Capítulo 11

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-Quédate.

Su cuerpo frena en seco al escucharme y gira 180 grados hasta quedar frente a mi.

-¿Que has dicho?- Pregunta con una sonrisa arrogante.

-No lo voy a repetir.- Respondo.- Me has oído perfectamente.

-Me pareció oír un "Quédate".- Dice con una sonrisa.- Pero viniendo de ti debo asegurarme primero.

-Peter...- Gruño fulminándolo con la mirada.

-¡Vale!- Se rinde.- Ya paro.

Tras una hora hablando de mis suspensos y mi vida me niego a responder su última pregunta y tomo su relevo.

-Ahora me toca preguntar a mi.- Le informo y el asiente.

-Adelante.

-¿Te gusta alguien o simplemente te dedicas a coquetear con tus alumnas?

-Golpe bajo Laila.- Dice haciéndose el ofendido.- Además, ¿Eso a ti que te importa?

-Como todas babean por ti, supongo que les has dado pie para que sean así contigo.- Comento.- Pura intriga.

-Tengo que admitir que nunca antes había tonteado con alumnas hasta este año.

-¿Eran muy pequeñas para ti?- Pregunto divertida y el asiente.

-Es el primer año que doy clase a alumnos de ultimo año de ESO.

-¿No crees que somos pequeñas para ti?- Digo pensativa.- Osea, tienes 21 años según tengo entendido.

-Todas sois mayores de edad.- Concluye el y yo niego.

-En mi caso no, me sacas 4 años Peter.

-¿Eso es un impedimento para ti?- Pregunta acercándose hacia mi y yo niego con la cabeza.

-En el caso de que me gustases, no, no lo sería.- Respondo nerviosa y el vuelve a acercarse un poco mas.

-¿Entonces este dios griego no te gusta?- Los nervios me apoderan e intento separarme de el pero el apoya su cuerpo encima de mi evitado que me pueda alejar y siento su aliento chocar contra mis labios.

Su cercanía provoca que mi cuerpo provoque descargas en mi vientre dirigidas a mi zona intima y siento un tremendo calor que aumenta por momentos, abro mis piernas para que la postura en la que estamos no sea tan incomoda y acomoda su cadera entre ellas, noto un bulto que presiona en mi monte de venus y el calor y las descargas vuelven a intensificarse.

¡Me está volviendo loca!

-Si no te gusto, ¿Por que tu cuerpo me indica todo lo contrario?- Pregunta y yo trago saliva, me relamo los labios y ahogo un gemido cuando su mano se introduce en mi camiseta, al darse cuenta de que no llevo sujetador una sonrisa se planta en sus labios, voy a explotar, sus dedos pellizcan mi pezón y vuelvo a gemir.

No puedo mas.

Me abalanzo a sus labios y lo beso con desespero, su mano sujeta mi cintura pegando mi abdomen semidesnudo al suyo mientras profundizamos el beso, es tan delicioso como me esperaba, pero su móvil nos interrumpe y se separa con agilidad.

Su conversación es corta y me he quedado completamente inmóvil mientras analizo lo que acaba de suceder.

-Era mi madre.- Me informa.- Tengo que volver a ayudarla.

Yo simplemente asiento en silencio y se dirige a la puerta dejándome completamente sola en la habitación.

¡Pero seré imbécil!

¿Como se me ocurre besarle?

Menos mal que no lo volveré a ver hasta el lunes...

Mi Sexy Profesor de Academia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora