Emma estaba en la habitación de Zayn mirando por la ventana los movimientos de la gente, desde esa distancia del tamaño de hormigas. Hacía horas que había llamado por teléfono a su oficina para decir que se tomaría todo el día libre.
Zayn se había movido varias veces, pero
aún no se había despertado. Media hora antes. Emma había podido convencer a sus padres de que dejaran por un rato su vigilia y se fueran a descansar y a comer algo. No le serían de ninguna ayuda a su hijo con los nervios rotos por la tensión.—¿Em?.
El sonido de su voz era apenas un susurro, pero Emma lo oyó y cerró los ojos. Había estado esperando ese momento con un doloroso presentimiento. Su reacción anterior había dejado sus nervios de punta. Tanto que tenía miedo de acercarse a la cama y al hombre que estaba en ella. Pero había prometido ayudar así que, tomando aire, se dio la vuelta y se dirigió hacia la cama.
—Estoy aquí —dijo intentando parecer calmada mientras su corazón latía aceleradamente. Él la estaba mirando con esos asombrosos ojos mieles.
¡Por amor de Dios! Cómo la afectaban esos ojos. Hacían que le diera un vuelco el corazón y que se le doblaran las rodillas. Podría ser tan fácil ahogarse en ellos... Era un pensamiento que le helaba la sangre en las venas y hacía que sintiera una sofocante ola de calor en la cara.
Eso no podía estar pasando, se dijo a sí misma. «Soy una mujer que se enorgullece de su sensatez. ¿Cómo puedo haberme convertido de repente en esta criatura tan emocional?».
No encontraba ninguna respuesta que
pudiera aceptar. Cuando se paró delante de la cama, Zayn levantó la mano y ella la sostuvo en la suya.Algo como una descarga eléctrica le subió por el brazo, haciendo que contuviera el aliento. Sus ojos se convirtieron en dos turbulentas piscinas azules en los que Zayn se miró con la misma sorpresa. Saber que él estaba sintiendo lo mismo que ella no la desagradó en absoluto, más bien al contrario. Zayn parpadeó confundido.
—Es asombroso lo que... el roce... con la muerte puede hacerle a uno... -murmuró, respirando con dificultad por el dolor en sus magulladas costillas.
Ella estaba aún más sorprendida.Él respiró profundamente, haciendo una mueca de dolor.
—Tocándome me has hecho saber que... aún no estoy muerto.-
Cuando ella siguió la dirección de sus ojos bajando por la cama se dio cuenta de lo que quería decir y se ruborizó. Emma quiso escapar del dominio de su influencia hipnótica, pero él no soltaba su mano y, temiendo hacerle daño, se vio forzada a no moverse.
—Quizá debería decirle a la enfermera que le ponga algo a tu té —dijo ella. Él empezó una risa que acabó en un gemido.—
¿Zayn? —preguntó ella alarmada.
Zayn hizo un gesto negativo con la cabeza. —Estoy bien.
Después de unos segundos la miró acusador.
—Es culpa tuya. Tú has empezado.
— ¿Culpa mía? —preguntó ella deseando
que soltara su mano.Necesitaba pensar. Necesitaba sitio, él estaba demasiado cerca.
—No deberías haberme mirado... como si... quisieras... comerme —dijo él.
Emma estaba tan sorprendida que se quedó boquiabierta.
— ¡Eso no es verdad!.
—Sí es verdad... pero no te preocupes... me gusta.
Profundamente avergonzada, Emma deseaba que se la tragara la tierra porque temía que lo que acababa de decir fuera cierto.
—Eso es absurdo. Yo... yo estoy aquí para que te recuperes.
—Pues funciona.
Emma se mordió los labios y apartó la mirada. No podía soportar esta situación. La manera en que él la hacía sentir por dentro. Aquélla no era la forma en la que ella había esperado hablar con un hombre que había estado a punto de morir. No lo estaba haciendo bien y se aclaró la garganta nerviosamente antes de hablar.
— ¿Quieres comportarte, por favor?
—No me queda más remedio, ¿no? —dijo él irónico.
— ¿Qué voy a hacer contigo? —exclamó exasperada.
—Yo... tengo algunas sugerencias, pero... no creo que pueda hacerlo.
Sin poder evitarlo, Emma sonrió.
— ¡Eres incorregible!.
—Eso me... anima.
Ella suspiró mientras estudiaba su cara, intentando ver más allá del humor con el que él intentaba suprimir el dolor.
— ¿Cómo te sientes?.
— ¡Como si me hubiera... atropellado un coche! —contestó él con un amago de sonrisa.
Emma no podía creerlo. ¿Cómo podía bromear sobre ello?
— ¿Qué estabas intentando probar, que eras tan invencible fuera de los Tribunales como dentro de ellos?.
Después de decirlo, deseó morirse. ¿Cómo podía haberle dicho eso a un hombre que creía haber salvado su vida?
—El Jurado sigue deliberando sobre eso-
replicó.—Lo siento. No debería haber dicho eso.
—No importa... Me gusta... que te enfades conmigo —bromeó él.
—Debería estar agradecida.-Dijo ella.
—Bueno, cuando esté mejor... dejaré que me pidas perdón... adecuadamente.. ¿Qué te parece?.
Emma miró sus ojos burlones y gimió por dentro. Era demasiado. Llevaba la conversación por donde quería y ella estaba empezando a pensar que no le importaba. ¿Qué le estaba pasando? Tenía que recuperar el control. Ensayando su mejor gesto profesional, lo miró fríamente.
—Lo pensaré.
—Yo también lo pensaré —prometió Zayn con una calidez que la hizo temblar.
— ¡Merecerías que te diera una bofetada! -explotó, soltándose ahora que su mano había perdido fuerza.
Caminó hastalos pies de la cama y se quedó allí, respirando con dificultad. Para su incredulidad, le oyó reír.
—Tú no le pegarías a un hombre enfermo... ¿verdad?.
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Thankss
Mrs Styles♥
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Prohibited - Malik -
Fiksi PenggemarLa hermana gemela de Emma Collins, Amber, era un problema para la familia. Pero esta vez habia ido demasiado lejos al abandonar a su prometido, Zayn Malik, cuando éste se estaba recobrando de un gravísimo accidente. ¿Qué podría hacer Emma excepto q...