Capítulo 18.

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Ella contestó y por su cara sé que no es algo bueno ¿Quién y para qué le hablan a la 1:39 de la madrugada? 

Terminó la llamada y con la mirada le pregunté qué le dijeron.

- Era Esteban, se escucha sumamente tomado y no sabe cómo llegar a casa- me explicó rápidamente mientras se levanta del sofá e iba a la puerta.

- ¿A dónde vas?

- Voy por él, le puede pasar algo.

- A ti también, será mejor hablarle a Mart e irá por él.

- Ese es otro problema, por lo que escuche, el jefe está igual o peor que Esteban.

- ¿Qué?¿Eso cómo pasó?

- No lo sé, solo los escuché en la llamada.

Okey, vamos por ellos.

Dije también levantándome y tomando las llaves del auto para ir a... Espera ¿A dónde tenemos que ir?

- ¿Dónde están?- le pregunto a Mel.

- En el bar cerca de la empresa.

Mientras manejo pienso en las razones que tendrá Mart para embriagarse de tal forma justo a unas horas antes de la gala.

Es probable que se haya dado cuenta de que en realidad sí ama a Tiffany y desea regresar con ella, también está el hecho de la llegada de su hermano y eso le afecto mucho.

- Tranquila Sara - me dice Mel.

- ¿Por qué lo dices ?- respondo confundida por sus palabras.

- Estás muy tensa y vas a una velocidad un poco alta- entonces noto que lo que dice es verdad, bajo la velocidad y respiro profundo- ¿Qué sucede?

- Es que intento comprender por qué va y se embriaga sabiendo que mañana es la gala y la prensa está al pendiente de cada movimiento.

- Lo mismo me pregunto de Esteban, son estresantes, pero creo que puedo aprovechar esto para arreglar las cosas con él.

- Sé que te entenderá, Mart me preguntó por ti y supongo que le contó a Esteban.

En ese momento llegamos al bar y bajamos, a pesar de ser un bar no es un ambiente de perdición como lo imaginé.

- Ahí están- menciona mi amiga cuando los ve en una mesa con algunas botellas vacías.

Nos dirigimos allí y confirmamos que están en muy mal estado y no notan nuestra presencia, hasta que Mart me reconoce.

- Sara, Sarita la bonita - dice en un tono gracioso y arrastrando la lengua.

- Mart ¿Qué haces aquí? - le pregunto.

- Relajándome con mi mejor amigo- dice abrazando a Esteban.

- Esteban- lo llama Mel.

- Veniste por mí- dice el feliz - Al parecer ya te cansó el tipo ese - responde ahora con reproche.

Eso parece que le afectó a mi amiga, yo le doy una mirada de apoyo, suspira un poco para volver a hablar.

- Voy a aclararte eso, pero no en este lugar y tú en ese estado, dame las llaves de tu auto para llevarte a casa- contesta ella y sorpresivamente él le hace caso.

- Aquí están- le extiende las llaves.

- ¿También llevamos al jefe?- pregunta Mel.

- Creo que lo llevo yo. Tú lleva a Esteban, quiero bajar su ebriedad y esté bien para mañana.

- Está bien, te llamo cuando esté en casa de Esteban, creo que me quedaré ahí para cuidarlo.

- Cualquier cosa me llamas.

Ella se va con un Esteban que apenas se mantiene en pie.

- ¿Quiere un trago?- pregunta Mart, que todo éste tiempo se había quedado viendo lo sucedido, aunque creo que perdido en sus pensamientos.

- No, será mejor que nos vayamos.

- Pero si la noche aún es joven- dice haciendo un lindo puchero, se nota que está muy alcoholizado porque nunca se comporta así.

- Ya es tarde, vamos - insisto.

- No, es la única oportunidad que tengo para escapar de mis problemas.

- Eso no soluciona nada, pero si nos vamos ahora te prometo que organizaré unas vacaciones y ayudaré con tus problemas.

- ¿Vendrás conmigo?

- Alguien tiene que encargarse de la empresa en su ausencia- intento convencerlo.

- Por favor, di que sí y ahora mismo pido la cuenta- insiste.

- De acuerdo, ahora vamos- no tengo nada que perder, dudo que mañana se acuerde de algo.

Pide la cuenta y después lo llevo a mi auto, ya que él no trae el suyo y lo llevo a su casa. Se ve sumamente tranquilo.

En el transcurso no digo nada y él tampoco, me concentro en el camino y pienso en cómo va a entrar a su casa sin que los señores Welker lo vean.

Porque dudo mucho que sus papás les agrade la idea de verlo así.

- Llegamos - le digo cuando llegamos a su casa, pero él no responde- Mart.

- Ah sí, gracias- se baja del auto y al dar un paso casi cae, bajo a ayudarlo.

- ¿Tienes las llaves de la casa?

- No- ríe.

- ¿Cómo vamos a entrar? - Escucho un ruido dentro de la casa y se habré la puerta dejando ver a Amanda.

- Hola - me dice con una sonrisa que se borra el ver a su hermano- ¿Qué tiene Mart? - pregunta preocupada.

- Solo está algo, muy tomado- respondo simple.

- Que extraño, él nunca toma, solo unas copas en eventos especiales.

- Hermanita, cuánto tiempo- dice él y se ríe, Dios parece un niño.

- Déjame ayudarte - me dice ella y lo llevamos a su cuarto.

Lo dejamos en su cama y justo cuando estábamos por salir él habla.

- Sara por favor quédate, no me dejes solo.

Volteo a ver a Amanda pidiendo ayuda y ella solo sonríe.

- Quédate, yo los cubro y gracias por traerlo- me da un abrazo y se va.

Suspiro sin saber qué hacer, pero bueno, ya estoy aquí, además no tardará mucho en quedarse dormido.

- Sara.

- ¿Si?

- Siéntate a mi lado, por favor.

Le hago caso y me siento con él, sé que es absurdo que le haga caso y no debería estar en la casa de mi jefe a estas horas, pero él me necesita, he notado que es solitario y su único amigo es Esteban.

- Perdón por hacerte venir hasta acá y te tengas que quedar conmigo pero tú me transmites tranquilidad y tener fe en las personas, gracias por estar para mí.

En el momento en que termina de hablar siento sus labios sobre los míos y los une en un beso.

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Ayer iba a subirlo y me quedé superó dormida, pero ya volví.

Mañana no puedo actualizar pero el jueves aquí tendrán su segundo capítulo.

Mi jefe es un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora