1.5.▪︎

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— Bruce, aquí tengo algunas cosas que quizá te vengan bien, las recuperé de nuestro piso... —dije intentando sacar el tema de nuestra relación.

— Oye, debería irme pronto, lo antes posible —respondió en cambio, dejándome algo decepcionada.

— ¿De verdad? ¿No puedes quedarte más? —le pregunto deseando convencerle.

— Me encantaría, pero este lugar no es seguro para mí. Siento tener que pedirtelo, pero necesito que me prestes dinero, debo tomar un autobús.

— Vale, pero al menos déjame acompañarte a la estación, notare si algo va mal.

— Vale...

— Espero que tengas todo lo necesario...

— Sí...yo...—dijo pareciendo que quería decir algo.

— ¿Qué?

—... buenas noches... —al final fue lo único que dijo.

— Que duermas bien —dije tratando de no mirar su boca que deseaba besar en ese instante a pesar de lo mucho que nos quedaba por decir, pero me giré y al escucharle cerrar la puerta acelere el paso, para llegar a mi habitación antes de retractarme.

Me tomo mucho tiempo quedar dormida sabiendo que Bruce se encontraba a unos metros de mi, pero que no podía ir con el, después de ver que no tenía intención de aclarar las cosas.

Al día siguiente tomamos varias precauciones a la hora de salir de la casa, habíamos quedado en que iríamos andando hasta la estación. Apenas habíamos hablado entre nosotros más que para aclarar el plan.

Todo el tiempo del recorrido mantuve mis manos en los bolsillos de la chaqueta para no caer en la tentación de tomar su mano. Pero hubo un momento en que no pude evitar darme cuenta de lo desaliñado que se veía por lo que le pare y le arreglé la ropa. Le quite la gorra y traté de arreglarle el pelo.

— Es muy estrecha —dijo refiriéndose a la gorra.

— Sí, un poco, te deja todo el pelo aplastado —dije si poder evitar sonreír.

Pero en ese momento ambos notamos algo raro.

— Están aquí —dijo él.

— Sí, yo también lo he notado.

— Leen, escuchame, aléjate de mi todo lo que puedas.

— No, me niego Bruce, se luchar y tengo esto —le mostré el arma que cargaba bajo mi chaqueta. Pero me ignoró y echo a correr.

En ese momento llegaron los militares, llendo tras él. Yo no pude quedarme quieta y también eché a correr.

Estábamos frente a la universidad y vi el vehículo de mi padre, me puse en su camino y le pedí que se parara.

— Se que estas ahí, general, por favor. ¡Papá! —le grite a pesar de que llevaba mucho tiempo sin llamarle así—. Papá, por favor, no lo hagas, eso no es lo que el quiere.

— Ahora no puedes entenderlo, ahora sube —dijo tomandome bruscamente del brazo.

Pero en ese momento avisaron de que los tenían rodeado y a tiro.

— No intervengan —ordeno mi padre.

Le avisan de que estaba atrapado y el da una nueva orden.

— Lanzazle dos botes, uno a cada lado.

Al ver lo que sucedía me zafe de mi padre y eché a correr a donde estaba Bruce. Trataron de pararme varios militares, pero noquee a la mayoría, pero al final dos de ellos me redujeron.

— Que ella lo vea —ordeno mi padre olvidando que no era la primera vez que lo veía así, convertido en un gigante verde.

No paraban de dispararle con diferentes calibres, pero ninguno de ellos lograba traspasar su piel, mientras que el se deshacía de varios de los vehículos.

Entonces actuó un soldado que parecía demasiado ágil y fuerte como para ser normal. Pero el lo único que logró fue cabrearle más, mientras le guiaba a una trampa, pero yo no podía ayudarle desde donde me encontraba retenida.

Con las ondas sónicas parecía que habían logrado pararle.

— Basta, papá, le estáis matando, debajo de ese gigante verde todavía está Bruce, mi prometido, papá. Él sigue ahí y le vas a matar.

Mi padre no me hizo ningún caso, pero el gigante verde pareció escucharme por que en ese instante comenzó a levantarse y a romper los vehículos que formaban su jaula, dejándole libre. Pero Blonski contra las órdenes de mi padre trató de luchar contra el, pero fue derrotado en un segundo.

Mi padre les mandó retirarse, pero yo no hice ningún caso, esta es la segunda vez que notaba su reacción ante mí, lo que me daba esperanza a cerca de que me pudiera reconocer. Por lo que me acerqué lentamente a él.

— Bruce.

Pero entonce comenzaron a disparar y él se puso como escudo para protegerme rodeandome con su cuerpo. Entonces le lanzo una pieza de hierro que había estado usando como escudo contra el helicóptero que nos disparaba, rompiendo la hélice, pero el helicóptero se acercaba rodando hasta nosotros. Él volvió a rodearme mientras él fuego nos rodeaba a ambos, el humo de este me empezó a dificultar la respiración a pesar de los intentos de él de mantenerme a salvo. Al final mi vista acabó tornándose en negro. Odiaba acabar cada vez que estaba a su lado desmayada.

² CONTROLANDO LA IRA → Bruce Banner Donde viven las historias. Descúbrelo ahora