Capítulo dos

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Capítulo 2: Marcos y nuestro génesis

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Capítulo 2: Marcos y nuestro génesis

¿Marcos? Marcos es mi *amigo* , bueno vale, sé que la forma en la que pienso en él no es de *amigos* pero, ya ni sé que somos.

Bueno, nos conocimos hace dos años en Santiago cuando me encontraba de visita en casa de mi padre.
Yo estaba en la playa, me encanta observar el mar, todo lo que hay en el es un misterio para mí y es increíble como solo mirarlo me relaja.

Bien, estaba yo súper relajada hasta que una pelota de voleibol me dio en la cabeza y me sacó de esa paz infinita ya no tan infinita.
Agarré aquella pelota que creo que de la rabia que tenía en ese momento explotó.

Nah, no tan así, aún la tenía en la mano.

Siempre recuerden que el drama es mi fuerte.

En fin, de repente veo que viene trotando hacia mí, un chico, el Sol no me dejaba verle bien hasta que estuvo a un metro de mí. Era alto, más que bien parecido. Su pelo negro y ojos azules, hicieron que ardiera nuevamente, pero esta vez de deseo. Era tan... no sé decir cuantas cosas me pasaron por la mente en ese momento. Solo sé que no podía dejar de mirarle. Él estaba muy bueno y lo sabía de sobra por la seguridad con la que caminaba y hacia todo.

Muy Interesante.

Era lo primero que me venía al pensamiento cuando miraba a ese chico.

––¿Me la das? ––preguntó él.

––¿Cómo me vas a pedir eso? Ni siquiera te conozco. ––le respondí arrugando mis cejas.

Inmediatamente deseé que la tierra se abriera y me tragara. Mis mejillas ardían en ese mismo momento. ¿¡Serás estúpida Susana!?

––Eh, hablaba de la pelota. ––aclaró sonriendo pícaramente.

¡Dios Santo! ¡Qué boca tan... provocativa! ¡Concéntrate Susana!

––Ah, yo... eh... sí, claro toma. ––le entregué la pelota de voleibol.

––Gracias. Espero verte luego linda. ––me guiñó un ojo y se alejó.

Definitivamente él sabía lo que tenía y se aprovechaba al máximo de eso.

Luego de esa vergüenza creo que no volví a levantar la cabeza mientras estaba en la playa.

¿Estaba loca?

¿Cómo fue que dije eso?

¿Por qué me desconcentré de ese modo?

Más tarde me tranquilicé, ni siquiera lo conocía y probablemente no nos veríamos más luego de regresar a La Habana.
Mi consuelo se fue al váter cuando me di cuenta que el mismo chico de la pelota estaba sentado a mi lado.
Me congelé en ese instante,

¿Cuánto tiempo llevaría ahí?

No iba a hablarle, la vergüenza de hace un rato aún estaba haciendo efecto, pensé que me iba a desmayar hasta que lo escuché decir:

––Disculpa, perdí esta ronda y los muchachos me sacaron. ¿Te molesta que me siente aquí?.

––¿Tan malo eres?

No puedo creer que haya preguntado eso en voz alta.

––No, ¿o sí? Ahora mismo estoy en dudas ¿sabes? ¿Qué opinas tú?

––Mmm... opino que debes de ser malísimo si tus compañeros te sacaron del juego.

––Bueno no debo de ser tan malo cuando hace un minuto me la querías dar.

¡Mierda!

––Eh... no te creas tanto, yo solo... ––enseguida nos miramos y ambos comenzamos a reír.

(...)

En los próximos días nos seguimos viendo y empezamos algo así como a salir. Era tan divertido estar con él. Cada minuto a su lado era magnífico. No quería alejarme pero desgraciadamente el tiempo pasa.

Cuando regresé a la Habana seguíamos en contacto y cuando volví a Santiago nos encontramos nuevamente y así fue por un tiempo. Luego entré a la escuela de arte y empezé mi universidad y ya solo nos comunicábamos por chat; pero virtualmente seguíamos juntos. Al menos él no dejaba de tratarme como *su chica* y yo le correspondía igualmente.

Nunca le dije a Bett, o sí, bueno, le comenté que había conocido a alguien pero nunca le di tantos detalles.
Al final, no era nada estable y tampoco es que viviéramos cerca.
Marcos y yo nos conocimos hace dos años, tenía 17 en aquel entonces, y si son buenos en cálculos, actualmente tengo 19.

Vale, no les voy a ocultar que estoy enamorada, desde que le conocí me encantó y que no piense en nuestra relación como algo estable no significa que no sienta grandes cosas por él.
Solo soy realista y sé que estando varios kilómetros separados las cosas no son iguales a como sería una relación de a pocos pasos de distancia.

Aunque el roce hace el cariño yo estaba más que encariñada con este chico.

Quería que las cosas fueran distintas, quería tenerle cerca, andar de las manos juntos. Salir con él y Bett. Compartir. En serio me gustaría que se conocieran pero nunca hemos hablado de que él venga acá.
Betty tiene familia también en Santiago, hace poco fue y hasta con novio vino. Me alegro por ella, se le ve más animada. Aunque no le conozco, me ha hablado demasiado de él, es como si ya fuera así, como si ya lo conociera.

Alomejor un día podemos salir los cuatro juntos. Marcos y yo, Betty y Matty. Por cierto el novio de mi amiga se llama Matty. Se me había olvidado ese detalle.

No hace falta que les diga que soy algo despistada, eso creo que ya lo notaron.

OJO: despistada, no despreocupada. Soy muy responsable con mis cosas independientemente de lo que diga mi mamá.

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Más días que chorizo [Completa✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora