Me desperté por la molesta luz, por mi cabeza solo rondaba la idea de tener que ir a una academia todo el verano a partir de mañana.
¿No puedo ser más desgraciada?
Resople mientras me levantaba de la cama, hoy había quedado con Samanta para ir a tomar algo, cuando se entere de que tengo que ir a una academia y voy a faltar a mil y una fiestas me matará, eso seguro.
Ignorando lo obvio, bajé a la cocina y me senté en la isleta.
-Buenos días mamá.- Dije una vez me acomodé en esta.
-Buenos días cariño.- Me respondió poniendo un par de tostadas en el plato que se encontraba en frente mio.
-¿A qué hora tengo la academia?- Pregunté mientras me metía la tostada en la boca.
Que no sea por la mañana.
Que no lo sea.
Por favor.
-De 10 a 2.
-¡¿Que?!- Me alteré.- No puede ser.
-Son los horarios que tienen.
-Pues méteme en otra.- Dije terminándome la primera tostada.
-Es la mejor, no quiero que suspensas así que irás a esa.
-Agg..
-¿Algo que objetar?- Preguntó desafiante.
-No mamá..
-Muy bien, pues te quiero mañana en pie a las 9, te llevaré yo.
-Vale.
Y dicho eso salió de la cocina dejándome sola.
Decidí disfrutar de mis tostadas, estaban hechas perfectas, ni muy quemadas ni poco hechas, en su punto y eso para mí paladar era gloria.
Pero mi felicidad duró poco.
-Bueno días hermanita.- Dijo Miranda cogiendo una de las tostadas que dejó mamá hechas.- Con que academia en la mañana eh...- Rió.
-Que te jodan.
Volvió a reír.
Espera.
¿Se está riendo de mí?
Me levanté y le metí la tostada entera en la boca haciendo que este tosiera y la escupiera.
Lo siento pequeñina, era por una buena causa.
-¡¿Estás loca?!
-Vuelve a reírte de mis desgracias y no tendrás tanta suerte.- Gruñí.
-Si que te ha afectado el temita.- Le miré de reojo, y si ahora mismo las miradas matasen el estaria bajo tierra.- Si hubieras estudiado..
-Vete de una puta vez.- Dije alargando la última sílaba de cada palabra.
-Vale, vale.
Dicho eso desapareció por el pasillo y pude terminar mi desayuno en completa paz y armonía.
La mañana pasó rápida hasta que llegó la hora de arreglarme para salir a ver a Fivi, me duché y me puse un jean, una blusa y unas Vans.
Me coloqué mis audífonos y me fuí al sitio en el que habíamos quedado.
Una vez allí una rubia muy arreglada me estaba esperando sentada en un banco.
-Pero y este bombón.- Dije al verla.
-Yo no puedo decir lo mismo.- Rió.
-Gracias.- Dije poniéndome una mano en el pecho haciéndome la ofendida.
-Sabes que te quiero.
-Vamos a por algo de comer.- Comenté.- Necesitaremos algo para calmar la noticia que te tengo que dar.
-¿Es buena o mala?- Dijo levantándose.
-Mas mala qué buena.
-¿Que has hecho ya Laila Venet?
-Catear 5 asignaturas.
-¡¿Que?!
-Ya te lo explicaré.
Y seguimos nuestro camino, una vez en el mercadona compramos bolsas de patatas, Chetos y energética.
Pagamos y fuimos a un parque no muy lejos, nos sentamos en un banco y yo saqué algo de María para hacerme el último porro antes del infierno.
-Amiga, dime qué mierdas es la noticia que me tienes en ascuas.- Me exigió mientras abría la bolsa de patatas.- ¿Ves? Por tu culpa engordaré, nadie me querrá y moriré sola con 5 gatos.
-Primero.- Reí mientras mezclaba la María con el tabaco.- No es mi culpa que seas una gorda como yo.- Le di un cacho de cartón para que hiciera el filtro.- Lo segundo.- Cogí el cartón y lo lié con habilidad.- Estoy en una academia de verano.
-¡¿Que?!- Se alteró.- ¿Y todas las fiestas que planeamos?
-Ahí está lo bueno de la mala noticia.- Me coloqué el porro en la boca y lo prendí dándole una larga calada.- Si estudio y no tengo problemas en la academia podré ir donde me venga en gana.
-Entonces amiga, ha sido un placer conocerte.- Rió cogiendo el porro y dándole un calo.
-No seas idiota.- Le di un codazo.- Me las apañaré para no fallar a ninguna fiesta.
-Confio en ti.- Dijo alzando su dedo meñique.
-Haces bien.- Finalicé entrelazando el mío con el suyo.
-Pinkie promise.- Dijimos al unísono.
Reímos y seguimos fumando y comiendo mientras hablábamos de otras cosas.
-Bueno tía, yo me tengo que ir ya.- Dijo ella levantándose.
-Lo mismo digo.- Le di un beso en la mejilla.- Te veo pronto.
-Este sábado ni más ni menos.- Dijo y yo asentí no muy segura.
Me puse rumbo a mi casa cuando un cuerpo musculoso chocó conmigo haciéndome caer al suelo de culo.
-Me cago en..- Me quedé sin habla.
Este chico era tremendo, tendría unos 21 años, su cuerpo era una delicia y sus rasgos faciales estaban marcados, añadamosle los ojos verdes y el pelo castaño desaliñado.
Dios santo.
Tremendo dios griego.
-Gracias.- Sonrió.
-No me jodas.
Lo dije en voz alta.
Lo dije en jodida voz alta.
-Mira por dónde vas anda.- Dijo.
-No era yo la que iba corriendo por ahí sin mirar.- Añadí mientras me levantaba y sacudía mi Jean.
El simplemente no dijo nada más, volvió a alejarse y yo le saqué el dedo del medio a modo de "gracias por disculparte cabrón" con la buena suerte de que me estaba mirando.
Rápidamente me volví a girar y puse rumbo de nuevo a mi casa, ya que llegué tarde la cena estaba esperándome en la encimera, la cogí y me la llevé a la habitación para cenar mientras veía Sex Educacion en Netflix.
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Mi Sexy Profesor de Academia.
Roman pour Adolescents-Y dime Laila.- Dijo comiendome con la mirada.- ¿Que tal se te da anatomía? Mi cuerpo se tensó y mi corazón se aceleró al oírlo. -B-bien.- Digo cortada. -Vamos a comprobarlo..