Hoy tenia clase con el y no me hacia ni pizca de gracia.
Tras las horas de clase me tocaba traspasar esa puerta y encontrarme con ese cabrón engreído, así que tomé aire y abrí la puerta encontrándome con las miradas de los demás chicos y la de Peter puesta sobre mi.
Me acerqué a un asiento vacío y dejé mis cosas en el cuando de repente la voz ronca de Peter inundó mis oídos.
-¿Que hace aquí?- Preguntó y yo levanté mi mirada y lo observé.
-Venir a clase.- Dije decidida.
¿A que demonios se refería?
-Usted ya no tiene clase conmigo.- Añadió seguro y yo abrí mis ojos como platos.- ¿No te lo dijo Mariet?- Preguntó y yo negué con la cabeza.- No te quiero en mi clase.
Unas risitas aumentaron mi nivel de cabreo e ignorándolas continué.
-¿Y quien demonios me va a dar anatomía y..?
-Yo no.- Gruñó interrumpiéndome y yo respire hondo.
Me acerqué a su mesa y la golpee una vez estando frente a el.
-¡¿Que mierda te pasa Collins?!- Grité exasperada y el sonrió.
-No quiero en mi clase a niñatas malcriadas como tu.
Sus palabras me quemaron, ¿Quien demonios se creía?
De repente la misma risa de antes fué la gota que colmó el vaso y con un cabreo de mil demonios cogí lo primero que pillé en la mesa y me giré viendo a la segunda causante de mi mal humor.
-¡Cierra la jodida boca!- Grité y cuando iba a lanzar lo que coño sea que haya cogido una mano interceptó mi brazo impidiéndome lanzarselo.-¿Que..?
-¡Todos fuera!- Ordenó Peter interrumpiéndome y al ver que nadie se movía se incorporó y añadió.- ¡YA!
Una vez la clase se vació lo encaré.
-¡¿De que mierda vas Peter?!- Le grité y el rió.
-Lo sabes muy bien niña.- Comentó apoyándose en la frente a escasos centímetros de mi.
Su cercanía me ponía de los nervios y sus aires de superioridad me enervavan.
-Ah bueno..- Respondí apoyándome de la misma manera que el en la mesa que descansaba detrás de mí.- Te molesta que sea sincera.- Dije con burla y el me miró.
-De eso nada niñita.- Gruñó molesto y yo reí.
-¿Entonces Peter Collins..?- Pregunté levantándome y acortando la distancia.- ¿Que porblema tiene si lo único que he hecho hasta ahora ha sido decir la verdad?- Finalicé con una sonrisa y el se abalanzó sobre mi.
Su rostro estaba a escasos centímetros del mío y mis ojos se abrieron como platos al asimilar su cercanía, mis piernas temblaron y mi corazón se aceleró.
-¿Estás segura de que dices la verdad respecto a mi?- Preguntó pasando su mano por mi mejilla y su boca se acercó peligrosamente a mi cuello haciendo que inconscientemente cerrará mis ojos.
Oh Laila, gran fallo.
De repente una carcajada me desconcertó y al abrir mis ojos observé que estaba apoyado de nuevo en la mesa.
-Serás imbécil.- Gruñí molesta y el rió.
-Un imbécil que puede con tus hormonas niña.- Comentó divertido y yo suspiré.
Tengo dos opciones.
Seguirle el juego y seguir en su clase.
O irme y enfrentarme a mi madre porque este intento de chico malo no me quiere dar clase y sufrir encerrada en casa el verano entero.
Decidido.
-¿Y si sucumbo a tus encantos que gano?- Pregunté y el abrió sus ojos sorprendido, su boca esbozó una sonrisa y se incorporó.
-A parte de tener al mejor profesor de academia del lugar..- Comenzó acercándose y parándose frente a mi.
Toma ahí los aires de superioridad, si señor.
-¿Que?
-Tendrás al chico más guapo y sexualmente activo en tu cama.- Añadió finalmente y yo me sorprendí.
¿Acababa de decir eso?
¡Añadenle a la fórmula el egocentrismo!
-¿Y que he de hacer para obtener ese privilegio?- Pregunté burlona y su sonrisa se agrandó.
Será capullo.
-De momento haz que entre el resto y siéntate en tu lugar.- Dijo y yo asentí.
Peter Collins.
Juguemos a tu juego.
ESTÁS LEYENDO
Mi Sexy Profesor de Academia.
Подростковая литература-Y dime Laila.- Dijo comiendome con la mirada.- ¿Que tal se te da anatomía? Mi cuerpo se tensó y mi corazón se aceleró al oírlo. -B-bien.- Digo cortada. -Vamos a comprobarlo..