy molesta por cómo acabó y por ello supuestamente ella me vigila ante el para que yo no lo haga. Pero le tenemos engañado, totalmente.

- ¿No podríamos hablar los tres juntos con él? Os podría ayudar, tu ibas a ser su yerno.

- Eso no ayudaría Betty -comencé yo.

- El me contó lo que pretendía hacer -respondió Bruce- quiere sacarme la información, analizarla para poder reproducirla y convertirla en un arma.

Betty se había quedado con la boca abierta, pues no esperaba algo así de nuestro padre, mientras que yo sí.

² CONTROLANDO LA IRA → Bruce Banner Donde viven las historias. Descúbrelo ahora