4. Calor (+18)

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4. CALOR


Todo ese calor.
Parecía esta quemándose por cada rincón que ella tocaba.
Sus labios llegaron a los suyos, la suavidad lo envolvió. Labios contra labios, ella era más osada, podía sentir como lo recorría, como lo probaba, como se abría paso y lo succionaba lentamente; sus dientes hicieron contacto con su propio labio inferior y un suspiro traicionero escapo de su boca. Se sintió tan poco masculino al estar gimiendo de placer pero que otra cosa podía hacer si Leslie besaba tan bien.
Sus manos se habían quedado ancladas apretando los brazos de la silla en un tonto intento de saber que no estaba soñando y que todo lo que sentía era verdad. Un intento de mantenerse en la realidad del momento.

Su tacto le hacía saber que nadie más le había provocado estas sensaciones, lo llevaba de cero a cien con un beso, Min Ho se daba por vencido al pensar que ella no era su destino cuando los hechos le probaban todo lo contrario, el deseo que sentía era abrumador, pero al verla ser una mujer tan fuerte lo había hecho actuar y hacerla suya.


***


–Presidenta ya hemos desaparecido la segunda imagen, pero con la primera no se puede hace nada ya que no infringe las normas de respeto del sitio web – le anunciaba por teléfono el director de publicidad de la agencia a quién le había encomendado la tarea para desaparecer esas fotografías comprometedoras de su hermano.

–Gracias director, mañana enviaré un correo para que la eliminen. Gran trabajo, buena noche – se despidió dejando el celular sobre la cama.

La migraña le estaba destrozando la cabeza, su hermanito si que se había metido en problemas en está ocasión.

Haberse desecho de Suzzy no había sido tan problemático al saber cómo era el carácter de su hermano. Ser un hombre con tanto trabajo que muchas veces no tenías tiempo para estar con tu pareja, sobre todo cuando se es tan tímido que te confundían con alguien distante aunque fueras detallista, la compañía y la dedicación era lo que cualquier mujer buscaba.
Así que cuando otro hombre te demostraba sus cualidades, además de darte tiempo, ella había sido fácil de alejar. Comprar al hombre indicado para la distracción de cualquier mujer siempre se ponía a su disposición pero ahora, debía haber estado más atenta a lo que hacía su hermanito.

Había dejado de tenerlo vigilado, pensando que después de cinco años dedicado al espectáculo, dedicado a sus donaciones, dedicado a su música ya no tendría tiempo para fijarse en mujercitas interesadas.

A primera hora iría a su departamento, de esa manera nadie estaría presente en su charla para que le diera un muy buena explicación. Después de todo era su hermana mayor y la presidenta de su agencia laboral, un par de palabras entre ellos no levantarían sospechas.


***

Leslie le estaba marcando el ritmo dentro del beso, aquello era un movimiento sensual del que era presa y no se molestaba por serlo, llevar el control en esta ocasión estaba lejos de ser su fuerte. Sintió la lengua femenina haciendo aparición recorriendo el labio que sus dientes apretaban, lo delineo y paso al de arriba, una corriente llegó desde su boca hasta su sexo, ella podía hacer aquello y respirar como si no fuera nada. En cambio él parecía apunto de llegar a la meta después de un maratón por todos esos jadeos que se le escapaban, la falta de practica lo estaba haciendo quedar mal.

Una risa suave llego a sus oídos volviendo algo de conciencia a su cabeza. Comenzó a abrir los ojos para ver su rostro pero parecía no tener fuerza de voluntad para prestar atención cuando ella lo tocaba de nuevo. Y era solo un beso, su mejor beso en la vida hasta ahora.
Sus manos fueron atrapadas de las anclas de realidad donde las tenía.

–Puedes tocarme – le decía en un susurro contra sus labios, Min Ho se atrevió a abrir los ojos y se atraganto con su respiración al verla. El rubor en sus mejillas, ese brillo en su mirada llena de un puro deseo todo siendo iluminado por la luna de aquella noche. El deseo haciendo su presencia y volviendo liquido el chocolate que lo veía dentro de su mirada.

