Capítulo seis

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Capítulo 6: Promesas de Luna Llena

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Capítulo 6: Promesas de Luna Llena.

Marcos va despacio en la moto, sabe que me gusta apreciar todo. Pero de un momento a otro comienza a acelerar ya llegando a la costa y yo empiezo a disfrutar más de la brisa. Ya siento el mar y hasta puedo olerlo.

¡Llegamos!

Él se baja primero y me carga al hacerlo. Parquea la moto en una esquina y vamos caminando juntos hacia la orilla. Allí, coloco en la arena una toalla y nos sentamos.
La Luna está preciosa; y hoy está llena.

––¿Recuerdas la última vez que hicimos esto? ––pregunta Marcos mirando hacia el mar.

––En diciembre del año pasado ––respondo.

––Verdad, pues creo que debemos hacerlo más seguido.

––¿Qué cosa, sentarnos en la playa y mirar la Luna?

––Sí, ¿Qué más quieres hacer conmigo?, ¡Dímelo! Justo hoy estoy aceptando propuestas, heme aquí tu disposición, has de mí lo que quieras chiquita. ––dijo acostándose y colocando sus manos en la cabeza.

––¿Ah sí? ––pregunté acercándome hasta estar encima de él y de su boca. ––¿Lo que sea?

––¡Oh sí!

––Pues, que te parece si.... ––me acerqué a su oído y le susurré algo suavemente que lo hizo abrir sus ojos como platos.

––Me parece que no deberíamos perder más tiempo.

Dicho esto me volteó de modo que quedó él encima de mí, comenzamos a besarnos y... el resto ya saben.

Si esperaban que diera más detalles solo les puedo decir que estaré orando por ustedes y ese espíritu de +18 que los persigue.

(...)

La noche estaba perfecta. Marcos y yo estabamos acostados uno al lado de otro.

––¡No sabes cuánto te extrañaba!

––Y yo a ti, las cosas no han ido muy bien últimamente, pero pensar en ti me hace bien.

––No quiero que te vayas nunca más.

Solté un leve bufido. ––Ojalá y todo fuera tan sencillo como eso.

––No es fácil, pero tampoco es imposible Susan.

––¡Yah! Seguro.

––¿Tú no lo crees? ––preguntó mirándome seriamente.

––No es eso, es que, la distancia es muy dura Marcos y sabes que eso influye mucho en nuestra relación.

––Mira, yo sé que es difícil pero, te quiero y, puedo cometer muchos errores pero estoy seguro de mis sentimientos por ti y no quiero que llegues a dudar de mi amor, pase lo que pase. Te prometo Susan que nunca voy a alejarme de ti. Nunca te haré daño.

––Eso espero Marc, confío en ti.

(...)

Los días transcurrieron demasiado rápido. Un día era domingo y el otro ya martes. Me preparé y bajé a despedirme de papá y Liz.
Marcos bajaba la maleta detrás de mí.

––Bueno mi pequeña, cuídate mucho ¿sí? Y llámanos al llegar. ––dijo papá algo triste.

––Está bien papá. Prometo llamarlos al llegar y también volver pronto. ––respondí mientras los abrazaba fuertemente.

––Insisto en llevarte al aeropuerto linda, Marcos puede ir en la moto o en el auto con nosotros. ––añadió mi papá esperanzado.

Pero el problema es que yo sé que allá se va a poner nostálgico y no quiero verlo triste.

––¡Pero bueno señor Wilson!, tranquilo... tranquilo papá. Todo estará bien. Quédate en casa, seguro tienes trabajos pendientes y no quiero verte triste, sabes que no me gusta.
––dije dándole un último beso. ––Te quiero papá. ––cerrando la puerta tras ellos, salí.

Marcos me llevó en la moto al aeropuerto y allí nos despedimos.

––Bien... ¿Este es otro adiós no? ––preguntó el algo triste.

––Es un "hasta pronto, mi amor". ––besé fugazmente su mejilla.

––Te voy a extrañar Susan. ––dijo bajando la cabeza.

––Ey, no te pongas así. Nos veremos pronto. Te voy a extrañar mucho también.

––Es que, mira... tengo que hablarte Susan, te quiero y no quiero seguir ocultándote esto, yo...

Pasajeros con destino a la Habana...

––Yo también te quiero Marcos, debo irme.

––No, en serio debo hablarte...

––Todo está bien cariño. ––le besé y abracé.

––En fin. Te espero aquí, vuelve pronto.

––Cuídate 

Agarré mi maleta y me di media vuelta.
Antes de perderle de vista le tiré un beso a distancia y fui correspondida del mismo modo.

(5 horas después)

Luego de llegar a casa, llamar a papá y a Marcos me dispuse a dormir un rato.
Mamá me buscó al aeropuerto; cosa que no habíamos planificado pero que agradecí debido a lo malo que estaba el transporte.

Luego de despertar, bajé a cenar. Ya sentada en la mesa, mamá me sirve el espaguetis compuesto con carne de cerdo que tanto me gusta.

––Mmm... ¡qué bien huele!

––¿Verdad que sí? Espero que te guste y bien... ¿qué tal Santiago?

––Hermoso, como siempre.

––¿Y el tal Marcos? ¿Cuándo lo vas a traer a casa?. Tu padre ya lo conoce y yo no tengo ni la más mínima idea de quién es.

––No es tan fácil mamá. No seas tan curiosa.

––¡Susy! No me hables así. Solo quiero conocer al novio de mi hija.

––Lo sé, y yo también quisiera que se conozcan. No digo que no ocurra... quizás pronto.

––En fin, yo no he dicho nada.

MARCOS

La vida es tan misteriosa. Te sorprende de tantos modos que ya no sabes que va a ser lo próximo que te va a obsequiar.
Susan es uno de esos grandes regalos que la vida me ha dado. Desde que la conocí, todo cambió, ya nada me importa fuera de ella.

La quiero tanto que me siento idiota. Idiota por no haber tenido el valor de contarle.

Aún no sé ¿cómo fui tan estúpido de haberla engañado así? y ahora no sé cómo salir de este agujero.
Solo sé que fuera de todos mis errores, la amo. Y aunque piensen que engañar y amar no son sinónimos, la amo, sí y no pienso perderla.

Mientras manejo en dirección a casa, no olvido la promesa que le hice esa noche bajo la Luna:

Nunca me voy a alejar de ti, Susana.

Nunca.

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Más días que chorizo [Completa✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora