Capítulo 30

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-¡KAI-SAN!

Giró en dirección adonde provenía la voz, se encontró con un chico pelinegro y ojos dorados, no lo conocía, eso estaba claro, y se reflejaba en la mirada escéptica de la chica.

-¿Sí?

-Oh, no me vea así, Kai-san

-L-lo lamento

Parpadeó un par de veces cuando fue consciente de que tenía el ceño fruncido.

-No hay problema- rio de su actitud, pero después apretó la boca- yo... necesito pedirle un favor

-Ehh...

-Es sobre Yuri

Apenas escuchó su nombre, asintió y se dejó guiar por el chico hasta un salón de clases vacío, estuvo tentada a irse, pero cuando vio la mirada desesperada del contrario, guardó silencio y se quedó de pie frente a la puerta, sin cerrarla.

-¿Y Yuri?

-¡Exacto!

-¿Eh?

-Debemos preparar un proyecto y no se ha presentado, intento convencerlo desde hace días y no contesta mis mensajes ni llamadas, es para mañana

-Lo lamento, ¿En qué puedo ayudarte?

-Tu simple presencia ya es de ayuda

-Me estás asust...

-¡Baboo!

Incluso antes de voltear a verlo, unos brazos ya habían rodeado protectoramente su cintura por detrás. Inmediatamente sintió alivio.

-Lo siento, Kai-san.- el pelinegro hizo una reverencia-. tuve que usarla como carnada para que Yuri viniera

-¿C-carnada?- una gotita resbaló por su cien e hizo una sonrisa incómoda-. Yuri...

El pelirrosa soltó un bufido cuando notó la situación, no le gustaba trabajar en equipo, pero el tono que Kai había usado en su nombre le daba a entender que se molestaría si no se responsabilizaba.

Arrastró a la chica dentro del salón y recorrió una silla. Creyó que era para ella, pero el pensamiento desapareció cuando Yuri se sentó y después la jaló para sentarla a ella sobre una de sus piernas.

-¿Ajá?

Dijo para que el otro comenzara a hablar.

Mientras ellos hablaban, y resignada a quedarse así, se acurrucó más en el pecho de Yuri y comenzó a juguetear con su cabello, tenía muchas ganas de retirar sus lentes, pero no quería que alguien más viera sus ojos. Se limitó a enrollar un mechón en sus dedos y después soltarlo, así hasta que ellos terminaron de ponerse de acuerdo. Cuando terminaron, Yuri y Kai fueron a pasar el resto del descanso bajo su árbol.

Antes de llegar, pasaron al casillero de Kai a dejar una libreta, pero cuando abrió el locker, cayó un puñado de flores silvestres junto a una nota que decía "Me gustas", el chico pisó las flores y ni siquiera se molestó en levantarlas, solamente se llevó a Kai.

Desde ese momento y hasta ahora, conservaba el ceño fruncido y mientras Kai se acostaba en el césped, él se quedó de pie y con los brazos cruzados.

-¿Yuri?

Pero no le contestó, sólo refunfuñaba cosas incomprensibles. Lo tomó de la mano y lo obligó a sentarse, quedó recargado en el tronco del árbol.

-¿Yuri?

Pero aun así, no le contestó, giró la cabeza a un costado y se cruzó de brazos nuevamente.

Baboo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora