Capitulo Cuarenta.

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Eso era una despedida y él se dio cuenta.

Cuando estuvo sola de nuevo, cerró los ojos. Se iría al día siguiente. Lo único que tenía que hacer era encontrar un sitio al que ir. Cuando Trisha llegó al hospital un poco más tarde, una de las enfermeras le había dado a Emma el nombre de un balneario en la costa y había reservado una habitación para ella. Lo único que necesitaba era su coche y algo de ropa y sus planes estarían completos.

Estaba repasándolos cuando entró su suegra. Por primera vez desde el accidente  sintió un nudo en la garganta cuando Trisha la envolvió en un silencioso abrazo.

—Mi pobre Emms. Qué accidente tan espantoso —dijo tristemente.

Sintió tantas ganas de llorar.

—Debería haber tenido más cuidado — respondió temblorosa mientras Trisha la soltaba y se sentaba al borde de la cama.

—Fue un accidente. No es culpa de nadie. Es muy triste, pero tendrás otros niños.

Ella no quiso mirarla.

—Quizá.

Sabía que no los habría, pero no podía decirlo. Trisha acarició su mejilla.

—Dices eso ahora, pero cuando todo esto pase... —se encogió de hombros—. Ahora lo que tienes que hacer es venirte a casa con nosotros.

—Siempre han sido muy amables conmigo — dijo sonriendo.

—Es muy fácil ser amable contigo porque eres una chica encantadora. Yaser y yo pensamos que Zayn tiene mucha suerte. ¿Te han dicho cuándo te puedes marchar?.

Se quedó más de una hora, charlando sobre unas cosas y otras y se marchó con la promesa de volver al día siguiente por la mañana. Ya estaba vestida cuando Trisha y Yaser llegaron para llevarla a casa. Una vez allí, subió a la habitación que había compartido con Zayn, se cambió de ropa, hizo la maleta y bajó de nuevo. Dejando la maleta en la puerta, fue a despedirse de sus suegros, que estaban en el salón.

Desde el umbral, dijo suavemente:

—Me marcho.

La sorpresa en sus caras era evidente.

— ¿Que te vas? ¿Pero dónde vas?.

—No se lo puedo decir. Necesito marcharme y no quiero que Zayn me busque.

Los dos estaban de pie mirándola.

— ¿Por qué no quieres que Zayn te busque? — preguntó el padre.

—Porque es mejor así.

—Huir nunca es lo mejor, Emma. Quedarse y hablar de los problemas es lo que hay que hacer —dijo Yaser.

—Esta vez no. Lo que tengo que hacer es hacer bien lo que hice mal.

—Emma, querida, ¿de qué estás hablando? — preguntó Trisha perpleja.

—Les he mentido —confesó de repente mirando de uno a otro—. Cuando los conocí les dije que era la prometida de Zayn, pero no era verdad. Tengo una hermana gemela. Ella era la prometida de Zayn.

— ¡Cielo Santo! —exclamó Trisha.

—Me enamoré de él, así que me hice pasar por ella y Zayn se enamoró de mí, sin saber quién era yo.

Los Malik no dijeron nada durante un rato, intentando comprender la situación. Fue Yaser quien rompió el hielo.

— ¿Cuándo se enteró Zayn? —preguntó y ella se dio cuenta de que al menos sospechaba la verdad.

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