Ella contestó y por su cara sé que no es algo bueno ¿Quién y para qué le hablan a la 1:39 de la madrugada?
Terminó la llamada y con la mirada le pregunté qué le dijeron.
- Era Esteban, se escucha sumamente tomado y no sabe cómo llegar a casa- me explicó rápidamente mientras se levanta del sofá e iba a la puerta.
- ¿A dónde vas?
- Voy por él, le puede pasar algo.
- A ti también, será mejor hablarle a Mart e irá por él.
- Ese es otro problema, por lo que escuche, el jefe está igual o peor que Esteban.
- ¿Qué?¿Eso cómo pasó?
- No lo sé, solo los escuché en la llamada.
Okey, vamos por ellos.
Dije también levantándome y tomando las llaves del auto para ir a... Espera ¿A dónde tenemos que ir?
- ¿Dónde están?- le pregunto a Mel.
- En el bar cerca de la empresa.
Mientras manejo pienso en las razones que tendrá Mart para embriagarse de tal forma justo a unas horas antes de la gala.
Es probable que se haya dado cuenta de que en realidad sí ama a Tiffany y desea regresar con ella, también está el hecho de la llegada de su hermano y eso le afecto mucho.
- Tranquila Sara - me dice Mel.
- ¿Por qué lo dices ?- respondo confundida por sus palabras.
- Estás muy tensa y vas a una velocidad un poco alta- entonces noto que lo que dice es verdad, bajo la velocidad y respiro profundo- ¿Qué sucede?
- Es que intento comprender por qué va y se embriaga sabiendo que mañana es la gala y la prensa está al pendiente de cada movimiento.
- Lo mismo me pregunto de Esteban, son estresantes, pero creo que puedo aprovechar esto para arreglar las cosas con él.
- Sé que te entenderá, Mart me preguntó por ti y supongo que le contó a Esteban.
En ese momento llegamos al bar y bajamos, a pesar de ser un bar no es un ambiente de perdición como lo imaginé.
- Ahí están- menciona mi amiga cuando los ve en una mesa con algunas botellas vacías.
Nos dirigimos allí y confirmamos que están en muy mal estado y no notan nuestra presencia, hasta que Mart me reconoce.
- Sara, Sarita la bonita - dice en un tono gracioso y arrastrando la lengua.
- Mart ¿Qué haces aquí? - le pregunto.
- Relajándome con mi mejor amigo- dice abrazando a Esteban.
- Esteban- lo llama Mel.
- Veniste por mí- dice el feliz - Al parecer ya te cansó el tipo ese - responde ahora con reproche.
Eso parece que le afectó a mi amiga, yo le doy una mirada de apoyo, suspira un poco para volver a hablar.
- Voy a aclararte eso, pero no en este lugar y tú en ese estado, dame las llaves de tu auto para llevarte a casa- contesta ella y sorpresivamente él le hace caso.
- Aquí están- le extiende las llaves.
- ¿También llevamos al jefe?- pregunta Mel.
- Creo que lo llevo yo. Tú lleva a Esteban, quiero bajar su ebriedad y esté bien para mañana.
- Está bien, te llamo cuando esté en casa de Esteban, creo que me quedaré ahí para cuidarlo.
- Cualquier cosa me llamas.
Ella se va con un Esteban que apenas se mantiene en pie.
- ¿Quiere un trago?- pregunta Mart, que todo éste tiempo se había quedado viendo lo sucedido, aunque creo que perdido en sus pensamientos.
- No, será mejor que nos vayamos.
- Pero si la noche aún es joven- dice haciendo un lindo puchero, se nota que está muy alcoholizado porque nunca se comporta así.
- Ya es tarde, vamos - insisto.
- No, es la única oportunidad que tengo para escapar de mis problemas.
- Eso no soluciona nada, pero si nos vamos ahora te prometo que organizaré unas vacaciones y ayudaré con tus problemas.
- ¿Vendrás conmigo?
- Alguien tiene que encargarse de la empresa en su ausencia- intento convencerlo.
- Por favor, di que sí y ahora mismo pido la cuenta- insiste.
- De acuerdo, ahora vamos- no tengo nada que perder, dudo que mañana se acuerde de algo.
Pide la cuenta y después lo llevo a mi auto, ya que él no trae el suyo y lo llevo a su casa. Se ve sumamente tranquilo.
En el transcurso no digo nada y él tampoco, me concentro en el camino y pienso en cómo va a entrar a su casa sin que los señores Welker lo vean.
Porque dudo mucho que sus papás les agrade la idea de verlo así.
- Llegamos - le digo cuando llegamos a su casa, pero él no responde- Mart.
- Ah sí, gracias- se baja del auto y al dar un paso casi cae, bajo a ayudarlo.
- ¿Tienes las llaves de la casa?
- No- ríe.
- ¿Cómo vamos a entrar? - Escucho un ruido dentro de la casa y se habré la puerta dejando ver a Amanda.
- Hola - me dice con una sonrisa que se borra el ver a su hermano- ¿Qué tiene Mart? - pregunta preocupada.
- Solo está algo, muy tomado- respondo simple.
- Que extraño, él nunca toma, solo unas copas en eventos especiales.
- Hermanita, cuánto tiempo- dice él y se ríe, Dios parece un niño.
- Déjame ayudarte - me dice ella y lo llevamos a su cuarto.
Lo dejamos en su cama y justo cuando estábamos por salir él habla.
- Sara por favor quédate, no me dejes solo.
Volteo a ver a Amanda pidiendo ayuda y ella solo sonríe.
- Quédate, yo los cubro y gracias por traerlo- me da un abrazo y se va.
Suspiro sin saber qué hacer, pero bueno, ya estoy aquí, además no tardará mucho en quedarse dormido.
- Sara.
- ¿Si?
- Siéntate a mi lado, por favor.
Le hago caso y me siento con él, sé que es absurdo que le haga caso y no debería estar en la casa de mi jefe a estas horas, pero él me necesita, he notado que es solitario y su único amigo es Esteban.
- Perdón por hacerte venir hasta acá y te tengas que quedar conmigo pero tú me transmites tranquilidad y tener fe en las personas, gracias por estar para mí.
En el momento en que termina de hablar siento sus labios sobre los míos y los une en un beso.
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Ayer iba a subirlo y me quedé superó dormida, pero ya volví.
Mañana no puedo actualizar pero el jueves aquí tendrán su segundo capítulo.
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Mi jefe es un idiota
RomanceSara Sanderson es una chica que tiene el trabajo de sus sueños, con el mejor jefe que puede existir. Todo cambia cuando su jefe decide dejarle la empresa a su hijo Mart Welker, un tipo arrogante que sacará la peor parte de Sara.