Sintió que sus manos eran guiadas hacía las caderas y espada de la mujer sobre él. Esa textura bajo su tacto, tanta suavidad pero firmeza al mismo tiempo, se preguntó cómo un cuerpo podía ser de esa forma. Las mujeres con las que había estado antes no eran así, eran delicadas, eran delgadas, pero no se podían  utilizar esos adjetivo con Leslie. Su piel quemaba, atravesando hasta la suya para convertir en fuego su propia sangre. Ella era deseo, era pasión y lo demostraba como ninguna otra mujer que hubiera pasado por su vida aunque no es que hubieran sido muchas, si podía notar la diferencia en sus sentimientos para con Leslie.

Su boca fue abandonada, pero las manos de ella se perdían por su cabello bajando hasta colarse por el cuello de su sudadera y le acariciaban la piel de los hombros.

–Necesito que me toques…–susurro ella de nuevo contra sus labios antes de atacarlos nuevamente, esta vez con el fuego de su interior impregnando el beso. Arqueo su espada, pegando al fin sus pechos contra el duro cuerpo masculino, y un gemido fue tragado por sus labios cuando sus manos la acercaron aun más sosteniéndola desde sus caderas respondiendo al fin con la misma intensidad que le estaban mostrando.

El calor en su entrepierna era evidente, para ambos, estaban pasando el punto del no retorno y parecía no importarles estar en un balcón donde alguien podría verlos.

Para Lee Min Ho sería tan fácil hacer a un lado un poco de ropa, exponerla frente a él y tomarla, ahí como sus cuerpos lo pendían a gritos. Sus besos estaban haciendo que no le importará, ella había tenido razón, su sangre había calentado los ánimos con un solo beso y el frío del exterior estaba en el olvido cuando ella lo envolvía con su cuerpo.

Sino se detenían ahora…
Si tan solo su piel no supiera tan bien contra sus labios…
Si tan solo sus propias manos no la estuvieran tocando ahora por todas partes…
Si tan solo sus gemidos no le estuvieran calentando los oído…

Y ahí, en medio de la tempestad que eran sus cuerpos, Min Ho supo que estaba perdido, no volvería a ser el mismo sino la tomaba pero si la hacía suya, sería aun peor porque la sentiría dentro de su piel, gravada con su propio fuego en el alma.

“Mierda, solo puedo pensar que en tenerla más cerca” – había logrado hilar un pensamiento coherente. Debía parar, ella merecía esperar pero la deseaba, su olor inundo su sentido cuando la atrajo hasta su boca para besar su cuello, provocando que sus intimidades se tocaran arrancando un gemido ahogado contra su hombro pero que impacto directamente contra su sexo erguido.

Min Ho ya no era más un hombre respetable, porque mordisqueaba su piel, apretaba sus caderas, deseaba estar hundiéndose en su cuerpo y lo haría…


***



La ropa ya le parecía que estaba estorbando. Sus caderas estaban por moverse solas, un poco más de fricción, un poco más de toqueteo, unos besos más, un poco más de todo eso…

Leslie ya no aguantaría más, quería sentirlo, tenerlo bien hundido dentro de su cuerpo, aunque las dudas estaban gritando en el fondo de su cabeza hechos sin sentido sobre no esperar, sobre ser solo una conquista más en la lista de un hombre famoso. Solo aquello que sentía en toda su piel, esa electricidad recorriendo, reviviendo sus partes dormidas por tanto tiempo era tan diferente de sus antiguas parejas.

Sentirlo, verlo, oír su voz la provocaban de tal manera que la tenían húmeda con su sola presencia; antes nadie la había hecho derretirse de esa forma, menos había dado ella el inicio de la acción. Estaba actuando tan desinhibida, tan liberal que se sorprendía por tener la clara idea de cómo sería tenerla hundida en su interior. Aunque sentir aquella dureza contra su sexo la había arrancado de sus pensamientos haciendo que dejará caer su cabeza exponiendo su cuello que sin esperar fue atacado por esos besos y recorrido por esa lengua dibujando círculos hasta que llego a su hombro.

La bata había sido bajada exponiendo su piel, mientras él con sensualidad bajaba su tirante entre los dientes dejando un camino ligeramente húmedo sobre su piel. Erizando sus piel, endureciendo sus pezones.

El pensamiento de terminar todo aquello la estaba volviendo a la realidad poco a poco, casi estuvo apunto de levantarse pero unas fuertes manos la atrajeron al cuerpo bajo ella. Logrando con eso un gemido de placer la recorriera desde su sexo hasta que fue liberado por su boca.

Fugaz entre mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora