Capítulo 5.

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- ¡Vuelva a repetirlo! ¿o es que no se atreve?- agregó él molesto.

- No era mi intención... - dije apenada.

- Pero es lo que piensa ¿No? - ¿ahora qué hago?- dejeme decirle que lo que usted opine me tiene sin cuidado, puede que yo no sea como mi padre, pero aún así soy mejor que usted y que todos los trabajadores de este lugar.

Es la persona más arrogante e idiota que he conocido en mi vida, cómo se atreve a menospreciar a las personas así.

- Sabe, algo que debe tener un líder es que reconoce el valor de las demás personas y no solo el suyo - mencioné.

- Sabe, algo importante en los empleados es que cumplan las órdenes y respeten a sus superiores- dijo molesto.

Suspiré, sé que si discuto con él solo me meteré en problemas y eso es lo que menos quiero ahora.

- Si no desea algo más, me retiro.

- Espero que termine lo que le pedí antes de la hora de comida. Váyase.

No dije nada más y me retiré, sé que pensaran que enfrentar a su jefe es tonto y la verdad lo es, pero ¿Qué se supone que debo hacer cuando alguien humilla a los demás?

Al salir de la oficina me encontré con un chico alto, no tanto como el idiota de mi jefe pero alto, cabello negro y sedoso, ojos cafés obscuros y labios gruesos.

Sonrió al verme y se acercó.

- Hola, ¿Cómo te llamas preciosa?- dijo  de manera coqueta.

- Deja de coquetear con mi asistente- dijo mi jefe en tono molesto mientras  salía de su oficina.

- Hola Esteban ¿Cómo has estado? ¿Qué tal el viaje? Bien, gracias por preguntar- dijo sarcástico el chico  que supongo se llama Esteban.

- Lo siento Esteban ¿Quieres pasar a mi oficina?

- Ahora el señor formal tiene oficina- dijo haciendo una cara rara de "elegancia" y no pude evitar reír.

- Esteban ¡ya!, a mi oficina ahora - Dijo Welker molesto

- Hasta tu asistente es más divertida que tú. Chócala - no dije nada y solo chocamos las palmas de nuestras manos.

- Señorita Sanderson, según recuerdo, tiene mucho trabajo y si no le es suficiente le puedo dar más, ahora vaya al piso de abajo por unos papeles que están en la oficina del señor Miller.

- Con permiso - dije y me retiré.

- Me debes tu nombre hermosa-  yo solo reí y me fui de allí.

Llegué al elevador para ir por los papeles que necesito y justo ahora recordé por qué casi no vengo aquí.

- ¿A qué se debe que nos honres con tu presencia? - dijo Andrea sarcásticamente como siempre, la secretaria del señor Miller.

- No sabía que amaras tanto mis visitas, ahora vendré más seguido- dije - vengo por unos papeles que el señor Welker me encargó.

- Hablas de tu nueva víctima.

- No, hablo de mi jefe.

- O vamos, ambas sabemos que te vas a meter con él igual que con el otro señor Welker - dijo sonriendo - aunque no te culpo él es muy guapo. Hasta yo lo haría.

Para que entiendan lo que pasa y porqué nos llevamos mal, ella es tres años mayor que yo y al igual que a mí le dieron la oportunidad de trabajar aquí, pero el puesto que yo tengo, en ese momento no estaba vacante y por ello le dieron el que tiene, cuando despidieron al antiguo asistente del señor Welker ella pensó que era su oportunidad para tener el puesto, pero el señor Welker decidió contratar a alguien mas. Ahí es donde entro yo, me contrataron a mí y ella dijo que fue por acostarme con el jefe, lo cual obviamente es mentira.

- Mira, no todas somos como tú y créeme que si pudiera te cambiaría de puesto. Ahora, ¿puedes hacer tu trabajo y traerme los papeles?

Al fin se levantó por los papeles y me lo trajo.

- Ten, para que sigas fingiendo trabajar.

- A diferencia de tí, yo tengo mucho trabajo.

Me fui directo a mi oficina, este día no puede ser más estresante, no me quejo del trabajo que tengo que hacer porque el trabajo es una bendición, pero siempre he tenido que lidiar con Andrea y su odio y por si fuera poco, mi nuevo jefe también me odia.

Me la pasé toda la tarde en la oficina, no salí a comer, pues tenía que terminar de posponer las juntas y  revisar los papeles, terminé comiendo en la oficina, pero al fin termine con los pendientes.

Llegué a su oficina para entregarle los papeles y mostrarle la nueva agenda, para mi suerte no tuve que tocar, ya que él estaba saliendo.

- Señor, ya terminé lo que me pidió.

- No los puedo revisar ahora, me voy a comer, se tardó mucho.

¿Es en serio? No salí a comer para terminar esto, para que me dijera que no las va a revisar.

- Pero...- me interrumpió de nuevo.

- Nada señorita, tendrá que traerlos a las cinco en punto y ahora valla hacer lo que era su trabajo para hoy.

Solo me quedé parada viendo como se iba y me dejaba con todo mi trabajo.

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Sé que no es el mejor capitulo pero me quedé sin inspiración.

Espero les guste.

Mi jefe es un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora