Capítulo 35.

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"𝑹𝒆𝒃𝒆𝒄𝒂 𝑨𝒗𝒆𝒓𝒚. ''


— ¿Qué crees que quieran hablar con mi hermano? —Pregunté mientras me colocaba la pijama, aunque no era tan tarde para ponérmela. Eran alrededor de las seis treinta de la tarde. Hacía rato que Adeline y yo habíamos llegado a la habitación, Beca nos dijo que iría a ponerse algo más cómodo y venía con nosotras.

Adeline se había metido al baño desde que llegamos, me había dicho que se sentía sucia después de tocar a Janifer y solo me reí de su comentario. Ahora se estaba recogiendo el cabello mojado en un moño mal hecho.

—No tengo idea —Se lanzó sobre su cama. —, pero estoy segura que no es nada malo. Confío en esos dos, no le harán nada al sexy hermano, en especial porque es hermano. —Remarcó, recargándose sobre sus codos para alzar la cabeza y mirarme.

Fruncí el ceño, pero antes de que pudiera hablar comenzaron a tocar la puerta. Me dirigí a esta y la abrí. Beca entró con una sonrisa de boca cerrada, vistiendo un pants holgado gris y una camisa de manga corta blanca. Adeline se sentó en su cama y dio unos golpecitos para que Beca se sentara junto a ella.

— ¿De qué creen que Matt y Nick querían hablar con Adriel? —Preguntó Beca mientras se acomodaba los lentes sobre la cabeza. Pude ver que se había dado una ducha al igual que Addy porque no traía ni una gota de maquillaje, además de que se talló los ojos con el dorso de las manos. Si hay algo que es muy característico de Rebeca son sus ojos un poco rasgados y pequeños, y su sonrisa. A simple vista pareciera como si tuviera unos quince años, aunque, en realidad, no sabía exactamente cuántos años tenía.

Adeline la miró con el ceño fruncido.

— ¿Tú también vas a molestar con eso, Avery? —Le dio un leve empujón.

Rebeca sonrió y se encogió de hombros.

—Tengo que saber si van a asesinar al futuro padre de mis hijos. —Dijo mientras se tallaba nuevamente los ojos.

Adeline me miró burlonamente y les lancé una almohada, la cual cayó más hacia Rebeca.

—Cuñada, ¿qué te pasa? —Rebeca se colocó una mano en el pecho, fingiendo que estaba ofendida.

—Deja a la pobre chica, le va a dar un coraje y sé le saldrá mini Nicholas. —Replicó Adeline mientras se cubría la cara con la almohada. Aunque no la podía ver sabía que estaba sonriendo.

Rebeca soltó una carcajada y la miré entornando los ojos.

— ¡Yo no dije nada! —Levantó las manos con aire inocente.

La miré abriendo mucho los ojos y negué con la cabeza, Adeline no sabía lo que había pasado con Nicholas y no tenía muchas ganas de explicarle con detalles.

Addy se descubrió la cara y nos miró confundida, pero antes de que dijera algo Rebeca habló.

—Pensé que comenzarías a dormir con tu hermano, Ava. —Se recostó al lado de Adeline mientras se volvía a colocar los lentes sobre la nariz.

Suspiré y me senté en mi cama, recargando la cabeza en la pared.

—Ni siquiera sé qué diablos hace aquí. Pensé que no tendría que preocuparme por él, ahora lo tendré que hacer y rogarle a Dios que no le pase nada malo. —Cerré los ojos tratando de evadir los pensamientos.

Una almohada golpeó mi cara haciéndome abrir los ojos.

Adeline estaba sentada, pero miró a Rebeca, como si ella la hubiera lanzado.

Liberandum ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora