Narra Sara.
Al llegar vi a un señor que se veía algo grande de edad, cómo de unos 55 años, con una cara muy seria.Al ver su cara muero de nervios, justo ahora me estoy arrepiento de haber apostado mi trabajo por una reunión, pero ya estamos aquí
Al parecer Welker lo notó, ya que me volteó a ver con una sonrisa de "todo va a salir bien"
- Confío en usted señorita Sanderson, sé que no me decepcionará.
Por más extraño que suene, sus palabras me dieron confianza. Suspiro y le sonrio.
Llegamos a la mesa del señor Evans y nos saludamos muy cortésmente para luego tomar asiento.
- Me disculpo por la ausencia de mi esposa, pero tuvo que ir al médico, en un momento llegará - Menciono el señor Evans de manera amable.
- No se preocupe señor Evans, para mí es un honor que nos citaran- respondió Welker cortésmente.
- Bueno, pero al parecer usted sí trajo a su pareja - dijo el señor Evans ocasionando un notable sonrojo en mis mejillas.
- Eee... nosotros...no- exclamamos ambos sumamente nerviosos.
- No somos pareja- al fin logro decir Welker.
- Soy su asistente- aclaré.
No sé quién de los dos estaba más incómodo; después de que nadie agregó nada, el señor Evans solo soltó una carcajada.
- Lo siento, es que lo imaginé porque se ven lindos juntos, algún día deberían intentarlo.
- Lamento decirle que yo ya tengo pareja - respondió Welker.
Eso me recordó el por qué estaba molesta con él y lo odiosa que es su novia ¿Cómo se soportan mutuamente?
- Bueno, creo que será mejor comenzar con esto - pedí buscando cambiar de tema.
- Claro. Me encanta todo de esto y a mi esposa también le agrada, solo tenemos una pregunta y petición.
- ¿Qué es lo que sucede? - preguntó mi jefe.
- ¿Por qué nuestra empresa y no cualquier otra?
- Está no es como las demás, está tiene todo lo necesario para poder obtener beneficios para ambas empresas.
- ¿Qué nos asegura que no se irá de aquí cuando otra empresa les dé una mejor propuesta o cuando puedan poner sus propias tiendas? - preguntó una mujer muy elegante de unos 50 años a nuestras espaldas - y bien, espero su respuesta.
- Querida, deja que se les pase la sorpresa- contestó el señor Evans a la que al parecer es su esposa.
Eso hizo que saliera de mi asombro y pueda responder.
- Nuestra empresa lleva tiempo intentando unirse con ustedes, eso habla de lo importante que es esta unión, créame que nunca cometeríamos el error de dejarlos, sobre las tiendas, no es algo muy conveniente, tiene más ventajas que ustedes hagan la distribución, si no cree en mi palabra podemos realizar un contrato del tiempo que gusten para que ninguno abandone la unión, pero no será necesario.
- Al parecer cree firmemente en la empresa, ¿estaría dispuesta a arriesgar todo por ellas?- contraatacó ella y esto ya pareció una disputa entre nosotras.
- Por supuesto, llevo tres años trabajando aquí y siempre han cumplido los acuerdos.
- Pero nos estamos arriesgando al saber que hubo cambio de presidente, uno inexperto y que hasta donde sé, no es como su padre.
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Mi jefe es un idiota
RomansaSara Sanderson es una chica que tiene el trabajo de sus sueños, con el mejor jefe que puede existir. Todo cambia cuando su jefe decide dejarle la empresa a su hijo Mart Welker, un tipo arrogante que sacará la peor parte de Sara.