Capitulo 30

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Entró al hospital y corro por los pasillos.

Una enfermera de casi llegando a la edad de los 40 me detiene y me pide que me calmé. Cuando voy a pedir la información por el paciente, veo una figura familiar sentada en las sillas que están ubicadas detrás de ella.

Le pido un momento pasó por un lado de ella. Comienzo acercarme a la persona que está sentada.

Mi corazón va latiendo a mil, mis manos están sudorosas, mi respiración está agitada, el ambiente está frío, una nudo se va  formando en mi garganta y mi vista comienza nublarse debido por las lágrimas.

Cuando por fin estoy frente a la persona, la observó.

Está sentado, sus codos están apoyados en sus rodillas. Su cabeza está siendo sostenida por sus manos, mientras esta agachada observando el piso.

Lleva puesto una camisa blanca con un suéter que la cubre, unos jeans azules y zapatos deportivos. Su cabello está hecho un desastre.

Se ve mal.

Y lo peor es que me pone mal al verlo así.

Creo que siente mi presencia, porque entonces levanta su cabeza hasta que su mirada se encuentra con la mía. El detalla mi rostro y mi vestimenta.

Sus ojos color cielo vuelven a chocar con los míos, entonces descubro que no están del todo con su brillo azul, sino que esta vez lucen como un azul opaco. Oscuro. Sus ojos están un poco hinchados y su nariz esta un poco roja. Ha estado llorando.

Verlo así hace, que mi corazón se rompa en pedazos.

Me observa por unos minutos mas hasta que por fin habla.

- Rose... - susurra mi nombre.

Asiento. Una lagrima resbala por mi mejilla.

- Tayler... estoy aquí, contigo.

Tayler:

Ella esta aquí.

Tiene el cabello suelto, un suéter, unos jeans y sus convers blancas favoritas. Esta un poco pálida. Su nariz y mejillas están un poco rosadas. Sus ojos, sus hermosos ojos color miel están hinchados. Una lágrimas resbala por su mejilla derecha.

Ella esta aquí.

Después de que la deje plantada en nuestro viaje, le envié un mensaje sin ninguna explicación, sólo con una simple disculpa y puedo estar seguro de que fui causante de que su estado es que así. Con los ojos así por no haberle dado una explicación, sino un simple "lo siento" y ya está aquí.

Ella siempre ha estado conmigo.

Sin esperar más, me levanto y enredó mis brazos a su alrededor, hundiendo mi cabeza en su cuello.

Ella no tarda en hacer lo mismo conmigo. Una de sus manos acaricia mi cabello y la otra está en mi espalda haciendo la misma acción.

En medio de ese abrazo con ella, exploto. Me rompo a llorar como un niño que tiene miedo.

Porque sí, así es como me siento en este momento.

Asustado.

Lloro porque toda esta situación me parece injusta. Porque estoy cansado de fingir y que con la única persona con la que puedo ser yo la estoy lastimando al no decir lo que me he guardado en tanto tiempo, al no darle eso que ya tanto anhela, se merece y quiero darle.

Porque si, ella siempre será la excepción entre todas las chicas de este mundo.

Mi mundo.

De mi vida.

¿Él? Mi Amigo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora