Fugaz entre mis manos

14. Discusiones, renconciliación y complicaciones.

14.

El doctor José Rivas escuchaba a Rosy con la amabilidad que le daba su profesión con el trato hacía los familiares de sus pacientes; pero su completa atención estaba sobre el par de hombres parados algunos pasos detrás de ellos y su lenguaje corporal que gritaba tensión. Se preparaba para llamar a seguridad en el momento en que se engancharan a golpes

Poco pudieron hacer los hombres porque, Leslie había comenzado a despertar. Su madre, pronto se arrojo a sus brazos.

Rosy siempre había sido una mujer fuerte, hasta que sus hijos estaban en completo peligro; era cuando no importaba el lugar o las personas, ella se desmoronaba por la preocupación que la acompañaba. Era algo muy admirado por el doctor, esa fuerza y tenacidad, se convertía en vulnerabilidad y amor en un segundo.

-¿Mamá? - preguntó desorientada Leslie desde su cama al sentir el cuerpo de su progenitora abrazarla llorando desconsoladamente, apenas recordaba que había pasado antes de la siesta.

-¡Leslie Duran! Siempre me tienes con el corazón en un hilo, tú muchacha inconsciente - decía la madre en pleno llanto tomando la mano de su hija, que ya intentaba enderezarse en la cama para poder ver mejor a todos los presentes en su habitación.

-Lo siento mamá... pero... debo hablar con mi doctor a solas - decía tomando su cabeza con algo de dolor, pero con la mirada fija en el par de hombres detrás del médico que intentaban averiguar su estado de salud.

-Nada de eso - respondió Rosy limpiando su rostro con el tono de no permitir replicas.

-Leslie, aunque las personas que quieran saber tu condición cómo tu doctor no puedo hacerlo sin tu consentimiento, a menos que se tu único acompañante en el momento - hablo el doctor de manera que su paciente pudiera entender sus palabras a pesar de haber despertado y sin levantar sospechas sobre los demás.

El corazón se le acelero a la mujer recostada en la cama, el aparato que la monitoreaba se disparo, puesto que no esperaba que Min Ho ya supiera lo que pasaba. En ese momento recordó lo que había estado diciendo antes que su voz y el cansancio la durmieran en medio de esa conversación.

Él sabía, pero su madre y Rommel eran otro asunto. Aunque conociendo a su ex, era seguro que ya hubiera puesto a sus hombres a investigar.

Un suspiro tenso salió de sus labios, cerro los ojos para aclarar su mente y de paso, poder acomodar sus latidos que podían escucharse por toda la habitación.

-Leslie necesitas calmarte - decía el doctor monitoreando sus signos. - No puedes alterarte de esta manera, tu presión sigue muy alta y solo traerá consecuencias.

-Lo sé doc... estoy intentándolo - dijo Leslie respirando profundo varias veces.

La cabeza de Leslie Duran trabajaba deprisa, tantas opciones, su madre seguro estaría de su lado en sacar a esos hombres del cuarto si ella le pedía privacidad. Pero, aunque lo evitará algún tiempo más, al final terminarían por enterarse, de eso no había dudas; solo que no quería lidiar con ellos por el momento. Después de terminar la charla con Min Ho calmaría a su madre... aunque no entendía por qué estaba su ex en ese lugar, cuando ya lo había quitado de sus contactos de emergencia.

El ambiente tenso detrás de su madre podía llegar hasta ella; Leslie entendía la actitud de su ex por la presencia de alguien desconocido, pero tampoco podía negarse a si misma que Min Ho parecía verdaderamente preocupado y por lo que recordaba, dispuesto a demostrar cuanto se había enamorado de ella.

-Doctor, solo dígame cuando puedo irme - dijo Leslie sobando su frente de manera que demostraba todo el cansancio que sentía, ahora no era físico sino completamente emocional. El estrés podía atacarla en cualquier momento y aunque quisiera evitarlo, ya era parte de su vida.