Thirteen

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-Mamá, sólo confía en mí, ¿Sí?-. Inquirió la mayor de las Kim mientras se paraba del cómodo asiento de la sala de comedor de su madre

-Ya eres una mujer, Jennie; madura un poco con las decisiones que tomes. Deja de comportarte como una niña-. Habló alto Clarisse

-No es mi culpa el que Jisoo se haya ido, deberías dejarla que también "madure" como ser humano y dejarme en paz a mí-. Exclamó entre dientes

-Hoy vendrá a merendar Minjeong, deberías unirte a nosotras-. Recomendó su madre "cambiando" por completo el problemático tema de conversación

-Ya te dije que tengo otra reunión importante, mamá. Prometo que para la próxima vez estaré cenando contigo-. Aseguró

-¡Lo ves, allí está!-. Con más molestia ahora

La pelinegra sólo se dispuso a rodar los ojos para luego caminar algo tensa hacía la salida.

-Te quiero, mamá-. Dijo entre susurros, soltando un suspiro cargado de estrés para finalizar

La tarde era bastante despejada y el clima se sentía fresco, la pelinegra conducía apurada mientras oía su emisora de radio favorita; sentía su alma feliz y sobre todo tranquila, aunque aún tenía un ligero desgano por la pronta partida de su herma...

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La tarde era bastante despejada y el clima se sentía fresco, la pelinegra conducía apurada mientras oía su emisora de radio favorita; sentía su alma feliz y sobre todo tranquila, aunque aún tenía un ligero desgano por la pronta partida de su hermana de regreso a Canadá. La Kim mayor conocía bastante bien a su hermana y acertaba en que aquella tomaba decisiones muy apresuradas e impulsivas, pero esta vez la situación le parecía muy confusa.

“Y para finalizar, doble hacia la izquierda”

Estacionó su auto y bajó rápidamente junto a su bolso de mano; había llegado a la hora exacta para su cita.

Al ingresar al lugar, podía sentir el aroma de los exquisitos platillos, invadir sus fosas nasales y escuchó su estómago rugir hambriento.

Su reservación estaba dirigida hacía la mesa número diez, fue guiada hacía su lugar por un anfitrión.

Ya sentada, ojeó curiosamente esperando por su acompañante por largos minutos que se le hacían eternos, de pronto, logro observarla desde la entrada del restaurante y tan pronto como la vio, sus orbes se iluminaron por completo; la pelinaranja lucía preciosa con ese vestido corto y ajustado, Jennie se sentía encantada con cada prenda que llevaba aquella, ya que siempre se veía espectacular, pero ahora más que nunca, ella lucía radiante.

-¡Lisa, aquí!-. Agitó una mano en el aire, aquello le dio una apariencia desesperada, por lo que al darse cuenta, sintió vergüenza y se reincorporó en su asiento

-Te veías tan graciosa desde allí afuera-. Río levemente

-¡Basta!-. Clamó llena pena

-Realmente parecías una niña pequeña-. Se acercó a la mayor y dejó un pequeño beso en una de sus mejillas, provocando que la cara de la mayor estallara en rojo

Sweet Treat ˓ Jenlisa (Original) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora