El domingo pasó volando, y que decir de esta mañana que ha sido una autentica patada a mi moral y al poco orgullo que me quedaba, he intentado convencer a mi madre de que estaba enferma, pero no ha funcionado, me ha dado una colleja y me ha sacado de casa de un tirón de orejas, todo esto delante de nuestra vecina Carmen, la cotilla del barrio, de seguro que no tardará nada en rular por el barrio el ridículo que he hecho, además me he caído de bruces al entrar al autobús.
Me pensé dos veces en salir corriendo y esperar al siguiente autobús, pero si llego tarde estoy realmente jodida, asi que me tragué la vergüenza y me fui a la parte trasera del autobús mientras una niñita de 5 años se reía de mi.
Doy un largo suspiro y salgo de la clase de inglés para ir a las de Mariet y me dirijo a la parte trasera cuando la voz de Peter irrumpe en la sala.
-Hoy la señora Mariet no estará, asi que la sustituiré yo.- Lo miro incrédula y avanzo un par de pasos hasta llegar a mi sitio pero de nuevo habla y esta vez dirigiendose a mi.- Laila, te quiero delante.
Miro en su dirección, lo que me faltaba, aguantarlo tres horas, ¡Que bien! pero una vez estoy alante me doy cuenta de que no hay lugar donde pueda sentarme asi que sonrío victoriosa y le planto cara.
-Es una pena que no haya un lugar libre.- Le digo pero el sonríe maliciosamente y yo me encojo en mi lugar.
-Carla, por favor, ¿Puedes sentarte atrás y cederle el lugar a Laila?
Increíble, este tio es de lo que no hay ¡Vaya cojones!
-Por supuesto..- Dice ella en un susurro y recoge sus cosas para ir a mi asiento y yo me coloco en su lugar.
Da una vuelta a la clase entregando unas hojas y cuando llega a mi sonríe, le dedico mi mueca de asco mas notoria y centro la mirada en los ejercicios.
-Bien, he dejado una hoja a vuestro lado con ejercicios para estas dos horas.- Dice con tranquilidad y se sienta frente a mi.
Tras unos minutos siento su mirada clavada en mi, yo evito levantar la mirada a toda costa y me centro en los ejercicios, pero no entiendo una misera mierda.
Asi que me levanto y me coloco a su lado para que me ayude, pero cuando veo su sonrisa victoriosa me doy cuenta de algo evidente.
¡Lo ha hecho a posta!
Me ha puesto los ejercicios mas dificiles con la idea de que me hacercase a el.
-¿Que sucede Laila?- Pregunta con diversión.- ¿Que no entiendes?
-Teniendo en cuenta que me has puesto los ejercicios mas difíciles aposta pues creo que entenderás que no tengo ni puta idea de nada.- Le espeto con rabia y el sonríe mientras niega con la cabeza.
-¿De verdad piensas eso de mi?
-Pienso muchas cosas de ti.- Siseo y su sonrisa se ensancha.- Y ninguna es buena.
-Es una pena, yo pienso tantas cosas que hacer contigo..- Susurra para que solo yo lo oiga y siento como mis mejillas arden, me aparto y vuelvo a sentarme en mi sitio.
¡Esto es el colmo!
Me paso el resto de las horas haciendo garabatos en las hojas hasta que Peter da por finalizadas las clases.
Me levanto y cojo mis cosas pero Peter coge mi muñeca frenandome y obligándome a esperar hasta que la clase queda totalmente vacía, me suelto de un empellón y le planto cara.
-¿Que puñetas haces?- Le pregunto con rabia y el pasa sus dedos por su cabello alborotándolo.
-Queria pedirte disculpas..
Lo miro atónita, pero frunzo el ceño y me pongo a la defensiva.
-¿Por mentirme en lo de las fiestas, por ocultarme que eras el rey del boxeo o por ser un capullo egocentrico engreído?- Pregunto con rentintin y el suspira.
-Por las tres.
-Pues ¿Sabes que? Tus disculpas me valen mierda Collins.- Le espeto con rabia y me alejo de el dirigiéndome a la puerta.
-No puedes odiarme Laila, soy tu profesor.- Dice como si eso fuera algo de otro mundo y yo río.
-¿Probamos?
Y dicho eso salgo de allí y vuelvo a mi casa orgullosa por haberle plantado cara a ese imbécil.
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Mi Sexy Profesor de Academia.
Teen Fiction-Y dime Laila.- Dijo comiendome con la mirada.- ¿Que tal se te da anatomía? Mi cuerpo se tensó y mi corazón se aceleró al oírlo. -B-bien.- Digo cortada. -Vamos a comprobarlo..