-¿Un trato?-. Manoban pronunció con la cabeza llena de confusión
-Correcto, un dulce trato llamado tú-. Dijo Kim adentrando pasos lentos hacía la menor mientras relamía sus carmesí y brillantes labios
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➥ Lengu...
Las luces sicodélicas y sus fuertes destellos brillaban en el gran club nocturno, rondaba casi la medianoche y el lugar se encontraba estallando en público, aquel bar era bastante concurrido en la zona y Minjeong lo sabía, pues solía frecuentarlo cuando iba con amigos. Ambas jóvenes se sentaron junto a la barra y pidieron un par de tragos.
-No sabía que vendríamos aquí, de ser así, me hubiera vestido de manera más adecuada al ambiente-. Se lamentó Naeun
La pelirroja parecía tan absorta en sus pensamientos que sólo le miró y asintió con la cabeza esperando impacientemente su bebida.
-Vamos, Minjeong. Relájate un poco-. Pidió
-Estoy segura que estaré más tranquila luego de beber un poco-. Habló ansiosa entre dientes
Tan pronto como la bartender del lugar les extendió las copas, la alterada muchacha se la bebió la suya de un solo sorbo.
-Prepárame otro más, lo quiero rápido-. Ordenó aún más tensa
-Toma del mío, aún no pienso beber-. Ofreció la de cabello corto
Y rápidamente, Minjeong tomó la copa ajena también.
Habían transcurrido unas largas horas desde el primer trago y la pelirroja ya sentía como su cabeza daba tantas vueltas como una licuadora.
-Fue una mala idea que tomaras de esa forma-. Habló una preocupada Naeun
-¿Ahora te vas a preocupar por mí?-. Río burlesca
Minjeong se acercó un poco al rostro de aquella y le miró examinante, lo que hizo que Naeun, se ruborizara de inmediato, pues la pelirroja le parecía atractivamente intimidante. Eso le agradaba un poco.
-Creo que ya es hora de irnos, levántate-.
La morena se reincorporó en su lugar, se sentía mínimamente ebria, pues había tomado sólo un poco de su copa y sumándole el hecho de que, tenía mucha resistencia al alcohol; Naeun se sentía solamente cansada y con ganas de dormir. Pero por otro lado, Minjeong no se encontraba para nada sobria y al tratar de pararse de su asiento, resbaló un poco, amenazando con caerse en cualquier momento.
-Puedo pedir un taxi ahora, no es necesario que te preocupes como si fuera una maldita alcohólica-. La pelirroja se removió entre los brazos que la sostenían hacia la salida
Naeun sólo rodó los ojos y continuó llevando a la terca muchacha por las calles, pero de un momento a otro, sintió como la pelirroja se removió inquieta.
-Creo que quiero vomitar-. Exclamó nerviosa
-¡No, no lo hagas aquí!-. Gritó la de cabello corto provocando que su voz resonara con un fuerte eco en las vacías avenidas- Soy bastante sensible con eso, no lo hagas frente a mí-. Pidió casi rogando
Tenía que pensar rápido si es que no quería ver tal asqueroso espectáculo frente a sus ojos.
-¡Hotel, hay un hotel! Podemos ir allí para que puedas descansar un poco y tomar una ducha luego, necesitas estabilizar tu cuerpo luego de todo lo que bebiste-.
Naeun jaló apresurada a la pobre muchacha que sentía explotar en náuseas e ingresaron rápidamente a una habitación luego de reservarla.
-Oh, juré que había pedido una habitación con dos camas, tal vez debamos regr...-. Antes de terminar de hablar, la pelirroja ya estaba dentro del baño y tan sólo se dispuso a tirarse resignada sobre la gran cama del lugar, bueno, al menos era cómoda
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