Liberandum ©

Ｃａｐíｔｕｌｏ ４５．

''𝑹𝒐𝒔𝒂𝒔 𝑽𝒊𝒐𝒍𝒆𝒕𝒂𝒔.''

No pensé que diría esto, pero el dolor de perder a mamá era más fuerte que el dolor que viví cuando secuestraron a Levy.

No fui consciente en el momento que Matthew me sacó de la habitación de mamá, me sentía como un muerto viviente. No tenía idea de donde estaba papá o Adriel, hasta que los vi fuera del hospital, estaban abrazados y papá le decía algo al oído, imaginé que estaría calmándolo. Después de lo que pasó con Adriel en la habitación de mamá, calmarlo sería lo más prudente.

Pero, ¿qué palabras sanan el corazón de un hijo cuando sabe que ya no podrá ver a su madre? Que ya no podrá sentir sus brazos a su alrededor, que ya no escuchará su voz ni sus risas, que ya no podrá ver los ojos brillantes de su madre. ¿Qué se le dice a un hijo en esos casos? Me gustaría saberlo, pero eso a mí no me serviría de nada.

Dudo que algún día quisiera saberlo, prefería evadir el tema desde ese momento en adelante.

Nada podría aliviar el dolor de perder a mamá.

Nada.

La despedida con papá fue rápida, no quise tener "la plática'' con él como lo hizo Adriel, yo solo quería salir de ese estúpido lugar. Si quería tener la mente en blanco era lo mejor salir corriendo del hospital.

Antes de subir a la camioneta pude ver como papá hablaba con Matthew, lo increíble fue que se dieron un corto abrazo. No increíble por papá —él siempre le había gustado despedirse de esa manera—, me refería a Matthew. Dentro de ese gran caparazón debía de haber un alma buena...muy, muy dentro.

—El funeral será mañana por la tarde. —Dijo Matthew después de entrar al auto. —Tienen dos minutos para decidir si quieren  estar presentes o prefieren seguir con la misión. —Miró primero a mi hermano, quien estaba de copiloto, y después su mirada pasó a mí. —Es su decisión y cualquiera que tomen estará bien. Yo los apoyaré en todo. Estaré ahí para ustedes. —Noté que en su última oración me lanzó una mirada. Quizá no sabía cómo iba a reaccionar a aquello.

— ¿Y qué pasará con Florida? Los demás te necesitan. —Preguntó Adriel en un susurro, sin mirarlo.

Matthew suspiró pesadamente y se fijó en mi hermano. —Al igual que ustedes. —Se pasó una mano por el cabello. Lo sentía frustrado. —Pero si tengo que irme con ellos, entonces pediré que alguien venga por ustedes.

—No es necesario.- Murmuré mirando mis manos.

—Claro que es necesario, los necesito a ambos en el barco y...—Lo interrumpí antes de que fuera demasiado tarde.

—Me refiero a que no es necesario porque no quiero estar en el funeral, Grigori. —Espeté mirándolo directamente a los ojos. —Puede que suene como una maldita perra, pero no quiero estar presente en el funeral. No quiero volver a ver a mamá así y mucho menos quiero estar rodeada de familia que solo me dirá que lamenta mucho mi perdida, porque ellos no saben lo que estoy sintiendo en estos momentos. —Apreté los puños en mi regazo para controlar las lágrimas. —Quiero seguir con la misión y quiero irme ya.

—Esa decisión no es solo tuya, niña. —Miró de reojo a Adriel, quien se removió inquieto y noté como se secaba las lágrimas.

—Haré lo que mi hermana quiera. —Susurró. —Si ella no quiere estar en el funeral, yo tampoco lo estaré. A donde vaya ella, yo iré. No nos vamos a volver a separar.

Matthew asintió y mordió un poco fuerte su labio. — ¿Estás segura, Ava? —No respondí, solo me limité a asentir. — ¿Tú estás seguro? Su padre los necesitara.