Ha pasado una semana desde lo que ocurrió con Peter y no he vuelto a saber de él, según su madre ha estado ocupado y no podía venir a dar clases, así que me paso las tardes en casa estudiando física y anatomía como puedo ya que se me da fatal, miro la hora en el reloj y decido bajar a la cocina y buscar algo en la nevera cuando la voz de mi hermano llama mi atención.
-La desaparecida se ha dignado a aparecer.- Dice sentándose en una de las sillas de la isleta.
-No estoy para chorradas.- Le contesto sacando un táper de macarrones con tomate de la nevera.- ¿Qué quieres?- Pregunto metiéndolo en el microondas y dándome la vuelta para quedar frente a el.
-Te noto rara.- Comenta distraído.- ¿Pasó algo?
-¿Por qué tendría que haber pasado algo?- Pregunto evitando su pregunta.- Quitando el echo de que mi puto profesor no viene a dar clase y me paso horas estudiando algo que no entiendo.
-Porque te oí discutir con un tío hace una semana y llevas insoportable desde ese día.- Dice y me tenso.
-¿Me oíste?
-Si.- Responde.- Y os vi.
-No es asunto tuyo.- Digo tajante y escucho el sonido del microondas avisándome de que la comida ya está.
Lo saco y lo dejo en la encimera e instintivamente saco dos tenedores, uno para mi y el otro lo dejo al lado de Miranda.
Comemos en silencio hasta que vuelve a abrir su bocaza.
-Yo también pasé por eso Laila.- Me dice y lo observo con desinterés.- Se que no estás para charlas de hermano mayor, pero yo hubiese agradecido tener a alguien que me aconsejase y me escuchara cuando tenía problemas.
Dudo en si decirle nada, pero cuando pone cara de perrito abandonado cedo en una risotada.
-Se llama Peter.- Empiezo a decirle y le cuento que nos conocimos en la academia, omitiendo ciertos detalles, entre ellos que casi mata a alguien.
-Le gustas mucho.- Dice una vez termino y no puedo evitar reírme.
-Ahora si alguien te gusta tonteas con otras y pegas a la gente con la que se junta la otra persona.- Digo sarcásticamente.
-No así exactamente.- Dice riendo.- Pero yo también partí un par de bocas por alguna tía.
-¡¿Que?!- Me exalto y casi me atraganto con los macarrones.
-Como lo oyes.- Dice elevando lo hombros.- Era un playboy macarra, pero muy guapo.
-No me lo puedo creer.- Digo anonadada.- Pero si no recuerdo verte magullado nunca.- Añado pensativa y el ríe.
-Eso es porque el otro recibía la peor parte.- Contesta socarrón.
-Desconocía esa parte de ti..
-Eso es porque quería ser un hermano ejemplar y mira como has salido tu.
-Capullo.- Le digo tirándole un macarrón que impacta en su cara.
Terminamos los macarrones entre carcajadas y recogemos la mesa, cuando voy a subir las escaleras ahogo un grito ya que sus manos me agarran de la cintura y me echa a un hombro como si fuese un saco de patatas.
-¡¿Se puede saber que coño haces!?
-Venga hermanita, como en los viejos tiempos.- Dice y empieza a dar vueltas conmigo encima como si fuese una peonza.
-¡Te voy a vomitar encima idiota!- Le grito y como si de un cazo ardiendo se tratase me suelta dejándome caer en el sofá.- Que acabo de comer joder.- Gruño intentando que el mareo no vaya a mas.
De repente el sonido de su teléfono móvil inunda el salón, no se cuanto tiempo pasa hasta que se sienta a mi lado en el sofá y se me ha quitado el mareo.
-Escucha, tengo que ir al gimnasio en un par de horas.- Me informa y yo asiento.- ¿Te parece si vamos a por un par de batidos, me acompañas al gimnasio y pasamos por el burguer de vuelta?
Me tomo un par de minutos para pensarlo, pero en cuanto me imagino comiendo una crispy chicken con sus patatas acepto sin dudarlo.
Pasamos la tarde dando un paseo y hablando de cosas en general hasta que llegamos al gimnasio, una vez allí entramos y el olor a sudor inunda mis fosas nasales, miro a mi alrededor y observo que en el centro del gimnasio hay un ring de boxeo, me quedo mirando a las dos figuras que se golpean en el ring y noto que uno de ellos me es familiar pero no le doy importancia y sigo a mi hermano hasta el fondo de la sala.
-Espera aquí, no tardo.- Me informa, yo asiento en silencio y lo veo alejarse hasta que desaparece por una puerta metálica.
Al cabo de unos minutos comienzo a dar vueltas por la sala aburrida y vuelvo a centrarme en el ring, me acerco y cuando estoy a un metro lo veo.
-Peter...
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Mi Sexy Profesor de Academia.
Подростковая литература-Y dime Laila.- Dijo comiendome con la mirada.- ¿Que tal se te da anatomía? Mi cuerpo se tensó y mi corazón se aceleró al oírlo. -B-bien.- Digo cortada. -Vamos a comprobarlo..