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Mentiras

La azabache miro a ambos castaños, un nudo se formaba en su garganta, quería llorar, los dos querían protegerla, pero ¿A qué costo?.

—debemos sacarla antes que llegue Zeus—te sostuvo de la mano con una fuerza casi inhumana.—si Zeus quiere que su plan continúe debemos alejarla, la pondrán como ejemplo para los dioses rebeldes...

Su cuerpo estaba ahí, pero sus pensamientos no, ¿Porque se sacrificaría por alguien tan... Inútil?
Ellos merecían más, la vida de ella era efímera, como todo ser vivo, siempre hay un final.

¿Cuántas veces la vio morir?, Este era su destino, ella moriría aquí, aunque pudieran evitar su muerte ¿Que había de los demás?.
Si era cierto Zeus jamás se detendria hasta que todos lo alabarán cómo el dios que una vez fue.
Ares disfrutaría de la guerra que estallaría, ninguno de los tres debía morir para evitar ese futuro.

Si ella moría, el sujeto que trata de salvarla estaría atrapado en el tiempo pensando en como salvarla, así que lo único que podía hacer era regresar.

—y-yo—los dos pares de ojos zafiros la miraron como si fuera lo más valioso—c-casa.

—¡No!—el que sujetaba su muñeca la apretó más su agarre.

—d-debo—su voz estaba quebrada, dios ardía demasiado, quería que esto terminará.

—¡No puedes!—jalo a la muchacha de su mano.—¿Porque siempre dices eso?

En un movimiento brusco, Reader soltó su muñeca con fuerza, recibiendo un sonido para nada satisfactorio proveniente de ella, un grito agonizante salió de sus labios.

Dolía peor que hablar, incluso el grito no fue tan doloroso como esa mierda, empujó a ambos, ella debía regresar a casa, seguramente ni siquiera lo habían intentado.

—...—los ojos de ese Pit mostraban miedo, arrepentimiento y una pizca de tristeza.—p-perdon, no puedes ir a casa.

La azabache tenía la puerta abierta podía correr, si bien se le dificultaría abrir puertas o sostener cualquier cosa, ella se iría de este lugar.

—se que preguntarás ¿Porque?—empezo a abrirse paso hacia ella, el sudor corrió por su piel.—porque ya lo intentamos, no hay manera de salir de aquí sin la ayuda de algún Dios, para "protegerte" encerraron el templo en una especia de burbuja, tú no puedes salir a menos que uno de ellos te acompañe...

Dirigió su mano a la mejilla de su amada en cambio ella la apartó de su camino, el dolor no la dejaba pensar.

—tranquila, estarás bien—tomo la mano lastimada de ella, pudo sentir un ligero temblor proveniente de ella, probablemente tenía más miedo de el que de los otros.—el idiota y yo nos encargaremos de ello.

El únicamente trago saliva, esperaba cumplir está promesa, la había hecho tantas veces que ya ni siquiera sabía se el decía la verdad o una mera mentira.

(...)

El dios que derrotó a miles de titanes, aquel ser que podría tratarse cómo el dios mas poderoso del Olimpo había llegado.

Sus ojos grises se toparon con los dorados de su hijo, ambos decidirían el rumbo de este mundo.
Se notaban en sus rasgos que estaba enfadado al enterarse de la fuga de la mortal.

Sus ojos se toparon con ambas diosas, Palutena estaba bastante disgustada con la historia que contó el otro Pit.
Los cinco acordaron una cosa, no comentarle nada a Zeus, mantendrían vigilado al recién nombrado y a Ares.

—veo que el ladrón del espejo aún no a sido atrapado y para empeorar se ha llevado al niño—fruncio el ceño con enfado

—no pueden salir de aquí—aclaro Ares—pueden estar en cualquier lugar.

[Esperanza Caída] Pit x TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora