Capitulo Treinta y Siete.

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-Si me dices esas cosas, me vas a obligar a decir que tienes una sonrisa de pecado - dijo sin aliento.

Zayn se apartó del árbol y dio dos pasos para acercarse a ella. Se paró y dijo:

-Me gusta oírtelo decir.

-Yo estoy por pensar que alguien ahí arriba nos está gastando una broma -suspiró mirando al cielo-. Una broma muy pesada.

-Yo también he perdido el sentido del humor últimamente -asintió Zayn sarcástico

-¡Pero es que intentar ignorarte es como tratar de que la lluvia caiga hacia arriba! ¡Es totalmente imposible!.

Tenía un nudo en la garganta. Al fin se estaban comunicando y ella rezó para no decir algo equivocado.

-Esto es como una pesadilla de la que no nos podemos despertar.

-Dímelo a mí.

Cuando ella lo miró, compartieron un segundo de simpatía mutua. Con un suspiro, Zayn se pasó una mano por el cuello atrayendo la atención de ella hacia la bronceada piel que asomaba por los botones desabrochados de su camisa. Se hizo un silencio marcado sólo por el sonido del agua y de los pájaros y los dos se dieron cuenta de la electricidad que había en el ambiente.

Zayn respiró profundamente y relajó los hombros. El era tan atractivo, pensó con un nudo en el estómago.

-Venga, vamonos - Zayn decidió un segundo después ofreciendo su mano.

Ella la tomó intentando no demostrar la emoción que sentía al tocarlo. Decidida a no dar el primer paso de nuevo, intentó darse la vuelta pero, para su sorpresa, Zayn la atrajo hacia él de un tirón. Ella perdió pie y se encontró entre sus brazos. Con el corazón acelerado, se sujetó de su camisa y apoyó su mejilla en su pecho. Se quedó quieta mientras sentía los rápidos latidos de su corazón, tan rápidos como los suyos propios y, con cada respiración, podía oler su aroma. Era tan masculino que cada átomo de su ser respondía ante él. La quemaba el tacto de las manos de Zayn en su espalda y se le doblaron las rodillas. Sabía que debía apartarse, pero no tenía fuerzas. Apenas podía pensar. Era como un dolor que crecía más y más y pensó que se moriría si Zayn no la besaba.

Levantó los ojos y vio los latidos del pulso en su cuello. Sin poder evitarlo, con un gemido, puso sus labios sobre aquel pulso y sintió que Zayn contenía primero el aliento y después notó cómo su respiración se aceleraba con cada roce de su lengua. Estaba tan cerca del cuerpo de él que podía sentir la excitación masculina. Una ola de triunfo la recorrió al revelar el hecho de que Zayn la deseaba. La deseaba tanto que no iba a luchar y ella sabía cómo volverle loco. Eso hizo que perdiera las pocas fuerzas que le quedaban.

Zayn la sujetó. Jadeando, enredó sus dedos en el pelo de ella y empujó su cabeza hacia atrás hasta que estuvo frente a frente con el rostro ardiente de ella. En ese momento ella supo que no iba a luchar más. Su mano subió hasta sus labios y los acarició.

- ¡Dios, te deseo tanto! -dijo poniendo sus labios sobre los de ella.

Ella devolvió el beso y rogó al cielo para que esa vez no dejara de besarla. Para que esa vez la amara y se diera cuenta de que era así como debía ser. Era como lanzarse sin remordimientos a un infierno de deseo ardiente. Habían estado separados demasiado tiempo y se necesitaban tanto que no podían ser suaves el uno con el otro. Su pasión no podía ser satisfecha sólo con un beso, pero un beso la encendió.

Zayn la besaba haciéndole daño en los labios, pero agradecía el empuje de su lengua. Separando sus bocas para tomar aliento, echó la cabeza hacia atrás y tembló cuando el entendió eso como una invitación para acariciar su cuello con los labios. Casi no sintió el roce de sus dedos mientras desabrochaban su blusa, sólo la brisa en su piel al abrirse ésta, dejándola desnuda ante sus ojos. Tomó sus pechos entre sus manos como si fueran algo frágil, acariciándolos primero con los dedos y después con la lengua. Ella lanzó un gemido ahogado y sintió una deliciosa sensación entre sus piernas. Era un delirio doloroso, pero tan necesario...

Prohibited    - Malik -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora