Capitulo 6

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Hoy tenia clase con el y no me hacia ni pizca de gracia.

Tras las horas de clase me tocaba traspasar esa puerta y encontrarme con ese cabrón engreído, así que tomé aire y abrí la puerta encontrándome con las miradas de los demás chicos y la de Peter puesta sobre mi.

Me acerqué a un asiento vacío y dejé mis cosas en el cuando de repente la voz ronca de Peter inundó mis oídos.

-¿Que hace aquí?- Preguntó y yo levanté mi mirada y lo observé.

-Venir a clase.- Dije decidida.

¿A que demonios se refería?

-Usted ya no tiene clase conmigo.- Añadió seguro y yo abrí mis ojos como platos.- ¿No te lo dijo Mariet?- Preguntó y yo negué con la cabeza.- No te quiero en mi clase.

Unas risitas aumentaron mi nivel de cabreo e ignorándolas continué.

-¿Y quien demonios me va a dar anatomía y..?

-Yo no.- Gruñó interrumpiéndome y yo respire hondo.

Me acerqué a su mesa y la golpee una vez estando frente a el.

-¡¿Que mierda te pasa Collins?!- Grité exasperada y el sonrió.

-No quiero en mi clase a niñatas malcriadas como tu.

Sus palabras me quemaron, ¿Quien demonios se creía?

De repente la misma risa de antes fué la gota que colmó el vaso y con un cabreo de mil demonios cogí lo primero que pillé en la mesa y me giré viendo a la segunda causante de mi mal humor.

-¡Cierra la jodida boca!- Grité y cuando iba a lanzar lo que coño sea que haya cogido una mano interceptó mi brazo impidiéndome lanzarselo.-¿Que..?

-¡Todos fuera!- Ordenó Peter interrumpiéndome y al ver que nadie se movía se incorporó y añadió.- ¡YA!

Una vez la clase se vació lo encaré.

-¡¿De que mierda vas Peter?!- Le grité y el rió. 

-Lo sabes muy bien niña.- Comentó apoyándose en la frente a escasos centímetros de mi.

Su cercanía me ponía de los nervios y sus aires de superioridad me enervavan.

-Ah bueno..- Respondí apoyándome de la misma manera que el en la mesa que descansaba detrás de mí.- Te molesta que sea sincera.- Dije con burla y el me miró.

-De eso nada niñita.- Gruñó molesto y yo reí.

-¿Entonces Peter Collins..?- Pregunté levantándome y acortando la distancia.- ¿Que porblema tiene si lo único que he hecho hasta ahora ha sido decir la verdad?- Finalicé con una sonrisa y el se abalanzó sobre mi.

Su rostro estaba a escasos centímetros del mío y mis ojos se abrieron como platos al asimilar su cercanía, mis piernas temblaron y mi corazón se aceleró.

-¿Estás segura de que dices la verdad respecto a mi?- Preguntó pasando su mano por mi mejilla y su boca se acercó peligrosamente a mi cuello haciendo que inconscientemente cerrará mis ojos.

Oh Laila, gran fallo.

De repente una carcajada me desconcertó y al abrir mis ojos observé que estaba apoyado de nuevo en la mesa.

-Serás imbécil.- Gruñí molesta y el rió.

-Un imbécil que puede con tus hormonas niña.- Comentó divertido y yo suspiré.

Tengo dos opciones.

Seguirle el juego y seguir en su clase.

O irme y enfrentarme a mi madre porque este intento de chico malo no me quiere dar clase y sufrir encerrada en casa el verano entero.

Decidido.

-¿Y si sucumbo a tus encantos que gano?- Pregunté y el abrió sus ojos sorprendido, su boca esbozó una sonrisa y se incorporó.

-A parte de tener al mejor profesor de academia del lugar..- Comenzó acercándose y parándose frente a mi.

Toma ahí los aires de superioridad, si señor.

-¿Que?

-Tendrás al chico más guapo y sexualmente activo en tu cama.- Añadió finalmente y yo me sorprendí.

¿Acababa de decir eso?

¡Añadenle a la fórmula el egocentrismo!

-¿Y que he de hacer para obtener ese privilegio?- Pregunté burlona y su sonrisa se agrandó.

Será capullo.

-De momento haz que entre el resto y siéntate en tu lugar.- Dijo y yo asentí.

Peter Collins.

Juguemos a tu juego.

Mi Sexy Profesor de Academia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora