Capítulo 5

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Lo seguí arregañadientes hasta el final del pasillo, abrió la puerta y me hizo pasar a mi primero.

-Toma asiento.- Dijo cerrando la puerta, se acercó a su mesa y se sentó al borde de la misma clavando su mirada en mi.

Yo haciendo caso omiso me senté en una de las mesas y crucé mis piernas a lo indio.

-¿Que quieres?- Pregunté una vez cómoda en mi posición y su boca formó una mueca de desacuerdo.

-¿No te enseñaron a sentarte bien en parvulitos?- Dijo con tono divertido y mis ganas de clavarle un bolígrafo en la yugular se hacían más grandes.

-Dijiste que tomara asiento.- Dije y el asintió.- No dijiste donde.- Elevé mis hombros divertida y el entrecerró los ojos y sus manos apretaron ligeramente la mesa.

Oh sí.

Laila 1 - Gilipollas 0

-Pensé que la única neurona que tenías sería capaz de procesar esa simple orden.- Sus labios formaron una sonrisa y está vez fuí yo quien achinó los ojos.

Laila 0 - Gilipollas 1

-Que cojones quieres.- Musité molesta y su boca formó una O.

¿Os habéis dado cuenta de que no paro de mirar sus labios o soy yo?

WoW, el atractivo por encima del egocentrismo.

-Esa no es forma de hablar a tu tutor.- Dijo y comenzó a caminar hacia mí.- O al menos a la persona de la que depende si vuelves a obtener tu teléfono móvil.- Añadió y llevó su mano a su bolso trasero sacando a mi precioso bebé.

Espera.

¿Que demonios hacia mi bebé en su culo?

-¿Porqué lo tienes tú?- Pregunté observándolo con idolatracion, al móvil claro.

-Tu madre me lo dio, quería asegurarse de que te disculpabas.- Dijo y su sonrisa se agrandó aún más.

Poco más y el jocker.

Pero en sexy, claro está.

-Lo siento.- Dije alargando las o.

El se incorporó y me observó frunciendo el ceño.

-Con sentimiento.- Dijo y yo rodé los ojos.

-Lo siento de verdad, no tenía que haberme ido así.- Dije y su característica sonrisa volvió.- ¿Contento?

-Mucho.- Musitó y lanzó mi móvil por los aires en mi dirección.

Me levanté rápidamente y lo cogí al vuelo con la mala suerte de que mi cuerpo colisionó con el suelo creando un enorme estruendo.

-Serás..- Musité levantándome y tocando la zona afectada por la caída.- ¡Cómo te atreves a lanzar así a mi bebé!- Grité furiosa.

El simplemente elevó los hombros mientras me observaba y carcajeó.

-¿Tu bebé?- Elevó las cejas y su risa inundó mis oídos, era jodidamente sexy.

Oh, por dios Laila.

¡Reacciona!

-¡Sí mi bebé!- Dije elevando el móvil pero al notar que pesaba poco lo analicé y me di cuenta de que lo que me había lanzado era la funda.- ¡¿Dónde está?!

El se acercó a mí y colocó el móvil enfrente mío, intenté cogerlo pero el hábilmente lo guardo en el sitio que menos me esperaba.

Dentro de su jodido boxer.

-¿¡Pero tú!?- Grité y el rió.- ¿Estás tonto?

-Cógelo.- Musitó el acercándose y yo retrocedí.- Y no me refiero al móvil.

Su sonrisa de superioridad creció y en sus ojos podía ver cómo me comía con la mirada, su cercanía me hacia sentir nerviosa y eso no me gustaba un pelo.

-¡Aléjate!- Le exigí y el llevándome la contraria, claramente, se acercó aún más.- ¿Estás sordo?

Sin decir palabra su mano se posó en mi rostro y lo acarició, su mirada se clavó en la mía, se le había oscurecido y sus labios estaban entreabiertos.

-¿Te pongo..?- Preguntó mientras sonreía y yo abrí mis ojos como platos.- ¿Nerviosa?- Añadió finalmente.

-No.- Dije empujándolo y al ver que se alejó di un suspiro.- Quédate el jodido móvil, porque yo no lo quiero y menos después de saber dónde está.- Añadí segura y me acerqué a la puerta.

-Pensé que este dios griego llamaba tu atención.- Contraatacó y yo volteé mientras lo miraba incrédula.

La sangre me hervía, este chico sacaba lo peor de mi y no iba a dejar que se saliera de rositas.

-¿Te crees que por el hecho de haberte hecho un jodido cumplido quiero acostarme contigo?- Pregunté y el asintió.- Eres un jodido egocéntrico, en tus miserables sueños.-  Escupí con rabia.- Que tengas detrás de tu culo a las niñatas a las que les das clase no significa que yo sea una más.- Finalicé y el me miraba perplejo.

Sin decir nada sacó el móvil del pantalón y lo dejó encima de la mesa, pasó por mi lado y al llegar a la puerta paró.

-No estaba donde tú creías, no te preocupes.- Su voz era ronca y no pude evitar estremecerme al oírlo.

De repente un portazo inundó mis oídos y di un pequeño salto del susto, lo había enfadado y había conseguido lo que quería.

Laila 1 - Gilipollas 1

Empate.

Cogí mi móvil y salí de allí, no me apetecía lo más mínimo verle el careto de nuevo.

Mi Sexy Profesor de Academia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora