Horario

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Agenda


El horario seguía, parecía no terminar. Había llegado de grabar ese programa nocturno, una pequeña entrevista que tenía programada, su día fue de escenas corregidas, después de una comida ligera y un merecido café…
Si, había pasado de nuevo por aquella cafetería esperando encontrarlas ahí, pero no las vio, intentaba mentirse sobre volver a verlas esas dos le provocaron una gran impresión.
La información que le pidió a su representante estaba en sus manos, pero no sabía como usarla ya que todo lo que pensaba rompía algunas leyes de privacidad y en estos tiempos no era bueno quebrantar la ley. Aunque había pasado casi todo el día pensando en ellas, fue tan obvio que algo le sucedía porque todos sus compañeros le preguntaron su motivo para estar distraído de esa forma, con una sonrisa volvía a su rol normal, pero su mente era un tema muy distinto.

Un obsequió a la habitación, unas flores o tal vez un desayuno pagado, una invitación para cenar, una llamada...” -El motivo por el que quisiera hacer esto tampoco parecía muy claro en su mente, una voz dentro de él decía que era lo correcto por hacer; su lado romántico era quién gritaba todas aquellas ideas, sin embargo, su lado pensante le decía que dejará todo como estaba al final de la semana ellas se irían y él…

Seguiré igual de solo que siempre…” –pensaba al tiempo que pasaba la clave de la puerta de su hogar.

Su departamento vacío, solo su pequeño perro llegaba hasta sus pies que descalzaba en la entrada, aquel día prefirió mandarlo temprano a casa, se aproximaba una tormenta pronto y no quería que su adorado Choco tuviera malestares por su edad tenía tanto siendo su compañía. Su asistente se había quedado con él hasta la hora en que tenía volver a casa, se había marchado antes que entrará y agradecía un momento de soledad.
Acarició a su mascota y llevándolo en brazos fue hasta su habitación para darse un baño y descasar, dentro de dos días tenían que viajar para la parte final de la historia del programa. Ya quería que este proyecto terminará, se estaba cansando de que lo vincularán con la compañera protagonista.
Usualmente no tenía problemas, le caían bien la mayoría de las actrices y con casi todas se llevaba de maravilla. Eran profesionales, pero la compañera actual parecía no entender la responsabilidad de un protagónico, era su primera vez en eso la entendía pero no dejaba de ser cansado. Tal vez solo era que uno se vuelve cascarrabias con la edad…

“¿Cuántos años tendrá? Se ve joven aún… pero Ada tendrá unos seis años… ¿Seré muy viejo para ella? Debo dejar de hacerme preguntas tontas puesto que ella está casada, es lo más seguro al tener una hija y yo…- Se dejo caer sobre la cama. Choco le lamía la mano moviendo su cuerpo para jugar con él, pero Min Ho estaba perdido nuevamente en sus pensamientos- …no soy alguien que destruye familias.”

Acarició nuevamente las orejas de Choco antes de levantarse, fue a desvestirse y le vio acomodarse entre las almohadas de la cama. Dejaba ropa de camino al baño, su madre aun lo regañaba por ese mal habito que tenía, nadie lo conocía tan bien como ella para saber que aquel camino de prendas era porque sus sentimientos se encontraban en confusión. Agradeció en silencio que ahora no estuviera presente como para regañarlo e intentar sonsacar el motivo de su embotamiento mental.

Templo el agua llenando la bañera y se dio una ducha rápida quitando todo rastro de sudor del día. Se introdujo en el agua caliente, relajando sus músculos agarrotados por el frío o por el cansancio. El agua siempre le ayudaba a despejar su mente, no le fallaba. Aquel líquido translucido lo llenaba de fuerzas mientras estaba sumergido en el calor pero, los recuerdos del día anterior llegaban a su mente sin darle un momento de paz; llegaban con tanta fuerza, peor que como lo hicieron a lo largo del día.
Ahora que estaba solo podía darse cuenta que debía verla nuevamente, sino lo hacía se arrepentiría su instinto clamaba por tenerla cerca. Si cerraba sus ojos podía ver su rostro sonriendo mientras le agradecía, o su cara de placer al comer el postre y justo esa cara era la que más le provocaba en ese momento, ahí desnudo con al agua acariciando su piel se la podía imaginar con un rostro similar pero estando bajo él con sus cuerpos unidos.
Alejo aquellos pensamientos, su cuerpo estaba reaccionando con una velocidad desconocida por una simple fantasía, ella estaba ganando la batalla porque sino la veía pronto sucumbiría a esos sucios pensamientos. Salió de la bañera y fue por un chorro de agua fría, eso le ayudaría a calmar las sensaciones de su pelvis, por ahora sería lo mejor ya que no era muy dado de hacer ese tipo de practicas manuales, siempre con compañía era más agradable.

Se puso la ropa de andar en casa, pantalones de deporte y una sudadera holgada con capucha mientras su mente acomodaba las preguntas correctas, pero incluso, en la información que le había dado su representante no venía nada sobre el padre de Ada, esa dulce niña parecía que solo contaba con su madre, su hermosa madre…

Y nuevamente su cuerpo también parecía no estar mostrando signos de la edad, puesto que cada vez que pensaba en Leslie Duran todos sus vellos se erizaban y su entrepierna parecía despertar con aquella corriente. Ni en sus mas pervertidos momentos aquello le había sucedido, esa mujer de labios rojos y mirada firme color café le provocaban sensaciones, debía conocerla mejor para que su cuerpo se diera cuenta que estaba mal, que Leslie Duran era como las otras mujeres, igual que aquellas que lo engañaron o se aprovecharon de sus sentimientos. Desconocía estos oscuros pensamientos y aún así…

Debía verla de nuevo y así descubriría por qué su cuerpo se encendía.
Tenía que verla para comprobar que su mirada no le caldeaba hasta el alma.
Verla para asegurarse que era solo una mujer más que cruzaba por su camino y no lo que en verdad le decía una voz en lo profundo de su mente…

Fugaz entre mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora