capítulo 38

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Tiempo

Algunos dicen que el tiempo es un ladrón porque nos quita tiempo para estar con las personas que más queremos, nos quita tiempo para hacer las cosas que nos gusta, nos quita tiempo para admirar las maravillas del mundo y para poder respirar hacer una pausa.

Por eso es que siempre dice que hay que vivir como si fuera el último día porque nunca sabemos cuánto tiempo nos queda con nuestra familia, amigos, vecinos, con esos amores, con las cosas que más apreciamos. Porque nunca sabremos cuándo será la última vez en la que podremos disfrutar de esas pequeñas cosas que por muy mínimo que nosotros lo veamos en el fondo sabemos lo importante que es para nuestras vidas.

Y si, el tiempo es un tesoro que debemos saber apreciar, gastarlo en lo que de verdad importa y disfrutarlo. El tiempo a veces puede ser cruel pero lo que no sabemos es que nosotros a veces podemos ser los villanos de la historia por no aprovechar las oportunidades que él nos regala para vivir la vida.

Y es justo aquí cuando quiero detenerlo, para poder apreciar más este momento estoy viviendo con mi familia.

Ver a mi hermano menor graduándose de preparatoria es algo que me pone el corazón chiquito, porque me pongo a recordar cuando hace años atrás era sólo un niño chiquito que yo cuidaba hasta animal más pequeño que puedes hacer existir. Y hoy en día, viéndolo caminar hacia mí con su traje de graduación y su diploma en mano me llena de mucho orgullo del hombre que sea convertido.

Y aunque aún le falta mucho por recorrer, en el fondo sé que le irá bien.

- ¿Quién es mi bebé graduado? - dice mamá mientras abraza a Daniel.

- Mamá, ya no soy un bebé. - responde mi hermano.

- Oh, calla. - dice ella rompiendo el abrazo. - mira tu hermana, estudia muy lejos de aquí y aun así sigue siendo mi bebé. - termina diciendo dando un apretón a una de mis mejillas mientras yo sonrió. Daniel rueda sus ojos.

- Ven aquí y no seas tan llorón. - le digo abriendo mis brazos para abrazarlo. Él se acerca con una pequeña sonrisa hasta cubrir mi cuerpo con el suyo. - Felicidades, peque. Sé que vendrás muchas cosas maravillosas para ti en esta nueva etapa. - susurro en su oído.

- Gracias - me dice en el mismo tono. - de verdad, gracias por estar para mí. Aunque a veces seas una llorona dramática. - ríe por lo bajo y yo me separo de él para darle un pequeño golpe en su hombro derecho.

Dani pasa por el lado de mi padre y se dan un abrazo mientras que yo observo alrededor y mi madre está sacando la cámara de su teléfono.

- Bien, ahora una foto familiar. - dice mamá.

- Pero no tenemos quien la tome, mamá. - se queja mi hermano.

Mi mamá se acerca a un chico de unos quince años y le pide el favor de tomarnos la foto. Los cuatro nos acomodamos quedando Daniel y yo en el medio. El chico toma la foto para luego entregarle la cámara a mi padre y luego se va, no sin antes agradecerle por la foto.

Daniel se va un momento a saludar a unos amigos mientras que mis padres hablan con otros padres de algunos compañeros de mi hermano. Yo me quedo observando alrededor, recordando mi graduación.

Fue un día muy lindo y especial para mí.

Siento mi teléfono vibrar en mi bolso. Es una llamada de Nessa.

La contesto.

- ¿Aún nada? - dice.

- No... - respondo negando con mi cabeza.

Después de ayer llegar del aeropuerto, me despedí de mi mejor amiga y me fui a mi habitación. No llore, simplemente me acosté sobre mi cama observar el techo de mi habitación mientras que el olor de él seguía en mis sábanas, después me quedé dormida.

¿Él? Mi Amigo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora