Liberandum ©

Ｃａｐíｔｕｌｏ ６．

"¿𝐋𝐞𝐯𝐲 𝐃𝐞 𝐋𝐮𝐪𝐮𝐞? '' 

No me di cuenta en el momento que me quede dormida con el celular pegado al oído. Tampoco si me quede dormida aún hablando con Derek. Me sentía muy cansada, tanto mentalmente como físicamente. No soy de correr mucho, ni nada. Aparte que, todo lo que pasó en un solo día me terminó agotando. Era demasiado.

Tomé mi celular, para ver la hora. 10:30 am. Solo tenía mensajes de Atenea deseándome que tenga buen día, les respondí que le deseaba lo mismo y que la echaba de menos. A la 1:00 pm tenía que estar en la escuela de Levy. Suspiré. Todo va a estar bien. ¿Qué puede salir mal?

"Que vuelvan a seguirnos. '' Pensé.

"Que me sigan solamente a mí. ''

"Que intenten hacerle algo a Levy. ''

Ok. Basta. No puedo seguir con esto. Parezco disco rayado. Tengo que levantarme y actuar como si nada. Me tallé los ojos y me levanté de la cama. Tomé unos jeans, una blusa de manga corta negra y fui hacia el baño. Ya en la regadera intenté relajarme lo más que pude. Si mis papás me miraban preocupada, me preguntarían qué había pasado y no quería que supieran nada. Ya sé. Sé que cosas así no deben ocultarse a los padres, pero mamá no está muy bien de salud últimamente. Ella nos dice siempre que son migrañas, pero yo no me trago eso. Tampoco es como que quiera ir a ver a un doctor. Varias veces me dijo que había ido con el doctor de la compañía donde trabaja y que le decían que solo quería descansar. Por favor. ¿Sólo descansar? Estupideces.

Salí de la regadera envuelta en la toalla y miré mi reflejo. Nunca antes había tenido tanto miedo. No de algo como esto. Cuando iba en la Preparatoria me daba miedo no pasar los exámenes finales. Me daba miedo que mi entrenador me regañara. Que papá me regañara cuando fallaba algo en un juego. Nada fuera de lo normal. Nada que pusiera en peligro a mi hermana menor. Nada que me pusiera en peligro a mí. Tenía miedo de salir a la calle. Tenía miedo de que Levy saliera a la calle. Incluso, por primera vez en mi vida, tenía miedo de ver las noticias.

11:15 am. Salí del baño ya vestida, un poco arreglada y me dirigí a la cocina. Aún tenía tiempo para desayunar algo antes de irme. Papá estaba con Jules en la sala viendo un juego de béisbol. Gracias a Dios que no le gusta ver noticias. Menos cuando está mamá cerca. Jules es un labrador negro. Adriel se lo trajo a Levy cuando cumplió 5 años. Claro que ella le puso el nombre. Desconozco de donde lo saco pero es bonito. Era un cachorro en ese entonces. Ahora está del tamaño de mi hermana. Es muy cariñoso y protector. No sé qué tanto le han enseñado entre mi papá y Adriel, solo sé que cuando le dicen que se siente, lo hace. Cuando le dicen que ataque, lo hace. Cuando le dicen que me moleste, lo hace. Creo que hace más caso que cualquiera de mi familia. Sonreí. Jules me miró y comenzó a mover la cola como loco. Me acerqué a él y le rasqué las orejas.

-Adriel me dijo que tu irías por Levy de nuevo, necesitarás mi auto, ¿verdad?-Me preguntó papá, aun mirando el televisor.

-Sí. Adriel tiene entrenamiento y me pidió que fuera por ella.-Expliqué, yendo hacia la cocina, pero la voz de papá hizo que me volteara a verlo.

-Ava, espera.-Me llamó.-Solo trata de apresurarte, por favor. Tu mamá no se ha estado sintiendo bien y quiero que haya al menos 1 auto en la casa. Ya sabes... por si acaso.-Susurró, mirándome.

Asentí lentamente.-Está bien. Solo iré por ella y trataré de llegar rápido.-También susurré. Sé que mamá está en la cocina y también que ninguno de los dos queremos que ella sepa que hablamos de ella.- No te preocupes por eso, ¿sí?-Trate de sonreír levemente. El asintió y me sonrió, justo igual que yo. Volvió su atención al televisor.