Aquí podrás encontrar diversas reacciones de los chicos a distintas situaciones.
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Un alma que vaga sola por las calles es incapaz de ver colores, vive en un mundo monocromático y desolado, en donde ver el hermoso azul pintar el cielo es imposible, al igual que apreciar un bello atardecer que baña cada rincón de la ciudad con hermosos tonos anaranjados, sin embargo, cuando las almas gemelas se encuentran todas aquellas tonalidades grises desaparecen para dar paso a brillantes colores, sensaciones capaces de brindar el característico calor que poco a poco se expande a través de todo el cuerpo, simplemente algo magnífico y gratificante.
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- O N E S H O T -
- ¿Entonces no la has encontrado? -el castaño negó algo entristecido, pero la fugaz idea de nunca encontrar a la persona que lo complementaría le generaba un vacío en su interior-. ¡No pongas esa cara!
- Lo dices porque tú si has encontrado a esa persona -Minho, ante esa afirmación solo pudo sonreír, desde que Jisung había aparecido en su vida todo parecía haber tomado un nuevo rumbo-. ¡Quita esa cara!
- ¿Acaso enamorarse es un delito? -cuestionó el pelinegro con una mano en su pecho, dramatizando su oración-. Chan tampoco ha encontrado a su alma gemela, no eres el único.
Era cierto, pero en parte dolía, no sabía cómo se sentía el mayor con respecto al tema, pero él ansiaba conocer a esa persona, saber si su alama gemela también lo estaba buscando, conocer su nombre, cómo lucía, de quién se trataba, únicamente necesitaba un rostro que se negaba a aparecer en su campo de visión.
El agudo sonido que indicaba el inicio de clases inundó los pasillos ocasionando que los estudiantes apresuraran sus pasos, mientras que algunos otros aún seguían en sus mundos; con el pesar sobre sus hombros el chico de cabello oscuro se dirigió a su salón rogando que las clases transcurrieran de la forma más rápida y menos pesada posible, después de todo no se encontraba en condiciones para prestarle completa atención a sus estrictos profesores.
El tiempo pasó y las agujas del reloj empezaron a moverse, quedaban diez minutos restantes de clase, pero varios de los alumnos ya habían empezado a guardar sus libros y lápices esperando pacientemente a que dieran la indicación para salir, tal vez unos irían a sus casas, verían sus familias y demás, otros tantos aprovechaban que el cielo bañaba la ciudad con hermosos tonos anaranjados, aunque dicho suceso solo podía ser admirado por los privilegiados, quienes ya habían encontrado su alma gemela.
- No puedes verlo, ¿verdad?
- No, aún no -respondiste guardando tus cosas bajo la atenta mirada de tu mejor amiga-. Hace poco he visto pequeños destellos de colores, o eso creo, eran completamente diferente a los tonos grises que veo a diario.
