Mi Sexy Profesor de Academia.

Capitulo 14

Joder...

Tragué saliva y sopesé las dos opciones.

Besar a Peter o dormir con él.

Ambas eran pésimas, pero dormir con el no quería decir que tuviese que pasar nada.

Sin decir nada más salí del salón y escuché de nuevo la voz de Stefania.

-Menuda aguafiestas.

Una vez recogieron ya que puse fin al juego, Fivi se acercó a mi.

-La única habitación libre es la de mi padres.- Me informa y yo asiento.- ¿Estás bien?- Pregunta.

-Podría estar mejor.- Le respondo.

De repente Peter apareció, Fivi se despidió de nosotros y se fué a su habitación.

En completo silencio fuí hacia la habitación, Peter me siguió, cerró la puerta tras de si y al ver el tamaño de la habitación maldije.

-No la recordaba tan pequeña.- Susurro.

-Por lo visto dormiremos en la misma cama.- Dice Peter con diversión y yo lo ignoro.

Me quito los zapatos y gruño por no haberle pedido a Fivi un pijama, pero de repente una camiseta se estampa contra mi cara.

-Póntela.- Me dice.- No vas a dormir con esa ropa.

Tiene razón, no dormiría bien, por lo que me quito el top de espaldas a el y con rapidez me pongo su camiseta, me llega por encima de las rodillas asi que me quito el pantalón sin problema y me meto directamente en la cama.

Seguidamente entra él y apaga la luz.

El silencio nos inunda y de repente un repiqueteo suena al otro lado de la pared.

La habitación de Mark.

Siento como mi corazón se estruja solo de pensar lo que está pasando y las lágrimas amenazan con salir a borbotones.

-Si que se lo están pasando bien ahí.- Dice Peter y golpea la pared un par de veces logrando que el sonido cese.

No contesto, no me salen las palabras, pensé que después de irse a Francia el año pasado podría olvidarlo, pero me engañé a mi misma, al verlo hoy, todos los sentimientos salieron a flote.

Pero sigue siendo el mismo cretino al que no le importa una mierda hacerme daño.

Las lágrimas ruedan por mis mejillas y sollozo.

-Eh, ¿Estas bien?- Me pregunta posando su mano en mi hombro y siento como se incorpora por el movimiento de la cama.

-No te incumbe.- Digo en un susurro tapando mi rostro con las mantas.

-Si es por ese tío, no merece la pena.- Dice él y río con sarcasmo.

-¿Y tu si la mereces?- Pregunto con sorna y esta vez ríe él.

-Seré arrogante, egocéntrico y todo lo que quieras.- Responde.- Pero si supiese que estás enamorada de mi no sería tan cabrón.

-¡¿Como sabes eso?!- Ahogo un grito y el ríe.

-Me lo contó Fivi.

-Será...

-También fue muy evidente.- Me corta y lo miro, la tenue luz que entra por la ventana me permite ver que está apoyado en el cabecero de la cama.- A pesar de ese carácter que tienes eres muy transparente.

-¿A que te refieres?- Le pregunto incorporándome en la cama y colocándome como él.

-A que se que te atraigo.- Dice y ahogo un grito.- Ves, a eso me refiero, a tus reacciones.

-Simplemente me he atragantado.- Me excuso y el ríe.

-Eres imposible Laila.- Se queja.- ¿Tan malo es que te guste?

Su pregunta me pilla desprevenida, pero no dudo en mi respuesta.

-Para mi lo es.

-Entonces no se que hago aquí.- Concluye levantándose de la cama y cogiendo sus pantalones.

-¿Acaso no podemos ser simples amigos?- Pregunto molesta por su reacción provocando que este pare de vestirse.

De un hábil movimiento se coloca encima mio y ahogo un grito de sorpresa cuando su rostro se pega al mio.

-Se lo que te provoco.- Dice pasando su mano por mi abdomen y levantando la camiseta.- Y tu lo haces conmigo.- Añade pegando su cadera con la mía rozando su notable bulto contra mi pelvis.- ¿Crees que podríamos ser amigos?

-Quiz...

Pero no me da tiempo a contestar ya que sus labios se pegan con los míos.