Capítulo 23.

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Es sábado y me estoy preparando para la salida de hoy, tengo planeado irnos hoy a las 8 AM paga llegar a las 10 AM y regresar mañana a las 6 pm.

Tocan el timbre y escucho cómo mamá abre la puerta y luego escuchar pasos acercándose, se abre la puerta de mi cuarto y veo a Mart.

- Buenos días- me dice- tu mamá me dejó pasar y vengo a ayudar.

- Gracias, ya tengo todo listo, solo falta subir esto y algunos postres que están en la cocina.

- Okey, entonces yo bajo tus maletas y tú los postres ¿De acuerdo?

- Sí, conociéndote no llegarán todos los pastelillos - digo en broma, bueno no totalmente, ya que él realmente ama comer postres.

- Es tu culpa por hacerlos tan deliciosos-dice continuando la broma.

Bajamos las escaleras y él acomodó todo en su camioneta mientras yo me despedía de mamá.

- Cuídate hija y abrígate bien porque allá hace mucho frío.

- Sí mamá, te prometo que nada me pasará.

- Me marcas para saber cómo llegaron.

- Sí, bueno, me voy porque quiero llegar a la hora del almuerzo.

- Adiós- se despide de los dos y comenzamos el camino a la cabaña.

- Te va a encantar a dónde vamos - le digo.

- Lo que sea que tengas planeado será asombroso, será el mejor fin de semana en mi vida - dice sonriendo.

Continuamos el resto del camino conversando, entre ellas de la empresa, ya que no me pude resistir, así llegamos a la cabaña.

- ¡Llegamos!- digo bajando  del auto.

- Es...¿Cómo decirlo?- se asombra y lo que pienso es que me equivoqué y no le gusta.

- ¿Qué?- pregunto.

- Es perfecta- responde y todas las dudas se van- Siempre quise ir a una así, pero mi familia prefiere la playa.

- Me alegra que te agrade, la verdad me sentía un poco insegura si era el lugar correcto- menciono.

- Pues hiciste lo correcto al traerme, es el lugar correcto para desestresarme y pasar el fin de semana.

- Muy bien, pues vamos adentro, la conoces y elijes la habitación.

Así entramos y él se sorprende más al verlo por dentro, parece niño pequeño en juguetería.

Hago el recorrido por la casa, solo son 3 cuartos, la cocina y la sala, así que terminamos rápido.

- Eso es todo, estará mejor el recorrido por el campo - cuento.

- Podemos ir después del almuerzo- propone.

- Sí, creo que podemos llevar comida para hacer un picnic allá.

- Me agrada la idea.

Limpio la mesa y Mart coloca las cosas para hacer sándwiches, comemos entre bromas y en cuanto terminamos vamos ansiosos al bosque.

Ya extrañaba estar aquí, solía venir con mi mamá y mi abuela en vacaciones, nadaba, jugaba con los animales y subía a los árboles, pero después de la muerte de mi abuela ya nada fue igual.

- Mira- Mart me saca de mis pensamientos para señalarme una ardilla.

- Verás muchas por aquí- le digo sonriendo y su emoción crece.

- Las últimas que vi fue cuando estaba en preparatoria e iba a un parque- comenzamos a caminar de nuevo.

- Yo no vengo aquí desde la muerte de mi abuela, venir aquí parecía estar mal e incluso pensamos mi mamá y yo vender la casa, pero ella la amaba.

Mi jefe es un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora