Four

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Era el tercer día de trabajo de Lisa, afortunadamente todo había ido bien y sobre todo, la tranquilidad que tenía allí era un punto más a favor, se había olvidado por completo el concepto de aquello desde que había comenzado en la empresa de la pelinegra, pero todo ya había pasado o eso era lo que creía.

Había comenzado el día con el pie derecho; su trabajo básicamente consistía en atender las mesas y llevar las órdenes de los comensales, de igual manera, asegurarse también que todo marchara pacíficamente en el restaurante; su turno acabaría pronto, pues el lugar cerraba más temprano los días de feriado y ese era uno de ellos, la noche se hacía próxima; la pelinaranja miró su reloj de mano y eran casi las ocho y media de la noche.

Aquella tenía un trato con Jake, pues el muchacho le aseguró que luego de una semana de trabajo, le daría la mitad del salario del mes solo por esa ocasión, él tenía confianza en Lisa y esperaba no ser decepcionado por ella.

Lisa tomó su pequeña libreta junto a su bolígrafo que se encontraba en lo más profundo de su bolsillo y se dirigió a la mesa número tres donde a lo lejos veía a una mujer de silueta conocida; agitó la cabeza para aclarar su visión y fue directamente, pero sintió su mandíbula caer cuando vio de quién se trataba.

Hizo una mueca de ironía e incredulidad, ¿Acaso el destino le ponía todo esto porque estaba pagando una clase de karma?

Estaba segura que si la evitaba por completo y solo cumplía con su orden todo iría de maravilla, ¿Verdad?

La pelinegra la vio frente a ella y sonrió cínica.

-Miren a quién tenemos aquí-. Su sonrisa se hizo más extensa, pero no brindaba nada de cálidez

-Bievenida, Señorita Kim-. Devolvió evitando responder a su provocación

-Como sea, trae la botella de vino más cara del lugar-. Masculló a duras penas, pues a leguas se notaba en su semblante los tragos que tenía de más

Lisa levantó una ceja confundida mientras observaba a su mayor riendo sola sobre su mesa. Se veía demasiado relajada como nunca antes la había visto.

Notaba el ligero olor a alcohol que producía la pelinegra cuando hablaba o trataba de hacerlo, aquella se veía realmente ebria, pero Lisa quería evitar todo tipo de conflicto.

-Muy bien, ya regreso-. Asintió sin más

Sacó una botella de vino tinto borgoñón de la mejor calidad junto a una copa que sirvió en la mesa de su antigua jefa.

-Siéntate conmigo, vamos-. Rogó por cuarta vez balbuceante

-Debo seguir con mi trabajo ahora-. La menor se empezó a sentir incómoda frente a la actitud tan repentina de aquella que parecía una niña pequeña al suplicarle de esa forma

-¿Qué no me oíste? Puedo pagar el servicio completo del día a tu jefe, déjate de rodeos-. Eximió la ebria mujer

Lisa solo llevó una mano a su frente de manera frustrante, sabía que si no cumplía con la engorrosa petición de Kim, podría generar aún más bullicio en el lugar y toda la culpabilidad podría caer sobre ella.

Empujó la silla hacía afuera y simplemente optó por sentarse sin hacer más.

-Así que ahora trabajas aquí; nada mal, eh.-. Opinó

Sweet Treat ˓ Jenlisa (Original) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora