Capítulo 20.

84 7 0
                                    

"𝑫𝒆𝒄𝒊𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔.''  


Tomé la mochila que Adriel usaba en los entrenamientos y la llené de ropa, cosas que podría necesitar, cosas de higiene personal. Solo agarré 2 pares de tenis. La mochila no cerraría si metía algo más, pero ¿cuánto tiempo estaría con Mattew? ¿Cuánto tiempo tardaríamos en llegar con Levy? Bueno, eso último era lo que más me preocupaba. Podían ser días, semanas, meses o, incluso, años. Podía pasar el tiempo que fuera, pero no descansaría hasta que mi hermana volviera conmigo a casa.

Escuché la puerta de abajo cerrar, eso solo podía significar 2 cosas; Matthew se hartó de esperar y había subido por mí, porque es un idiota o Adriel había llegado a casa y me preguntaría por qué hacía la maleta. Siendo sincera, no tenía ningún interés en decirle a mi hermano mis planes porque, mierda, ¿me dejaría irme con un completo desconocido que me decía que podía ayudarme a encontrar a Levy? No, claro que no. Mierda, por supuesto que no, yo tampoco lo hubiera dejado irse si fuera él quien estuviera haciendo maletas. 

Pero no tenía otra opción, se nos estaban terminando las ideas y yo no había hecho absolutamente nada. Esa era mi única oportunidad para ayudar y salvar a Levy. No me importaba si aquello era una trampa y si terminaba igual que mi hermana –o peor. Sabía que si Matthew tenía algo que ver con la gente esa, podía terminar ver a mi hermana. Solo necesitaba estar con ella para saber que podía protegerla.

La puerta de la habitación se abrió de golpe, aunque no por completo.

- Creí que estabas dormida...-Vaciló, frunciendo el ceño.- ¿Qué haces?-Se recargó en el marco de la puerta.

-¿Qué te parece que hago?- No lo miré, solo cerré la maleta y me la colgué en el hombro.- Es una maleta, Adriel, te la presento.- Me dirigí a la puerta, pero antes de salir me tomó del brazo.

-No es momento para que seas graciosa y menos conmigo, Ava.-Me miró con expresión seria, directamente a los ojos.- ¿A dónde vas? Y ¿Por qué llevas la maleta?

Traté librarme de su agarre, pero solo me apretó con más fuerza.- Adriel, me estás lastimando.-Hice una mueca. Estaba segura de que, cuando me soltara, tendría el brazo rojo.  

Me soltó.- Ahora responde y quiero la verdad, Ava.-Por más que intentara pensar en un plan para librarme de él, no encontraba ninguno realmente bueno y lo más importante; que mi hermano me lo creyera.

Suspiré.- Tienes que prometerme que vas a confiar en mí, Adriel, por favor.-Supliqué. No tenía otra opción; le tenía que contar la verdad. Al menos, mi verdad, la única que yo conocía y entendía.- Y, más importante, no puedes decirle nada a nuestros padres. -Adriel me miró incrédulo, sin entender nada.- Promételo, Adriel.-Insistí. No había mucho tiempo y lo estaba perdiendo tratando de convencer a mi hermano mayor.

Negó con la cabeza.-No, Ava, primero dime qué mierda está pasando y luego te prometo lo que quieras. Antes no.

Me mordí el labio, nerviosa.- Hay una persona que puede que sepa en dónde está Levy.-En ese momento le cambió la cara totalmente, los ojos le brillaron. Era esperanza.- Pero tengo que ir sola. No sé exactamente qué tengo que hacer o en dónde tengo que buscar, pero ambos sabemos que haré lo que sea para que Levy regrese.-Traté de controlar mi respiración. Mi mano derecha comenzó a temblar y supe que en cualquier momento me podría dar un ataque de ansiedad y eso arruinaría totalmente mis planes.

-Ava, no. No puedes hacer eso.-Se pasó la mano por la cara, frustrado y se alejó de mí- No puedo perderte a ti también, Ava, por favor.-Sus ojos se estaban llenando de lágrimas y esa fue la gota que derramó el vaso. Yo le estaba causando eso a mi hermano. Mi decisión lo había puesto en esa situación.

Liberandum ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora