Capitulo Doce.

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Emma se dió cuenta de que a Amber le habría gustado algo más llamativo. Pero a ella no. Para ella era un anillo precioso, uno que ella misma hubiera elegido.


—No es que no me gustara —inventó ella rápidamente—. Es que me parecíademasiado grande, pero lo he arreglado.

Suponiendo que él no pidiera la factura del joyero, su mentira estaba cubierta. Él frunció el ceño, intentando confrontar lo que él recordaba con lo que ella acababa de decir. Después de unos segundos, la miró interrogante.


—Entonces ¿te gusta?.


—Es precioso —dijo honestamente. Él se encogió de hombros y movió la cabeza, atribuyendo el cambio de opinión a un capricho.


—Tendré que comprar los pendientes a luego —decidió él con una sonrisa tan encantadora que ella tuvo que controlarse porque la magia empezaba a tejer de nuevo su red alrededor de los dos.

De repente, empezó a sentirse alarmada por aceptar regalos que en realidad no iban dirigidos a ella. —No tienes por qué hacerlo.


—Lo mejor será que cambiemos de tema o no me dormiré nunca —sugirió él— Cuéntame qué tal el partido. No sabía que te gustara el béisbol.


¿Cómo quería él que pudiera pensar si seguía acariciando su mano de esa forma? Intentó poner un poco de orden en el caos de su cerebro.


—Ha sido estupendo. Intento ir a todos los partidos que puedo. Además hoy nuestro equipo ha ganado y Jace estaba feliz.


La caricia en su mano cesó.


— ¿Jace? —preguntó él bruscamente.

Emma lo miró. No podía ser, no podía estar celoso. Parecía que sí por la expresión de su cara. Tenía ganas de reírse, pero en lugar de eso se mordió los labios.


—Jace es un amigo —dijo alegremente.


—Eso me ha dicho mi madre.


Esa vez se rió con ganas. — ¡Tenías que verte la cara! El es el hijo de mi mejor amiga y tiene seis, no, siete años. El partido ha sido mi regalo. ¿Satisfecho? —bromeó ella.


— ¡Qué bruja eres! —dijo Zayn poniendo cara de enfadado e intentando agarrarla.


—Recuerda que estás enfermo —dijo ella levantando las manos en advertencia.


—Sí, pero no voy a estar siempre en esta cama. ¡Recuérdalo! —amenazó él.


Ella sintió un escalofrío de placer recorriendo su espina dorsal. —Lo recordaré.


La mirada de Zayn prometía venganza.


—La próxima vez que quieras ir a un partido, te llevaré yo.


—Bueno —asintió ella bajito.


—Estoy haciendo el ridículo, ¿verdad?.


Emma sonrió y se inclinó para besarlo suavemente en los labios, apartándose rápidamente para que él no pudiera reaccionar.


—Sí, pero me gusta. Ahora tengo que irme, es muy tarde. Te veré mañana — prometió ella.


—Te estaré esperando. Buenas noches, cariño. Conduce con cuidado.

—Lo haré —le prometió.


Salió antes de que pudiera encontrar una razón para quedarse. Al final del pasillo, se paró y se apoyó en la pared. Automáticamente se llevó la mano a los labios para comprobar su sensibilidad.
Estaba temblando como una hoja, pero consiguió tranquilizarse y recordar todo
lo que Zayn había dicho y que había estado a punto de perderse. Si no hubiera dado la vuelta, si no lo hubiera besado, ¡no lo habría sabido nunca!.

Prohibited    - Malik -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora