Amber negó con la cabeza.
— ¿Quien lo hubiera podido pensar de la mosquita muerta? Tendrás suerte si sales de esta con un buen acuerdo económico...
Emma tiró al suelo el plato que llevaba en la mano y se giró hacia su hermana.
— ¡A mí no me interesa su dinero! ¡Me pones enferma!.
Apoyándose en la encimera, su hermana observó cómo se mordía los labios para disimular el temblor.
—Bueno, bueno, bueno, veo que estás enamorada de él —dijo con falsa simpatía—. Deberías habérselo contado. Sabes que nunca te lo podrá perdonar, ¿verdad?.
Era lo único de lo que tenía miedo y setapó los oídos con las manos.
— ¡Cállate, por favor, cállate!—gritó.
— ¿Pasa algo? —la voz de Zayn preguntó desde la puerta.
Ambas se dieron la vuelta. Y Emma bajó las manos.
—No, no pasa nada —negó temblorosa.
Deseaba que se fueran para poder hablar con Zayn. Pero no se irían. Zayn se encargaría de ello. No iba a ponérselo tan fácil. Tendría que representar la farsa y lo haría con la mayor educación posible.
—La cena está lista. Yo llevaré los platos mientras les dices a nuestros invitados dónde deben sentarse.
Las horas siguientes fueron las peores de su vida. Zayn se comportó de forma educada, atendiendo a sus invitados como si no pasara nada. Y para los invitados no pasaba nada, ni siquiera para Amber.
Zayn estaba reservando su furia para su mujer y ella sabía que en el momento que se fueran empezaría el infierno. Intentó seguir la conversación, pero no pudo comer y, por el niño, no se atrevió a beber más que un pequeño sorbo de vino.
Mientras su hermana se pavoneaba, segura de que a ella no le iba a pasar nada. No hubiera estado tan contenta si hubiera notado el desprecio en los ojos de Zayn. Él la veía ahora tal como era, pero eso no hacía que Emna mejorara por comparación. Al contrario, como ella siempre había temido, estaba comparándola con su hermana.
Una buscavidas como ninguna, porque una mujer joven no se casaba por otra razón con alguien como David Henrie. Fue un alivio cuando Henrie dijo que debían tomar un vuelo por la mañana temprano.
Zayn los acompañó hasta el coche, pero Emma no lo hizo. Les dijo adiós con la mano y volvió a entrar en la casa. Paseando por el salón, se quedó mirando la apagada chimenea.
—Solos al fin — Zayn dijo detrás de ella.
Que reunió todo su coraje para volverse y mirarlo.
—Lo que has hecho ha sido despreciable — dijo, observando con odio el rictus cínico de su boca.
Los ojos mieles se clavaron en ella con un brillo que no había visto nunca. Acercándose, Zayn acarició sus mejillas con los nudillos en una parodia del gesto cariñoso que hacía tan a menudo.
—Mí querida embustera. ¿De verdad creías que no iba a enterarme nunca? —preguntó fríamente y el corazón se le partió.
— Zayn, por favor...--No sabía cómo empezar, cómo explicarle lo que había pasado.
— ¡Te he hecho una pregunta! —casi gritó Zayn —. ¿Creías que no me iba a enterar?.
Ella tragó saliva, deseando poder mentir pero sabiendo que no podría.
—Sí.
Zayn se dirigió hacia el bar para ponerse una copa que tomó de un solo trago antes de volverse a mirarla.
ESTÁS LEYENDO
Prohibited - Malik -
FanfictionLa hermana gemela de Emma Collins, Amber, era un problema para la familia. Pero esta vez habia ido demasiado lejos al abandonar a su prometido, Zayn Malik, cuando éste se estaba recobrando de un gravísimo accidente. ¿Qué podría hacer Emma excepto q...