Más días que chorizo [Completa✔]

Capítulo ocho

Capítulo 8: Rota.

Nuevo día, nuevas vibras. Me levanto y comienzo a prepararme para ir a la escuela. Desayuno, me cepillo, cojo la mochila y salgo en dirección a la puerta.

––Ya me voy mamá.

––¡Oh! Susan espera, hoy debo llegar más temprano al trabajo. Te llevo, vamos.

Dijo mamá mientras cogía las llaves del carro y me empujaba hacia la puerta con una sonrisa.

Como si yo tuviera seis años para estar en sus jueguitos.

Llegamos a la escuela y dispongo a bajarme mientras le digo a mamá "Nos vemos luego" y ella me comenta que me va a pasar a buscar de vuelta a casa.

Mientras el auto se aleja, entro en terreno escolar; hoy es un día común, no tenemos muchas clases, solo talleres.
Enciendo el móvil, me coloco los auriculares para escuchar música y buscando una canción que me cuadre, me distraigo y choco con alguien al cual se le cae todo lo que lleva en la mano. Le ayudo a recoger sus cosas, tomo el móvil que también cayó al suelo y cuando me levanto comienzo a habalarle sin mirar aún de quien se trata.

––Disculpa iba distraída, yo... ––le miro y quedo perpleja. ––¿Marcos? ¿qué haces tú aquí?

––¿Susan? ¿Estudias en este...? ––Marcos fue interrumpido por una voz muy familiar para mí.

––¡Hey Sus! veo que ya conociste a mi novio. ¡Qué bien! No tendré que poner mucho empeño en presentarles.

––¿Nov... perdona?, Beatriz, tu... tu novio ¿No se llamaba Mati? ––esperaba que Betty dijera algo que pudiera quitar la confusión que sentía.

––No, o sea sí. A ver, le digo Mati porque su apellido es Martín. En fin, Marcos Martín Estévez, te presento a...

––Susana Wilson ––hablé suprimiendo toda emoción en mí extendiéndo mi mano para estrechar la suya mientras me iba destruyendo por dentro.

Tenía que salir lo más pronto posible de aquí

––Betty perdóname, pero yo... debo irme.

––¿Irte? pero... ¿por qué? No no. Ven con nosotros. Los talleres de hoy son opcionales. Mati llegó ayer y quería enseñarle esto por aquí; por eso vino a acompañarme hoy mientras iba a entregar unas cosas que le debía traer al profe García. Dale Susan y así se conocen mejor.

¿Conocernos mejor? ¡Oh querida! Si supieras cuánto conocemos él uno del otro ya.

O creía conocer, porque después de todo esto no puedo dejar de sentirme estúpida y sucia.

––Es que... quedé con Camila de ayudarla con los de 1ro A en un taller. ––mentí. ––Lo siento Beatriz, quizá más adelante.

Antes de seguir mi camino sentí necesidad de mirarle a él directamente a los ojos y decirle: ––Ha sido un placer ¿Marcos? ¿verdad?