Baboo!

Capítulo 34

-Aun no entiendo ¿Por qué te quedas aquí conmigo... ¡Cuando deberías estar cuidando a Kai!?

-El cuarto es seguro- contestó desde el sillón con un brazo cubriéndole los ojos

-Eso no responde lo...

-Ya te dije sobre lo que hablé con Akemi- su tono era monótono, pero sus palabras podrían herir a alguien que fuese susceptible, agradecía que Tamura no fuese así

-Pero... creí que querrías tomar a Kai- se llevó la mano a la barbilla y después abrió los ojos alarmado- pensándolo mejor, preferiría que la primera vez de Kai no fuese...huh

-...¿Conmigo?

-A final de cuentas, es decisión de ella- soltó un suspiro- pero no puedo evitar preocuparme porque seas brusco después de tanta abstinencia- un escalofrío recorrió su espalda y se estremeció- no quiero ni pensar en eso, es incómodo

Se giró y rebuscó algo entre las sábanas. Yuri agradecía que no lo viera, pues su rostro se contrajo cuando escuchó lo que dijo... "después de tanta abstinencia" ... ¿Debería contarle a Tamura? Después de todo, era su mejor amigo

-¡Aquí está!- gritó el otro y alzó glorioso el aparato

-¿Tu teléfono?

-Sí- sus orejas se colorearon ligeramente-. N-no es que esté preocupado por ella... pero... sería bueno saber si está todo bien, ya que no estás ahí

Llamó más de una vez, pero Kai no contestó.

Yuri al inicio pensó ignorar la llamada, pero una vez que no escuchó conversación alguna, su corazón se agitó, giró en busca de la reacción de Tamura, y este ya se encontraba caminando a la entrada

-Iré a verla, ¿Vienes?

Yuri negó. No quería verla ahora, no podría. Sí, Tamura era su mejor amigo, pero también era como un hermano para Kai... se preparó mentalmente para lo inevitable.

[...]

-¡Kai! Abre la maldita puerta o la tiraré- llevaba más de 5 minutos sin respuesta, agregando que él no era una persona paciente

Poco le importaba que lo escuchase alguien más. Con ayuda de una tarjeta le quitó el seguro a la puerta y entró.

Desde la distancia a la que se quedó, podía escuchar el volumen alto de la música que salía por los auriculares de Kai. Paseó la vista por el cuarto, parecía ordenado a excepción de la mesita, que estaba atiborrada de libros y libretas.

A pesar del ruido que había hecho, la chica no despertó. La encontró dormida en la cama, con un rastro de lágrimas en sus mejillas y los dedos de su mano derecha apretaban el corazón que adornaba su collar.

-Kai- llamó suavemente y la removió

Ella despertó sobresaltada y se movió hasta el final de la cama, asustada y tras un pequeño grito.

Tamura trató de calmarla, pero paró al distraerse con lo hinchados que se veían sus ojos, habían aparecido unas pequeñas ojeras debajo de ellos y sus labios estaban resecos, por si fuera poco, ahora las lágrimas eran más notables. Parecía un pequeño conejo asustado.

-Tamu...- susurró cuando lo reconoció y se quitó los audífonos- yo...

Se vio interrumpida por el abrazo de su amigo, la tomó por sorpresa, a ambos de hecho, pero el chico tuvo la necesidad de protegerla al verla de esa manera.

Kai no era consciente de cuán sola se sentía hasta ese momento, se aferró del suéter de su amigo y sin poder contenerse, soltó todo lo que le dolía acompañada de rebeldes y gruesas gotas saladas.