Capitulo 31: Parte 1

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Me observo una vez más en el espejo de mi habitación.

Llevo puesto un suéter negro con unas letras blancas en el medio, unos jeans que tienen una pequeña abertura en las rodillas y unas zapatillas color rojo. Mi cabello lo llevo suelto en ondas que caen por mi espalda. Me hice un maquillaje natural y sencillo que resalta mis labios pintados con brillo.

Hermosa y sencilla.

Así me veo y me siento.

Observo la ventana. Ya no está lloviendo pero aun así el clima esta frio y nublado. Busco mi mochila que se encuentra sobre mi cama y lo tomo, al igual que mi teléfono. Lo reviso y veo que tengo un mensaje.

Es de Tayler.

Me siento en la cama y lo abro. Comienzo a leer.

Tayler <3:

Querida rose, espero que estés bien. Yo lo estoy. Mi madre está mejor, la dieron de alta en el hospital esta mañana. Todos estamos en casa. Te quiero.

Una sonrisa se asoma en mis labios. Me da mucha felicidad que la señora Morgan este bien. Ayer, después de que el padre de Tay nos dio la noticia de que su esposa estaba bien, Tayler enseguida fue a verla.

Mientras el se aseguraba de que su madre estuviera bien. El padre de mi amigo se ofreció a llevarme a mi casa, él tenía que pasar a buscar unas cosas a su casa para su esposa. No me negué y acepte su ofrecimiento. Después de todo, ya todo estaba mejor y controlado.

No me despedí de Tay, no quería interrumpir su momento con su mama. No después de lo mal que había estado.

El señor Morgan me llevo hasta mi casa y ya. Le agradecí y entre a mi casa. Desde ayer no sabía nada de Tay, hasta ahora.

Le respondo con un mensaje diciéndole que estoy bien, que me alegra que este todo muy bien con su madre y por ultimo le mando mis saludos.

Me levanto de mi cama y salgo de mi habitación con mi mochila colgada en mi hombro derecho y mi teléfono en mano. Bajo las escaleras y encuentro a mis padres en la cocina. Los saludo. No pregunto por Daniel porque él me comento ayer en la noche que iba a salir con unos amigos.

Salimos los tres de la casa y nos montamos en el carro de mi padre. Mama como piloto, papa a su lado de copiloto y yo en la parte trasera. Salimos de la calle donde vivimos para tomar la autopista que nos llevara a nuestro destino en el viaje.

Luego de casi una hora y media de camino, por fin llegamos a la casa de mi tía Anna.

Su casa es sencilla. Es un poco pequeña con un pequeño jardín delantero, un porche pequeño donde están ubicadas una silla mecedora y una de madera. Tiene una ventana adelante y a su lado se encuentra la puerta principal.

Mama detiene el auto justo frente a su casa y procedemos a bajarnos. Una vez que estamos caminando hacia la entrada, tía Anna sale de su casa con una gran sonrisa.

Esa mujer sonriente, es increíble que en ocasiones da miedo.

Mis padres van delante de mí, así que son los primeros en ser saludados por ella. Cuando termina el saludo entre ellos, tía Anna me observa. Sus ojos se llena de lágrimas y su sonrisa se agranda más. Sonrió y corro hacia ella para abrazarla. Ella enseguida me corresponde el abrazo, una de sus manos acaricia mi cabello desde atrás, mientras que al mismo tiempo susurra lindas palabras de lo feliz que esta de verme en mi oído. Palabras que me hacen sentir más feliz, palabras que hacen que me dé cuenta lo mucho que la extrañe.

Una mujer fuerte y a la que admiro mucho.

Ella aleja su cuerpo de mí para observarme. Lagrimas se deslizan por sus mejillas. Las limpio con mis pulgares. Luce más mayor desde la última vez que la vi. El tiempo pasa y las cosas, hasta las personas, cambian. Envejecen.

¿Él? Mi Amigo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora