Capítulo 8

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—Ven aquí —dijo Oliver la mañana del día siguiente, cuando estaba en el baño. Me había bañado. Estaba vestido. Estaba listo para ir a la universidad. Sólo quería irme, pero él me detuvo. Me giré hacia él. Estaba parado en la puerta, sosteniendo un bolso pequeño.

—¿Qué? —pregunté.

No me había dirigido la palabra desde el accidente de ayer. Después de que desapareció, se fue por horas. Comí algo pequeño en la cena y luego me fui a dormir solo. Cuando desperté en la mañana no estaba aquí, pero podía notar que había vuelto. El sofá tenía una almohada y sábanas encima. Durmió allí. Nunca había hecho eso antes. Tal vez estaba tan enojado que ni siquiera me quería ver. De todas maneras, estaba agradecido. Me duché y supongo que volvió durante ese tiempo.

—Tomé prestado esto de una de las chicas de al lado —dijo y vino hacia mí.

Colocó el pequeño bolso en el mostrador. Cuando lo abrió me di cuenta de que era un bolso de maquillaje. Oliver se hizo buen amigo de las dos chicas de al lado. Quien sabe qué les dijo como excusa para necesitar maquillaje.

—No queremos que nadie pregunte nada —dijo.

Iba a tapar esto. Miré al espejo. El moretón estaba peor esta mañana. Dolía mucho. Afortunadamente no había mucha hinchazón, sólo un color morado. No sabía mucho sobre maquillaje, pero aparentemente Oliver sabía un poco, o simplemente iba a fingir que sabía. Sacó un tubo con líquido. Era casi como el color de mi piel. Vertió un poco en sus dedos, y luego lo untó suavemente en mi moretón. Me quedé ahí esperando pacientemente a que terminara.

—Estás tan pálido —dijo.

No dije nada. Frunció el ceño, concentrándose en el moretón. Le eché una mirada en el espejo. El maquillaje se difuminó bien con mi piel.

—No sé cómo las chicas hacen esto tan bien —dijo.

Una vez más, no dije nada. No podía decidir si lo amaba o lo odiaba. Estaba confundido. Odiaba lo que me hacía, pero amaba lo que hacía por mí. Creo que lo amaba. También creo que no quería nada que ver con él. Estaba teniendo una lucha interna.

—Con que ignorándome, ¿huh? —preguntó. No sonaba para nada enojado.

—No. Simplemente no tengo nada para decir —dije sencillamente.

—Sí, pues... Tampoco es que esté muy feliz contigo en este momento —dijo con un poco de actitud.

Seguimos en silencio mientras que continuó con mi rostro. Sacó una cosa con polvo y me puso eso también. Estaba siendo tan gentil conmigo. Era como un Oliver totalmente diferente al que le estaba hablando anoche.

—Listo, terminé —dijo.

Giré y miré hacia el espejo. Hizo un muy buen trabajo. Aunque, por otro lado, claro que lo haría. Quería esconder lo que él me había hecho. Estaba salvándose a sí mismo. Sin embargo, todavía podía ver que había un moretón ahí. Aun así, creo que sólo es perceptible si estuvieras cerca de mí. Todo lo que tenía que hacer era mantener la cabeza agachada por un rato y no acercarme mucho a alguien. Simplemente podía mentirle a mis compañeros de trabajo y decirles que tuve un accidente. Eran Vic y Leo de quienes Oliver estaba ocultando el moretón, estaba seguro. Si ellos veían que tenía un ojo morado, entonces deducirían que la persona que lo hizo también era responsable de mis costillas magulladas. Sólo tenía que retraerme y mantenerme alejado de ellos.

—¿Cuándo vendrás a casa? —preguntó Oliver.

—Tengo clase, luego trabajo, así que, después —dije.

—Quiero que estés aquí después de trabajar —dijo.

No era una petición. Era una orden con una sensación de amenaza. Más me vale que lo escuche. Ya tenía sospechas de que lo engañaba con Vic, así que me iba a dedicar atención extra. Tenía que hacer lo que él dijera.

Hush, Hush (Kellic) [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora