Capitulo Veinticinco.

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Maratón 3/3

— ¿Estamos hablando de la habitación para la que te pasaste un mes entero buscando el exacto tono de verde?

—Culpable, de acuerdo. Lo hice, pero ahora ya no me gusta —dijo poniéndose colorada.

— ¿Y de qué color la quieres pintar ahora? — dijo Zayn pacientemente, lanzando un suspiro.

—Azul o rosa.

— ¿Azul o rosa? Me parece que deberías tomar una decisión antes de llamar al decorador o tendré que llevar un juicio por asesinato —dijo él con sarcasmo.

Emma se encogió de hombros expresivamente.

—Pero es que no lo puedo decidir porque aún no sé lo que va a ser —dijo tranquilamente.

— ¿No sabes lo que va a ser? —contestó él un poco impaciente.

—No, no sé qué va a ser, cariño. No sé si va a ser un niño o una niña.

Aquella vez él entendió y a su cara de sorpresa siguió una expresión de felicidad.

— ¿Quieres decir que vamos a tener un niño?.

La sonrisa de ella le dijo todo lo que quería saber.

—Ven aquí, cariño —ordenó él.

Emma se levantó, rodeó la mesa y se encontró sentada en sus rodillas.

— ¡Bruja! ¿Por qué no me lo has dicho directamente?

Tan cerca, podía ver la sombra de una lágrima en los ojos de Zayn, lo que hizo que las suyas afloraran también.

—No sabía si te iba a gustar o no. Nunca habíamos hablado de los niños.

— ¿Cómo no me iba a gustar? ¡Dios, un niño! ¿Estás segura?

—Me lo han confirmado hoy.

Su mirada era tierna y amorosa.

—Por eso últimamente te quedabas en la cama más tiempo. ¡No me digas que has tenido náuseas por las mañanas y no me he enterado!

Sabía que nunca se lo perdonaría a sí mismo si ella hubiera estado enferma y él no hubiera sido capaz de verlo.

—No. No estaba enferma. Sólo tenía náuseas de vez en cuando —dijo tomando su cara entre las manos—. Y lo del decorador era una broma. Si no te importa, lo haré yo misma.

Apoyó la cabeza en su hombro, sobrecogida de felicidad. Zayn sonrió, apretándola fuertemente contra él.

—No tengo ni idea, pero será divertido comprobarlo. Y ahora, señora Malik, ¿le apetece hacer el amor conmigo lenta y largamente, Señora Malik?

Ella gimió suavemente, besándolo en el cuello…

—No sé. ¿Eres bueno en eso?

—Si estás embarazada, será porque algo he hecho bien. Vamos a comprobarlo.

Y levantándose con ella en brazos, subió las escaleras hasta el dormitorio.

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Durante los días siguientes rieron e hicieron muchos planes. Zayn tenía tendencia a tratarla como si fuera una muñeca de porcelana hasta que ella se enfadó y dijo que le iba a tirar algo a la cabeza si no dejaba de hacerlo. Después, la vida volvió a la normalidad.

Su despacho empezó a atraer cierta clientela y eso la mantuvo ocupada. Cuando Madge fue informada sobre el embarazo, se encargó de que siempre hubiera una buena cena esperándolos.

El jueves siguiente, Emma llegó más tarde de lo normal y cuando entró en casa se encontró una nota de Madge recordándole que había ido al cumpleaños de su nieto y que la cena estaba en el horno.

Agotada, dejó el maletín en el armario del pasillo, colocó la chaqueta sobre una silla y fue a comprobar el horno. Había puesto la mesa y estaba echando una ojeada al correo cuando oyó el coche de Zayn.

Dejando las cartas sobre la encimera, salió corriendo a recibirlo.

—Hola, ¿has tenido un buen día? —preguntó, pasando sus brazos por la cintura de él como de costumbre y sorprendiéndose al encontrarlo tenso.

Ella levantó la mirada y, cuando lo vio tan serio, su sonrisa desapareció. Algo debía de haber ocurrido en el despacho.

— ¿Qué pasa, cariño?

Una luz desconocida brilló en los ojos de Zayn antes de que sonriera.

— ¿Qué podría pasar, cielo?.

La besó con extraña dureza y eso confirmó su sospecha de que ocurría algo. Apartando los labios de ese extraño beso, Emma echó la cabeza hacia atrás tanto como pudo y lo miró.

El brillo de sus ojos envió un escalofrío a su espina dorsal. No podía imaginar por qué la miraba tan fijamente.

— ¿Cómo voy a saberlo si no me lo cuentas? —preguntó ella.

—Uno nunca sabe. Mis amigos me dicen que tengo todo lo que un hombre puede desear. Una casa preciosa, una mujer maravillosa que me quiere... —hizo una pausa, clavando su mirada en ella—. ¿Porque tú me quieres, verdad, Emma?

Sin saber qué quería decir, lo miró atónita. ¿Qué demonios le había pasado? Debía de ser algo suficientemente malo como para que él buscara una confirmación que ella le dio encantada.

—Por supuesto que te quiero. Ya lo sabes.

Se quedó aún más confusa cuando él la soltó de repente. Estaba empezando a alarmarse.

— ¡Por Dios, Zayn, cuéntame qué te ha pasado!

— ¿Qué ha pasado? He conocido a un posible cliente, eso es todo —la informó él con una risa extraña dirigiéndose hacia el salón.

En el bar se sirvió un whisky y se bebió la mitad de un sólo trago.

Emma lo siguió, consternada. No había nada raro en conocer a un nuevo cliente. Después de todo, Zayn era el director de una importante firma de abogados. Pero, a menos que el cliente lo hubiera mordido, no podía imaginarse qué podía hacer que reaccionara así.

— ¿Y ese cliente tiene un nombre? — preguntó ella, pensando que quizá le dijera algo.

—Claro —confirmó Zayn —. Se llama David Henrie.

— ¿Henrie? —repitió ella, perpleja—. Me parece que no lo conozco.

—No, a menos que sepas algo de la industria del cine. Por lo visto tiene su propia productora. Su mujer y él estaban en  Inglaterra cuando se les presentó un problema y vino a verme para pedirme consejo legal.

—Ya veo.

— ¿No me digas? —inquirió él sarcástico.

Antes de que ella pudiera protestar por la descortesía, él siguió hablando.

—Por cierto, será mejor que pongas dos platos más. Vamos a tener invitados. ¿Invitados? —preguntó sorprendida.

— David Henrie y su mujer. Pensé que quizá te parecieran interesantes, así que los invité a cenar. Ah, esos deben de ser ellos —dijo cuando oyó el sonido de un coche cerca de la casa.

Aunque quería forzarlo a contarle lo que pasaba, ya no había tiempo para ello y rápidamente fue al comedor a colocar dos platos más sobre la mesa antes de ir a la cocina. Esperaba que a esa gente le gustara la carne porque era lo único que había.

Maldijo a Zayn por no haberle avisado antes y, cuando, estaba comprobando si había suficiente carne y verduras para cuatro, oyó sonido de voces en el pasillo.

No podía hacer nada más y, asegurándose de que todo se conservaba caliente, se dirigió al salón para reunirse con Zayn y con sus inesperados invitados.

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CHAN CHAN CHAAAAN! Quienes seran sus invitados?

Mrs. Styles★ xx

Prohibited    - Malik -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora