¿Dónde está Peter? ¿Y qué es un Phoenix?

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-Espera. ¿Iba en serio?

-¡Pues claro! Sólo queda buscarte un modelito a juego.

La risa de Elena Marrero se escuchó por toda la torre de Gryffindor.

-¡Juras! -consiguió decir entre risas.

-Lily, socorro. -se quejó Marlene-. Mi novia se ríe de mí. Y lo hace muy feo.

-Mi risa es preciosa, así que shush, rubia.

-¿Otra vez con esas? -preguntó Remus, que estaba estudiando con Lily.

-Remus tiene razón, Elenita. -dijo Marlene.

-¡Venga ya! No puedes negar que la imagen de Marlene McKinnon recién levantada con el pelo rubio estilo Princesa Malfoy pero todo enmarañado y asqueroso estilo Snape no te da risa.

-La broma estuvo bien, pero, ¡fue hace un siglo! -resopló Marlene.

-Una semana. Y fue porque me dijiste "pago yo" y resulta que no tenías la cartera en nuestra cita.

-¡Era cierto! ¡No la tenía!

-¡Te la vi en el bolsillo, maldita leona!

Ambas empezaron a reír y a perseguirse mutuamente por toda la sala común.

De repente, chocaron contra un Sirius salvaje.

-¿A qué juegan, niñas? -preguntó con una sonrisa ladeada.

-¡Ella me debe dinero!

-¡No es cierto, ya te vengaste!

Sirius se acercó a donde estaban Lily y Remus, sentándose junto al chico y apoyándose en su espalda.

-¿Y vosotros qué hacéis estudiando en un día tan bonito como este?

-Canuto. ¿En qué mes estamos?

-En... ¿diciembre?

-¿Y qué temperaturas suele haber en diciembre, chucho pulgoso? -sonrió Remus.

-Bueno, ya entendí. -admitió Sirius-. Pero Hogwarts es muy grande como para que malgastéis el curso estudiando.

-¿No te suenan los TIMOS? -dijo Lily a su lado-. Sirius, tenemos exámenes.

Elena apareció de pronto junto a ellos.

-Tengo dos preguntas. Una, ¿dónde están Peter y James? Y dos ¿¿EXÁMENES??

-Elena, ¿nunca has oído acerca de los TIMOS?

-No Lily, no es eso. -Elena se aclaró la garganta-. ¡MARLENE! ¡¿POR QUÉ ME APUNTAS A UN KARAOKE CUANDO LOS EXÁMENES ESTÁN CERCA?!

-¿Porque... no... me... acordaba...? -susurró Marlene desde la otra punta de la sala, con un poco de miedo hacia su chica.

Nota mental: no enfadar a Elena Marrero bajo ninguna circunstancia. Los resultados pueden ser fatales.

-¡VEN AQUÍ ASQUEROSA CUCARACHA!

Antes de que Elena pudiera cometer la tortura con cosquillas a Marlene, Sirius actuó rápido y la agarró de la cintura.

-Esto son tres galeones, McKinnon.

-¡Black! ¡Si no me diera pánico acercarme a ti ahora mismo, te daría un beso!

-Mejor guárdaselo a Elena, pero gracias por concursar.

-¡Suéltame Canuto!

-Puedo estar así bastante. Hasta que el que vaya a matar a alguien sea yo.

¿Merodear? ¡Me apunto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora