1.7.▪︎

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Nos paramos en una gasolinera porque tenía que mandar un mensaje a quien le había estado ayudando con la cura, a pesar de mis reticencias, pues estaba segura de que sería una pista para hayarnos, pero esperaba que al menos nos diera tiempo a ayudarle.

Y entonces emprendimos el viaje hasta el Grayburn College. Compramos una camioneta que se veía muy vieja, pero ahora lo único importante era que funcionaba.

Yo iba conduciendo y a pesar de que trataba de centrarme solo en la carretera no pude evitar las preguntas que rondaban por mi cabeza.

- ¿Cómo es... cuando te pasa? ¿qué experimentas?

- Recuerdas el experimento que hicimos como voluntarios... aquellas alucinaciones inducidas - me acuerdo de que mi hermana me rogó para que la acompañase y me presentara en su intento por juntarnos a su compañero de clase Bruce y a mi-. Se parece mucho a eso, pero amplificado mil veces. Como si me echaran un litro de ácido por el cerebro.

- ¿Y te acuerdas de algo?

- Solo fragmentos, imágenes... hay mucho ruido, nunca consigo sacar nada en claro.

- Pero entonces sigues siendo tú el que está dentro -le dije buscando una explicación a que me reconociera.

- No, no, no es así -dijo descartando mi teoría.

- No se, en la cueva realmente parecía como que me conocías, también la primera vez que te transformaste, destrozabas todo a tu paso, pero paraste frente a mí. Tal vez tu mente está dentro, pero está sobrecargada y no puede procesar lo que ocurre.

- No quiero controlarlo -me dijo, tomando mis palabras de otra manera, en vez de preocupación y curiosidad-. Si no deshacerme de él.

- Yo no te lo decía con esa intención, no estoy a favor de los ideales de mi padre para usarte. Lo sabes. Solo estaba con él para encontrarte...

- Si, lo siento, es solo que es algo frustrante.

Ya era de mañana cuando noté algo raro en la retención en la que nos encontrábamos. Por lo que desperté a Bruce quien no parecía tener tampoco un buen sueño. Este salió de la camioneta a mirar.

- Tenemos que irnos -dijo al volver a entrar-. Retrocedemos muy lentamente.

Salimos de la camioneta y poco a poco nos salimos de la carretera. Acabamos pagando a un tipo para que nos llevara en su barco para cruzar y llegar a Nueva York.

- La zona alta queda muy lejos, lo mejor sería coger el metro, pero no se si tu...

- Yo, en un tubo de metal bajo tierra, con cientos de personas en la ciudad más agresiva del mundo. No, creo que estas en lo cierto. No es una opción.

- Vale, ¿crees que podamos coger un taxi?

- Eso creo.

Al final lo del taxi no salió muy bien, el taxista estaba loco, iba a toda velocidad, moviéndose como no se debía... le tuvimos que pedir que parase, por que estaba subiendole demasiado el pulso y eso no era buena señal. Cuando salimos no pude evitar despotricar todos los insultos que me sabía contra el taxista.

- Oye, -me dijo Bruce más relajado- podría enseñarte algunas técnicas para ayudarte a controlar esa ira. Son muy...

Al girarme con cara de mala hostia fue bajando la voz hasta que yo le corte.

- Tú calladito. Mejor vayamos andando.

- Vale.

² CONTROLANDO LA IRA → Bruce Banner Donde viven las historias. Descúbrelo ahora