Olvidemos todo por un momento

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-La mato. Juro solemnemente que esa Hanna no sale viva de Hogwarts, y si sale viva es porque la llevan a San Mungo. -sentenció Elena.

-Parecía como si estuviera poseída. Hablaba siempre como si fueran más personas, pero sólo estaba ella. -dijo Lily abrazada a James.

-Creo que deberíamos ignorarla... -susurró Peter.

-¿Qué? ¿Por qué? -dijo Marlene.

-Peter, ¿estás bien? Te noto muy...

-Raro. Estás raro, Pete. -declaró Elena, fulminándolo con la mirada-. Pero en el mal sentido de la palabra. De hecho, creo que es mejor que te vayas.

-¿Q-Q-Qué? -tartamudeó Peter.

Todos estaban muy sorprendidos. ¿Qué le pasaba a Elena?

-Elena, ¿de qué hablas? Es Colagusano. -dijo Sirius.

-Eso. Es Peter, ¿por qué va a tener que irse? -preguntó James

-¿Me acompañas, Remus? -dijo Elena, ignorando las preguntas deliberadamente.

Ambos salieron de la Sala común, dejando a Sirius, Lily, James y Marlene muy confundidos y a Peter tiritando.

-¿Me vas a decir qué fue eso?

-Sabe oclumancia, Remus. Y eso no es algo que se aprenda en clase de encantamientos.

-¿Peter? ¿Oclumancia? Con perdón, pero tardamos tres años en volver a los demás animagos porque Peter era un inútil.

-No sé dónde coño está metido, pero es algo gordo si le han enseñado oclumancia.

-Estamos hablando de Colagusano, Elena. ¿Quién sospecharía de él? ¿Y quién querría a alguien como él para cualquier cosa?

-Por eso mismo. Nadie sospecharía de él, y siempre parece la víctima. Es el blanco perfecto, y el subordinado de los Merodeadores. En caso de que quisieran atacaros, él es débil y fácil de someter. Una marioneta traidora. Yo puede que no lo conozca, pero estoy segura que no es el Peter que conociste hace cinco años.

Eso dejó pensando a Remus. ¿Peter? ¿Traicionándolos? No le gustaba como sonaba eso.

-Olvidemos el tema. ¿Algo más?

-Sobre el karaoke, que es esta noche. ¿Ya te sabes la canción?

-Sí. ¿Por qué me da que se la tengo que dedicar a...?

-A Sirius, en efecto. -sonrió Elena pícaramente.

Remus frunció el ceño y ella empezó a reír.

-¿Qué tienes tú con mi vida amorosa, Marrero? -preguntó con una sonrisa.

-Nada, Lunático, es que es más emocionante que la mía. Y porque quiero ver la reacción de Canuto, más que nada.

Remus rió con ella.

-Está bien. Se la dedicaré.

-¡Sí! Oye, no saben que vas, ¿verdad?

-No tienen ni la menor idea.

-Perfecto, así será una sorpresa.

-¿Cómo harás que vengan?

-James es fácil, basta con que Lily le pida ir. Sirius irá o le robaré todos sus productos de bromas.

-¿Los que le dio el señor Potter?

-Los mismos. No lo soportaría. -dijo riendo.

-Cierto, le daría un ataque. Venga, tenemos que ir a clase.

[...]
Salieron de Pociones, las chicas riendo por algo que Marlene había dicho.

-Oye, Lily, tienes que pedir a James de ir al karaoke.

-Pensaba hacerlo. -se sonrojó Lily.

-¡Y hablando del karaoke! ¿Ya sabéis qué poneros? -preguntó Marlene.

-¿Ropa cómoda? -dijo Elena insegura.

Marlene y Lily se miraron.

-De ningún modo. -sentenciaron al unísono.

Elena fue corriendo a la Sala común entre risas, siendo perseguida por Lily y Marlene.

-¡No me pondréis maquillaje! -dijo Elena entre risas.

-¡Ya verás como sí!

-¡Quedarás preciosa, créeme!

-¡Socorro! ¡Me duelen los pulmones de reír! -dijo Elena sentándose en el suelo.

-¡Te atrapamos! Venga, vas a quedar maravillosa.

[...]
-No lo sé, Lily...

-¡Estás preciosa!

-Sigo sin entender por qué echaste a Marlene.

-Da mala suerte ver a la novia antes de la boda. -rió la pelirroja.

-¡Lily! -dijo Elena sonrojada.

Llevaba un peinado que consistía en dos pequeñas trenzas que se unían detrás con un broche blanco con forma de flor. Al final, había conseguido llevar solo un poco de labial rosa.

Su vestido era largo, de color negro, con un estampado de flores blancas que empezaba en sus rodillas y subía hasta quedar en su espalda, que estaba casi al descubierto.

Lily, por el contrario, llevaba un vestido verde esmeralda que le llegaba por las rodillas, su pelo suelto, levemente ondulado. Iba sutilmente maquillada.

-¡Venga! Marlene y los chicos nos deben de estar esperando.

Ambas bajaron del dormitorio a la sala común, donde muchos -aparte de Marlene y James- estaban como locos esperando por sus parejas.

-Jamie, tu novia. Marlene, la tuya.

-¿Qué? -dijeron al unísono.

-A las doce en punto, cegatos.

-Woah. -dijo Marlene.

-¿Qué? ¿Tengo monos en la cara? -rió Elena.

-Eres preciosa, Lily. -dijo James al oído de la chica.

A Lily no se le pasó por alto que dijo "eres" en vez de "estás". Se sonrojó.

-Tú también.

-¿Yo también soy preciosa? -sonrió.

-Venga, James, antes de que me arrepienta. -rió la pelirroja.

-No lo harías.

-No me tientes. -sonrió.

[...]

¿Merodear? ¡Me apunto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora