Up To No Good

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//Warning: se tratan temas explícitos y serios.//

- No me iré, hasta que hagas lo que pedí.-

Y el de traje verde bufó, agarrando de nuevo la cara contraria para acercarla más con la suya, le sonrió bacilonamente como antes; y se sacó los guantes frente a él, tirándolos al piso.

- Veo que eres bastante insistente.-

Con sus manos al descubierto y frías, acarició su mejilla suavemente, pasando por sus labios, causando un sonrojo en el ojia-zul debido al enojo y vergüenza que sentía.

Oncie se sorprendió, y de repente el miedo que dijo no tenerle al empresario regresó a su cuerpo, definitivamente sus instintos habían tenido la razón en qué algo malo pasaría. Miró a su alrededor, intentando pensar en una forma de salir de allí e ir directo con la corte, que es lo que debería haber hecho en primer lugar; más, nada, la oficina era grande pero estaba vacía, la fábrica en esta zona parecía estar inhabitada, así que gritar no serviría de nada.

Además, ¿quién sería tan tonto como para seguirle la contraria a alguien como el gran Greed-ler?

Aparentemente Once-ler lo era, y su único error fue ser tan inocente y pensar que todo lo que se le presentaba al frente era lo que realmente aparentaba.

Tragó con nerviosismo y sudor en su cara.

Sus caras estaban cerca, demasiado cerca, tanto que sus alientos chocaban desenfrenadamente, y Greed, sin pensarlo dos veces mordió el labio inferior del de chaleco grisáceo.

- Veamos si con esto se te pasa.- Su expresión era sombría; sin embargo su voz, aunque ronca, denotaba no solo seriedad si no, ¿...tristeza? Greed simplemente tenía miedo, de abrirse a los demás, de admitir que estaba mal haberle robado.

Pero no podía, y esperaba que si lo asustaba lo suficiente, él se iría.

El oji-azul seguía temblando, pero por alguna razón su mente había quedado ligeramente en blanco, pensando en las miles de razones de las por qué Greed-ler tenía esa sensación de melancolía y desagrado sobre él.

Era casi como si estuviera obligándose a sí mismo a no mostrar todo lo que sentía por dentro, pero, ¿qué sentía? Once ahora tenía el deseo intenso de saber qué era aquello que le molestaba, pues pensaba que toda persona tenía una ligera pizca de amabilidad dentro de sí, pues algo le decía que la fachada de chico malo que Greed poseía se rompería pronto.

Y se preguntaba, ¿qué es lo que sufrió para terminar siendo así de miserable, cruel y despiadado?

Pero sea lo que fuese que haya vivido, de todas maneras no justificaba en lo que se había convertido, y Greed lo sabía a la perfección.

El de ropas extravagantes continuaba explorando el cuello de Once a base de mordidas bruscas, sus manos frías recorrían por sobre los ropajes grises de el mismo, pero el oji-azul continuó sin moverse, sin empujarlo, analizando la situación, ¿valdría la pena pelear contra este monstruo que ahora estaba aprovechándose de él?

Ninguno de los dos entendía por qué el de ojos verdes hacía esto. No era codicia, y habían formas mucho más eficaces de deshacerse del muchacho.

Talvez, ¿estaba frustrado? Greed sentía que por primera vez le gustaría tener el control de su vida de alguna u otra forma.

Once hizo el intento de empujarlo, a lo que el agarre del de gafas se hizo más intenso, agarrándolo por la cintura con la mano, mientras cerraba sus ojos debido al miedo; sintió lágrimas de los ojos contrarios confundiéndolas con su sudor.

Up To No Good - Oncest. [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora