Capitulo Treinta y Cuatro.

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Zayn se acercó para recoger los platos.

-Lo que no puedes hacer es enfermarte.

-No, doctor -devolvió ella bromeando.

-Lo digo en serio, Emma-insistió él.

Entonces ella supo por qué lo decía. No confiaba en ella en absoluto.

-No te preocupes. No tengo intención de hacerle daño al bebé -dijo fríamente.

- ¿Qué quieres decir con eso?.

- ¡Quiero decir que sé que no confías en mí, pero que nunca le haría daño a nuestro hijo!.

-Lo creas o no yo no quería decir eso. Lo he dicho sólo pensando en ti -dijo él apretando los dientes.

-Si no te he entendido bien, lo siento -se disculpó secamente.

-Olvídalo.

Cuando estaba a punto de marcharse, se volvió hacia ella y preguntó:

-Louis y yo nos vamos a pescar. ¿Te importa quedarte sola?.

Ella lo miró, intentando descifrar su expresión. ¿Se quedaría si ella se lo pidiera? Decidió que era mejor no intentarlo.

-No, no me importa. Ve y pásalo bien.

Después de unos segundos, Zayn asintió con la cabeza.

-Si necesitas algo, puedes pedírselo a Maudie. Volveremos a la hora de la cena. Cuídate.

Se pasó toda la mañana sentada a la sombra, leyendo o dormitando. La sentaba bien no pensar y dejó que el calor borrara todas sus preocupaciones. Maudie, obviamente por recomendación de Zayn, se encargó de prepararle el almuerzo y de llevarle bebidas frías durante toda la tarde. Cuando volvió a la casa para ducharse y vestirse para la cena, se sentía más relajada de lo que se había sentido en mucho tiempo. La sensación persistió hasta que Louis llamó suavemente a la puerta.

Emma sonrió ante su aspecto de pescador de pacotilla.

-Parece que han tenido un buen día.

-Sí, hemos pescado mucho. De vuelta a casa entramos un momento en el bar y Zayn se encontró con Chelsea, una amiga de la infancia. Bueno, el caso es que como Zayn sabía que yo tenía que venir a ducharme antes de salir con Eleanor, me ha pedido que te diga que se queda a cenar con élla. Ha dicho que tú lo comprenderías.

Lo entendía muy bien. Zayn seguía evitándola. Con sus padres y sus hermanos fuera, esa noche hubieran estado solos en la casa. Habrían tenido que pasar horas juntos y quién sabía qué podría haber ocurrido. Él no quería arriesgarse y había salido corriendo.

-Sí, claro. Gracias por decírmelo, Louis . Dale un beso a Eleanor y al bebé de mi parte -dijo con calma.

Louis salió silbando para ducharse e ir a buscar a su prometida. Cerró la puerta del dormitorio y se apoyó en ella, con una mano en el corazón. Sabía que estaba en lo cierto y eso la tranquilizaba. Después de días de peleas y silencios, un segundo lleno de esperanza y el siguiente de desesperación, era un alivio saber que no todo estaba perdido. Podría evitarla esa noche, pero no podría evitarla siempre.Esa noche no le importó cenar sola porque se sentía llena de confianza.

Después se sentó frente al televisor para ver una película y, cuando terminó, como Zayn no había regresado, se fue a la cama. No podía dormir y cuanto más lo intentaba más difícil era conciliar el sueño. Dio muchas vueltas pero sabía que sólo una cosa la haría tranquilizarse, que Zayn volviera a casa. No tenía ni idea de qué hora era cuando abandonó la lucha y pensó que quizá algo caliente la ayudaría a dormir. Se puso una bata de seda que hacía juego con el camisón y bajó descalza hasta la cocina. Cinco minutos más tarde, estaba sentada a la mesa, tomando una taza de chocolate caliente. Cuando oyó que alguien abría la puerta trasera, levantó la mirada.

Prohibited    - Malik -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora